¿Qué pasaría si la naturaleza postapocalíptica pudiera activar una IA?

Instalación

El Palau de la Música acoge en Barcelona la instalación interactiva 'Ex-Natura' de la empresa Artificia

El Palau de la Música Catalana acoge en primicia la instalación artística, visual y sonora 'Ex-Natura', que fusiona música con Inteligencia Artificial, al transformar un piano en una pieza híbrida creando un espectáculo en el que las fronteras entre lo humano, la naturaleza y la tecnología se difuminan.

'Ex-Natura' fusiona música con IA y transforma un piano en una pieza híbrida que funde lo humano, la naturaleza y la tecnología 

Andrea Martínez

¿Somos necesarios los seres humanos como ente inteligente para crear una IA? ¿Podría la naturaleza por sí misma generar una inteligencia artificial en un mundo postapocalíptico? Según Artificia, sí sería posible. La empresa creativa inaugura este martes 28 de mayo en el Palau de la Música Catalana una instalación tan minimal como original en la que un piano deconstruido logra hacer sonidos y fusionarse con otros dispositivos electrónicos que se activan por medio de sensores, con la presencia de los visitantes. 

No van a poder ser muchos visitantes a la vez, pues el espacio que el Palau ha reservado para Ex-natura es lo que en la casa denominan La Cueva, una habitación contigua al acceso al Petit Palau, en el sótano, pero que los de Artificia han aprovechado al máximo, esparciendo por una suerte de bosque con pinaza, cortezas de árbol, todas las partes de un piano -desechable- pero muy bien afinado en lo que es su arpa. 

Carles Marigó y Xavier Garcia Barberá en la instalación 'Ex-natura'

 El pianista Carles Marigó y el artista Pedro Gonzàlez en la instalación 'Ex-natura',en La Cova del Palau de la Música

Andrea Martínez

Así, los martillos se asemejan a pequeños pájaros que convierten su piar en un adorable/inquietante sonido percutivo del piano. Pero también se puede ver la tapa del instrumento, su teclado (desmembrado como parte de sotobosque), y las maderas onduladas que lo recubren y que aquí ayudan a enmarcar la escena a ras de suelo. 

En este paseo contemplativo por la naturaleza ocurren distintas cosas: hay una secuencia de eventos que puede controlar el visitante al ser captado mediante una cámara. Al moverse, la persona controla el movimiento del agua en una fuente, y este desencadena otros movimientos en este bosque con diferentes seres -el pelaje de un animalito muerto parece querer recuperarse estimulado por los sonidos, aunque nunca lo logra-, con el piano cobrando vida de diferentes maneras. También se activan sonidos electrónicos y voces en off robóticas recitando poemas de Carner basados en la naturaleza: “El so de les besades entemorí els ocells...”

Nosotros hablamos de creatividad aumentada: reivindicamos que siempre ha de haber un artista detrás de la IA”

Xavier Garcia BarberáCodirector de Artificia

“Lo que queremos es promover el uso de esta herramienta que es la IA, pues tanto creadores como investigadores la usan en la mayoría de sus proyectos. Nosotros hablamos de creatividad aumentada, porque reivindicamos que siempre ha de haber un artista para que luego eso se convierta en un proyecto cultural y artístico que tenga sentido. La IA siempre supeditada al humanismo”, explica Xavier Garcia Barberá, codirector de Artificia.

La instalación quiere, en este sentido, hacer reflexionar sobre el hecho de que sin el piano no hay nada, pues lo más analógico sería el arpa de un piano. Y para ello usan imágenes poéticas para recordar que “está muy bien ser modernos pero estas herramientas han de tener un sentido y han de beber de una tradición y de lo que lleva en su cabeza el artista, en este caso Carles Marigó, con sus muchos años de conservatorio”. Y Pedro González, artista multidisciplinar que participa en el proyecto, también parte de la idea de que está muy bien el hecho tecnológico, pero no interesa lo más mínimo si no está al servicio.

Una imagen de 'Ex-natura' en un espacio contiguo al Petit Palau

Una imagen de 'Ex-natura' en un espacio contiguo al Petit Palau

Andrea Martínez

“La idea de la cueva nos ha llevado a hacer esta pieza pensando en el futuro pero retornando al futuro. Una idea cíclica. Nos imaginamos que esta obra funciona cuando la humanidad ya no está. Lo que queda es la tecnología, la naturaleza, cosas que ha hecho la humanidad, como el piano, la artesanía. Y hemos creado ese bosque híbrido en el que entras para gozar del futuro, en el que la tecnología ha creado un red de cables. No hacía falta ser tan inteligente, no, para crear una IA”, comenta Marigó. 

 El día 3 de junio harán una inauguración para el sector... Sónar, Eufònic... para que lo vean, “y sería fantástico si el año que viene lo quieren incluir en el Sónar+D”. 

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