La habitación secreta con drogas que usaba un antiguo pueblo de los Andes hace 2.500 años para que sus líderes afianzaran su poder

Arqueología

Los habitantes del Chavín de Huántar lograron que su cultura su impusiera por todo Perú 2.000 años antes que lo hicieran los Incas

Reproducción de la habitación secreta que se utilizaba para inhalar productos alucinógenos

Reproducción de la habitación secreta que se utilizaba para inhalar productos alucinógenos

Daniel Contreras / PNAS

Dos mil años antes de que el imperio inca dominara los Andes, una comunidad menos conocida compartía arte, arquitectura, religión, ideología y economía en el territorio del Perú actual. El movimiento denominado como ‘Fenómeno Chavín’ propició innovaciones agrícolas y mejoró la producción artesanal y el comercio, sentando las bases de una sociedad jerárquica en las altas cumbres andinas.

Desde su capital montañosa en el Chavín de Huántar, un centro cívico-ceremonial que ocupaba unas 50 hectáreas de extensión y en el que vivían miles de personas, transmitió su cultura sin necesidad de imponer sus ideas por la fuerza a través de conflictos bélicos.

Una poderosa herramienta

Un equipo de arqueólogos de las universidades de Florida y Stanford afirma ahora que las herramientas más poderosas de esta sociedad no eran la agricultura ni el comercio, sino el acceso a estados alterados de conciencia. Sus líderes usaban drogas no solo para tener visiones personales, sino también para reforzar su autoridad

Según explican en un artículo publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Science (PNAS), sus recientes estudios en el Chavín de Huántar han permitido descubrir la evidencia directa más antigua conocida del uso de plantas psicoactivas en los Andes peruanos.

El yacimiento de Chavín de Huántar

El yacimiento de Chavín de Huántar 

Daniel Contreras / PNAS

Lo que encontraron fue un antiguo sistema de tubos tallados con huesos de aves e instalados en el corazón de monumentales estructuras de piedra. Al realizar análisis químicos y microscópicos de esas cañerías se encontraron rastros de nicotina proveniente de parientes silvestres del tabaco y residuos de frijol vilca (Anadenanthera colubrina), un alucinógeno relacionado con la DMT (dimetiltriptamina, una droga que se encuentra comúnmente en el té de ayahuasca).

A diferencia del uso comunitario de los alucinógenos, común en otras culturas antiguas, los rituales de Chavín eran exclusivos. Los arqueólogos descubrieron los tubos de hace 2.500 años en cámaras privadas dentro de enormes estructuras de piedra que albergaban solo a un puñado de participantes a la vez, lo que creaba un aire de misticismo y control.

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“Con este consumo de psicoactivos no se trataba solo de tener visiones. Formaba parte de un ritual estrictamente controlado, probablemente reservado para unos pocos en habitaciones ocultas, que reforzaba la jerarquía social”, dice Daniel Contreras, antropólogo de la Universidad de Florida y coautor del artículo.

Es probable que estas experiencias fueran profundas, incluso aterradoras. Para los que inhalaron los productos, lo sobrenatural podría haberse sentido como una fuerza incomprensible. Y ese era precisamente el punto. Al controlar el acceso a estos estados alterados, los gobernantes de Chavín establecieron una poderosa ideología y convencieron a su pueblo de que su liderazgo estaba entrelazado con el poder místico y era parte del orden natural, dicen los expertos.

Tubos tallados en huesos de aves y utilizados para inhalar tabaco y vilca alucinógena

Tubos tallados en huesos de aves y utilizados para inhalar tabaco y vilca alucinógena

Daniel Contreras / PNAS

“El mundo sobrenatural no es necesariamente amigable, pero es poderoso”, añade Contreras. “Estos rituales, a menudo potenciados por psicoactivos, eran experiencias cautivadoras y transformadoras que reforzaban los sistemas de creencias y las estructuras sociales”, dice.

Chavín fue un importante centro de actividad ritual entre el año 1200 y el 400 antes de Cristo, antes del nacimiento del Imperio Inca. El complejo incluía estructuras de piedra construidas alrededor de plazas abiertas. A medida que la gente fue ampliando los edificios a lo largo de los siglos, varias habitaciones se convirtieron en espacios interiores llamados galerías.

Una galería de hace 2500 años

La galería ahora estudiada fue sellada alrededor del 500 a.C. y no se volvió a abrir hasta una excavación arqueológica en 2017. Cuando los investigadores exploraron el lugar, descubrieron 23 artefactos tallados a partir de huesos y conchas de animales en forma de tubos y cucharas que se usaron como inhaladores.

Contreras ha dedicado casi treinta años al estudio del sitio como parte de un equipo dirigido por el doctor John Rick, profesor emérito de la Universidad de Stanford. Estos expertos argumentan que las ceremonias fueron fundamentales en la configuración de las primeras estructuras de clase.

Reproducción del centro cívico-ceremonial del Chavín de Huántar

Reproducción del centro cívico-ceremonial del Chavín de Huántar 

PNAS

A diferencia de las sociedades que se imponían a través de la guerra y obligaban a los perdedores a realizar trabajos forzados, los constructores de Chavín probablemente creían en la grandeza de los monumentos que construían, persuadidos por los rituales inmersivos en los que participaban.

Esas ceremonias iban más allá del uso de psicodélicos. Los arqueólogos han descubierto trompetas hechas de caracolas y cámaras aparentemente diseñadas para realzar las impresionantes interpretaciones musicales. “Una de las maneras en que se justificó o naturalizó la desigualdad fue a través de la ideología: mediante la creación de impresionantes experiencias ceremoniales que hicieron creer a la gente que todo el proyecto era una buena idea”, afirmó Contreras.

Un misterio centenario

Los hallazgos ayudan a resolver un misterio centenario sobre el Chavín de Huántar, ubicado a una altitud de 3.000 metros. Desde su primera excavación hace más de un siglo, se ha relacionado tanto con sociedades anteriores, más igualitarias, como con los imperios montañosos gobernados por poderosas élites que vinieron después.

El acceso controlado a experiencias místicas ayuda a explicar esta importante transición social, un hallazgo que solo fue posible gracias a décadas de intensos trabajos y métodos analíticos avanzados. “Es emocionante que las excavaciones en curso puedan combinarse con técnicas arqueológicas de vanguardia para acercarnos a comprender cómo era vivir en este sitio”, concluye Contreras.

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