Ni momia ni sarcófago. Los ladrones de tumbas hicieron su trabajo a la perfección. Pero eso no resta ni un ápice de valor al descubrimiento de la tumba de un rey desconocido que gobernó en la región de Abidos (Egipto) hace unos 3.600 años. La sepultura se encontró a unos siete metros bajo tierra, en la antigua necrópolis del Monte Anubis.
Los arqueólogos del Consejo Supremo de Antigüedades y la Universidad de Pensilvania encontraron una cámara funeraria de unos cinco metros de altura, construida con piedra caliza y cubierta con bóvedas de adobe, según informó el Ministerio de Turismo egipcio en un comunicado.
La dinastía de Abidos
La dinastía de Abidos estuvo formada por una serie de reyes que gobernaron el Alto Egipto entre el 1700 y el 1600 antes de Cristo, en una época convulsa en la que la zona norte (Bajo Egipto) estaba controlada por un grupo llamado los hicsos y el sur se dividía en varios reinos.
Según explica el profesor Mohamed Abdel Badie, los estudios realizados en la tumba real recién hallada indican que perteneció a uno de los monarcas anteriores al faraón Senebkay, cuyo sepulcro también fue descubierto en Abidos durante una misión realizada en 2014.

Una óstraca con un texto en escritura demótica y griega que detallaba transacciones comerciales
“El nombre del rey se registró originalmente en escenas pintadas sobre ladrillos enlucidos que decoraban la entrada subterránea a la cámara funeraria de piedra caliza”, explica Josef Wegner, profesor de la Universidad de Pensilvania y director de las excavaciones. “Sin embargo, los textos jeroglíficos fueron dañados por antiguos ladrones de tumbas y no se conservan suficientes restos para leer el nombre”, añade.
El reinado de este faraón desconocido data del “Segundo Periodo Intermedio”, aproximadamente entre el 1640 y el 1540 antes de Cristo. Los investigadores siguen trabajando en la zona con la esperanza de encontrar más tumbas reales de la misma época que arrojen luz sobre la identidad del propietario de esta nueva sepultura.
Restos de inscripciones se encuentran a ambos lados de la entrada que conduce a la cámara funeraria, protegida por las diosas Isis y Neftis, junto con bandas amarillas con inscripciones que antaño llevaban el nombre del rey en jeroglíficos. El estilo de las decoraciones y los textos es similar a los descubiertos en la tumba de Senebkay.
El Consejo Supremo de Antigüedades también anunció el descubrimiento de un taller de cerámica completo de la época romana en la aldea de Banawit. Este centro era una de las mayores fábricas de la zona. Contenía una gran cantidad de hornos, amplias áreas de almacenamiento para vasijas y una colección de 32 óstracas (textos sobre fragmentos de cerámica) en escritura demótica y griega que detallaban las transacciones comerciales de la época y el método de pago de impuestos.

La momia de un bebé decubierta en el taller de época romana en la aldea de Banawit
Los estudios preliminares y las pruebas realizadas en el local indican que el sitio se utilizó durante la época bizantina y se reutilizó como cementerio desde el siglo VII después de Cristo hasta, posiblemente, el siglo XIV, asegura Mohamed Abdel Badie.
Los arqueólogos encontraron varios entierros en el sitio, incluyendo sepulturas de adobe con varios esqueletos y momias. Estos espacios probablemente representaban tumbas familiares donde la mayoría de los restos pertenecen a niños, aunque también hay de hombres y mujeres adultos.

Restos de cerámica de época romana
El hallazgo más notable de estos entierros es la momia de un pequeño que llevaba un gorro de tela de colores. Otro descubrimiento notable es el cráneo de una mujer de unos treinta años. Además, también se descubrieron algunas raíces de trigo y restos de semillas de plantas antiguas, incluidas palmeras de la Tebaida (o dum) y cebada.