Coco Fusco logra sacar de prisión la obra de Luis Manuel Otero Alcántara, el preso más famoso de Cuba

Arte

El Macba produce una instalación en la que diferentes artistas replican dibujos y  pinturas según las descripciones realizadas por el artista desde la cárcel de alta seguridad Guanajay

FILE PHOTO: Luis Manuel Otero Alcantara (2nd R), organiser of the

 Luis Manuel Otero Alcantara, segundo por la izquierda, en una imagen de 2018, antes de su entrada en prisión 

REUTERS

El artista y activista cubano Luis Manuel Otero Alcántara, de 36 años, se encuentra encarcelado desde 2021 en Guanajay, una penitenciaría de máxima seguridad a 40 kilómetros de La Habana. Fue condenado a cinco años de prisión por ultraje a los símbolos patrios, desacato y desorden público. Es el artista más famoso de Cuba (su rostro apareció en 2021 entre las 100 personalidades más influyentes de la revista Time) y el enemigo público número uno del régimen. Durante su estancia carcelaria nunca ha dejado de pintar y de dibujar, pero no le permiten exhibir su obra fuera de prisión. Para burlar el apagón, la artista y escritora Coco Fusco (Nueva York, 1960) le pidió por teléfono que describiera las obras que había hecho, grabó sus palabras, y se las envió a amigos artistas para que las replicaran con los materiales que usan los presos cubanos, bolígrafos y el reverso de los paquetes de cigarrillos. El resultado es Aponte’s Lost Podcast (El pódcast perdido de Aponte), una emocionante instalación producida por el Macba y es el corazón de la retrospectiva que el museo barcelonés dedica a Fusco, autora de un arte crítico y comprometido cuya lúcida poética a la hora de desvelar los mecanismos del poder y recuperar historias silenciadas trasciende fronteras y sensibilidades, siempre al encuentro del otro.

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Instalación 'Aponte’s Lost Podcast' (El pódcast perdido de Aponte), con réplicas de las obras de Luis Manuel Otero Alcántara  

Miquel Coll

He aprendido a nadar en seco , el título de la exposición de la que es comisaria Elvira Dyangani Ose, toma prestada la primera frase de un microrrelato de Virgilio Piñera (“resulta más ventajoso que hacerlo en el agua. No hay el temor a hundirse pues uno ya está en el fondo...”, continúa), aunque en el transcurso del recorrido la veremos remando en un bote alrededor de Hart Island, el cementerio público de la ciudad de Nueva York para indigentes, personas no reclamadas y victimas del sida, donde se habían enterrado los cuerpos de víctimas no identificadas de la Covid. La invisibilidad, el miedo al desconocido y la mortalidad encapsulada en un vídeo de apenas doce minutos: Tus ojos serán una palabra vacía .

Coco Fusco, ante una de las obras que expone en el Macba

Coco Fusco, ante una de las obras que expone en el Macba 

Llibert Teixido / La Vanguardia

Coco Fusco cuenta que el suyo fue un nacimiento “estratégico” para facilitar la vida de su familia cubana en los Estados Unidos, que había abandonado la isla tras la llegada al poder de Fidel Castro. Viajó por primera vez hasta La Habana cuando tenía 25 años y, para su sorpresa, descubrió que tenía “muchos intereses en común con los artistas cubanos al otro lado del muro, me gustaban sus argumentos, sus ideas”. Luego, “usando diversas tácticas”, logró entrar en numerosas ocasiones hasta 2018, que decidió no entrar después de ser expulsada. Pero nunca ha perdido el contacto, implicándose en proyectos colaborativos.

'Your Eyes Will be an Empty Word', 2021. Colecció MACBA. Fundació MACBA.

'Your Eyes Will be an Empty Word', 2021. Colecció MACBA. Fundació MACBA.

Coco Fusco, VEGAP, Barcelona.

En un vídeo de 2011 e inspirada por las protestas multitudinarias de la Primavera Árabe. Fusco muestra la plaza de la Revolución vacía, metáfora de una promesa revolucionaria que ya solo es memoria. Por contra, la artista rescata la de poetas represaliados cuyas obras han desaparecido de la bibliotecas. Es el caso de Herberto Padilla, que fue obligado a hacer una confesión en la que se declaraba contrarrevolucionario. “El gobierno pensaba que eso jugaría a su favor, pero tuvo el efecto contrario, intelectuales de todo el mundo lo vieron como una tortura psicológica, y como venganza hizo desaparecer, hasta el día de hoy, libros des sus simpatizantes, como Vargas Llosa, García Márquez, Cortázar o Luis Goytisolo”.

Siempre al encuentro del otro, la obra de Fusco desvela los mecanismos del poder y recupera historias silenciadas

La exposición dedica también un amplio capítulo a su performance más conocida, Pareja en una jaula. Dos amerindios sin descubrir visitan Occidente (1992-94), por la que inspirada en los zoos humanos y en colaboración con Guillermo Gómez-Peña se mostraron dentro de una jaula vestidos con ropa indígena y el rostro pintado de rojo o cubierto con máscaras de plumas. Un vídeo muestra las reacciones del público, de la fascinación a la conmoción, al ver a aquellos seres humanos que se exhibían en una jaula dorada que hoy forma parte de la colección permanente del MoMA. 

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'Dos amerindios desconocidos visitan el oeste' (con Paula Heredia) 

Cortesía de Video Data Bank, School of the Art Institute of Chicago

Fusco incide en otro momento en temas como el cuerpo femenino racializado, con trabajos com a/k/a Mrs/ George Gilbert (2004), en el que recrea la caza de la activista Angela Davis. La artista aborda también el papel que desempeñan las mujeres en el aparato militar estadounidense de tortura o los estereotipos de las mujeres latinoamericanas, madres e hipersexuales, para lo cual se vistió junto a Nao Bustamante de Lupita mexicana, que según la leyenda popular las compraban esposas que sospechaban que sus esposos las engañaban, y escribían el nombre de la amante en la muñeca para que el esposo supiera que lo sabían.

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