Hace 3.500 años, los faraones del Imperio Nuevo habían llevado al Antiguo Egipto a una época de máximo esplendor. Monarcas como Tutmosis III, Ramsés II, Hatshepsut o Akhenatón protagonizaron expansiones territoriales, construcciones monumentales y profundos cambios religiosos mientras amasaban riquezas, influencia y poder.
La civilización egipcia parecía no tener igual en todo el planeta. Pero en la otra punta del mundo, en el valle del Supe (actual Perú), surgió una ciudad que rivalizó con las potentes urbes egipcias y prosperó como un gran centro comercial que conectaba la costa de Sudamérica con las regiones montañosas de los Andes a través de densos bosques.
A 600 metros sobre el nivel del mar
Esta antigua ciudad perdida, llamada Peñico, se construyó entre los años 1800 y 1500 antes de Cristo a unos 600 metros sobre el nivel del mar, sobre una terraza geológica paralela al río Supe rodeada por cerros que alcanzan los mil metros. Probablemente estaba vinculada a la civilización Caral, la más antigua de América, que se desarrolló hace 5.000 años.
Tras ocho años de investigaciones, el sitio acaba de abrirse al público. “Por su ubicación estratégica, este centro urbano articuló a poblados de la costa y la sierra de Supe y Huaura, así como a los que vivían en el territorio andino-amazónico”, señala la arqueóloga Ruth Shady, directora de la Zona Arqueológica Caral.

Los arqueólogos han descubierto hasta 18 edificios en los ocho años que llevan trabajando en el sitio
Durante sus excavaciones, los expertos descubrieron una estructura circular en una ladera, que incluye restos de edificios de piedra y barro. Imágenes tomadas con drones revelaron la presencia de otras estructuras artificiales que discurren paralelas a edificios previamente descubiertos de la sociedad precolombina Caral-Supe.
La altura a la que se encontraron las estructuras sugiere que los pobladores de la antigua ciudad eligieron estratégicamente la ubicación probablemente para realzar la monumentalidad de sus edificios, protegerse de inundaciones y deslizamientos de tierra o para promover la interacción y el intercambio.
Peñico probablemente actuó como nodo en una extensa red de intercambio vinculada a la extracción y circulación de hematita, un mineral compuesto principalmente por óxido de hierro y utilizado para la fabricación de un pigmento rojo de gran importancia simbólica en la cosmología andina.
“La ciudad estaba situada en un lugar estratégico para el comercio y el intercambio con sociedades de la costa, la sierra y la selva”, declaró la doctora Shady en rueda de prensa. El enclave, según sospechan los especialistas, probablemente surgió después de que la civilización Caral fuera devastada por el cambio climático.

Vista aérea del yacimiento de Peñico, en el valle del Supe
Hasta la fecha, se han desenterrado 18 construcciones, incluyendo edificios públicos y complejos residenciales, informó el Ministerio de Cultura del Perú en un comunicado. Una estructura denominada “B2” destaca por sus relieves escultóricos, integrados en otros dos grandes edificios públicos del centro urbano.
El edificio presenta notables diseños de cuernos musicales de caracol, llamados pututus, y otros instrumentos representados en las paredes de una sala cuadrangular. Los pututus se utilizaban en las primeras sociedades andinas para transmitir sonido a largas distancias para convocar reuniones o anunciar eventos importantes.

Entrada al yacimiento de Peñico
Su importancia social les convertía en relevantes ofrendas rituales a las deidades, en agradecimiento por los beneficios requeridos y recibidos. Los arqueólogos también encontraron otros artefactos significativos en el edificio, incluyendo esculturas de arcilla cruda que representan figuras humanas y animales, así como objetos ceremoniales.
También desenterraron collares con cuentas de diversos materiales como spondylus, rodocrosita, crisola, hueso animal y arcilla. La presencia de estos artefactos indica, según los especialistas peruanos, que la construcción probablemente fue una de los más importantes en la historia urbana de Peñico.
Este próximo sábado 12 de julio se celebrará en la ciudad el primer Peñico Raymi, una fiesta tradicional andina en la que se presentarán diversas actividades culturales. El evento incluirá una ceremonia de pago a la Pachamama, un reconocimiento a la población local por su identificación con el patrimonio cultural y un festival artístico.