Un libro revela un ritual de los académicos de Oxford: beber de un cáliz hecho de huesos humanos

De hace 225 años

Los profesores del Worcester College mantuvieron ese hábito desde 1946 hasta 2015. El trabajo de Dan Hicks denuncia “la deshumanización y destrucción de identidades” derivada del colonialismo

Exterior del Worcester College de Oxford.

Exterior del Worcester College de Oxford.

Javison | Universidad de Oxford

El Reino Unido está en la tarea de reconocer sus excesos colonialistas. Si hace unas semanas la Universidad de Aberdeen devolvió a Tasmania el cráneo de un aborigen australiano que había utilizado como material docente, un libro revela ahora una costumbre que también afecta a un cráneo humano habida en la Universidad de Oxford. Un trabajo de Dan Hicks, conservador de arqueología mundial en el Museo Pitt Rivers de la universidad, revela que, desde 1946 hasta 2015, los profesores del Worcester Collegue tuvieron la costumbre de brindar y beber en un cáliz hecho de restos de un cráneo humano.

Hicks, especialista en la historia colonial violenta asociada al saqueo de restos humanos, explica que la copa, rematada en plata, se utilizaba originalmente para beber vino. El creciente aumento de la conciencia sobre el colonialismo, especialmente entre invitados de los profesores, llevó a abandonar la práctica en 2015.

Hicks investigó la “macabra pieza de vajilla”, hasta datar que se trata de un retso humano de unos 225 años de antigüedad, probablemente provinente del Caribe y femenino, seguramente de una esclava.

El origen de la pieza

Los registros de la Universidad muestran que el cáliz fue donado en 1946 por George Pitt-Rivers, exalumno, eugenista y simpatizante del líder fascista Oswald Mosley. Tampoco se podía negar su vínculo con la copa: su nombre está grabado en el borde de plata. Pitt-Rivers, que fue arrestado por el gobierno británico durante dos años en la Segunda Guerra Mundial por su postura pronazi, recibió el cráneo humano de su bisabuelo, que lo compró en una subasta en torno a 1838.

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Antes de pertenecer a la familia Pitt-Rivers, fue propiedad de Bernhard Smith, graduado del Oriel College, también en Oxford.

En su libro, el profesor Hicks denuncia cómo el legado del colonialismo ha borrado a sus víctimas de la historia, mientras que quienes se beneficiaron de él han sido ampliamente recordados y homenajeados.

“Repugnante privilegio”

La diputada laborista Bell Ribeiro-Addy, citada por The Guardian, que es presidenta del grupo parlamentario sobre reparaciones africanas, declaró: “Es repugnante pensar en académicos de Oxford, sentados en este bastión del privilegio —enriquecido gracias a siglos de violencia y expolio colonial—, bebiendo de un cráneo humano que podría haber pertenecido a una persona esclavizada y que ha sido tan poco valorado que se convirtió en un objeto”.

Un portavoz del Worcester College señaló, también en The Guardian: “Durante el siglo XX, el recipiente fue exhibido ocasionalmente junto a la colección de platería del colegio y utilizado como vajilla”. El cráneo está ahora almacenado el el archivo de la Universidad, “de forma respetuosa, sin posibilidad alguna de acceso futuro”, añadió el portavoz. El portavoz concluye que el problema se ha abordado, “de forma ética y reflexiva”, y considera que el profesor Hicks “está de acuerdo” con esta decisión.

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