Hace cuatro años la Bienal de Arquitectura de Venecia comisariada por Hashim Sarkis se hacía una pregunta simple y poderosa: ¿Cómo viviremos juntos? En un mundo de creciente polarización, crisis climática y emigraciones masivas, llamaba a imaginar un mejor futuro. Cuatro años después el futuro nos ha alcanzado con algunos de sus peores augurios y la Bienal de Venecia de este año comisariada por Carlo Ratti señala que la arquitectura debe cambiar su foco: si hasta ahora trataba de mitigar su impacto en el planeta, con la crisis climática pisando el acelerador y la “ferocidad” con la que fuego y agua nos están golpeando -cita California y Valencia-, la arquitectura hoy debe pasar a la fase de adaptación y repensar el modo en el que es proyectada y convertirse en flexible y dinámica como el mundo en el que ya estamos. Y recurrir a todas las disciplinas e inteligencias disponibles.
Y en ese contexto España ha presentado hoy el proyecto para su pabellón de este año en la Bienal veneciana, que abre el 10 de mayo: ideado por los arquitectos Manuel Bouzas y Roi Salgueiro, se titula Internalidades: Arquitecturas para el equilibrio territorial y explora soluciones para la descarbonización de la arquitectura, siendo la construcción la responsable del 37% de las emisiones globales de CO2, esto es, un agente clave.
Fotografía de Caterina Barjau de una planta de mezclado en Fraga, Huesca, con bloques prefabricados de tierra compactada de Fetdeterra
El título de la muestra que se verá en los Giardini del Arsenale de Venecia hace referencia a un concepto clave de la economía desde hace un siglo: la idea de las externalidades que se producen en los procesos económicos, la de los costes que se imponen a otros individuos o a la naturaleza al fabricar un producto y que no son compensados... Lo que hace que se puedan fabricar en mayor cantidad, una idea explorada especialmente por Arthur Pigou.
Restauración de la Ermita de San Juan de Ruesta en el Camino de Santiago, de Sebastián Arquitectos, mostrada en el espacio central del pabellón español
En 2025 ha llegado la época de internalizar esos costes y el pabellón español explorará cómo la arquitectura puede reducir las externalidades medioambientales asociadas con los procesos de producción para avanzar hacia la descarbonización de la arquitectura. “Internalities analiza de qué modos, hasta qué punto, con qué costes, mediante qué edificios, ciudades y territorios, la arquitectura española va dejando atrás las economías de la externalización”, señalan Salgueiro y Bouzas.
Parque Jardines Mediterráneos de La Hoya, de Kauh arquitectura y paisajismo, uno de los proyectos mostrados en la sala central
“La construcción genera externalidades cuando extraemos materiales, quemamos energías, desplazamos oficios locales, producimos residuos y generamos emisiones. Las externalidades ocasionan, así, un grave desequilibrio entre los edificios que construimos y los territorios que afectamos”, advierten los comisarios, que en el pabellón plantean una arquitectura capaz de revertir las externalidades a las que antes pocos daban importancia y que ahora han desajustado el planeta, propuestas que intentan no depender del comercio intercontinental de recursos, sino de equilibrar de manera interna, la relación entre ecología y economía.
Las Tejedoras – Centro Productivo Comunitario, de Bamba Studio + Natura Futura
Internalities explora cómo reducir las emisiones asociadas a los procesos de extracción, fabricación, distribución, instalación y deconstrucción de las arquitecturas que habitamos y pone en valor el trabajo de una nueva generación de arquitectos españoles. Así, la sala central del pabellón español reunirá 16 proyectos arquitectónicos seleccionados a través de una convocatoria, obras de arquitectura y paisaje realizadas por estudios como Harquitectes, Bosch.Capdeferro, Bamba Studio+Natura Futura, Kauh o Munarq que demuestran la diversidad de aproximaciones que se están llevando a cabo para equilibrar construcción y planeta.
Ca Na Pau, de Munarq, uno de los proyectos seleccionados para la sala central del pabellón
Junto a esa visión general, en las cinco salas laterales del pabellón se mostrarán los resultados obtenidos por equipos de investigadores y arquitectos para analizar los caminos de la descarbonización de la arquitectura en España a través de cinco ejes: materiales, energía, oficios, residuos y emisiones. Cada equipo ha estudiado un territorio y recurso concreto de la geografía española.
Almacén de paneles de madera contralaminada (CLT) en la planta de Egoin Albertia en Legutio (Álava).
Así, en Materiales se analizan las cadenas de valor de materiales naturales y regenerativos en la cornisa cantábrica, desde las prácticas forestales hasta la industria de la madera. La investigación ha sido llevada a cabo por Daniel Ibáñez y Carla Ferrer junto a la fotógrafa María Azkarate. En Energía, se examina la transición energética y sus implicaciones paisajísticas, con un enfoque en la generación eólica e hidroeléctrica en la costa atlántica del noroeste. Una investigación realizada por Estar, formado por Aurora Armental y Stefano Ciurlo, junto al fotógrafo Luis Díaz.
Recogida y primera criba selectiva de residuos de construcción y demolición (RCD) mezclados. Planta de reciclaje Dersa Reciclaje y Gestión. Villaverde (Madrid)
En Oficios se investiga cómo desescalar la dependencia de tecnologías globales para recuperar inteligencias constructivas locales asociadas al uso de las tierras en el arco mediterráneo. Anna y Eugeni Bach han liderado la investigación junto a la fotógrafa Caterina Barjau. El cuarto eje, Residuos, explora estrategias de recuperación, recirculación y reutilización de materiales descartados en la construcción, con un caso de estudio en el área metropolitana de Madrid. Al frente de la investigación ha estado Lucas Muñoz mientras que de la fotografía se ha encargado Ana Amado.
Por último, Emisiones aborda el ciclo completo del CO2 a lo largo de la vida útil de un edificio, desde su extracción hasta su demolición, con ejemplos de reducción de emisiones en las Islas Baleares. Esta investigación ha estado dirigida por Carles Oliver y David Mayol junto a la fotógrafa Milena Villalba. La exposición estará íntegramente construida con los materiales protagonistas de la muestra, con un papel destacado para la madera procedente de montes vecinales en mancomún de Galicia.
