Los húngaros de la Edad Media desafiaron las normas de la iglesia cristiana durante siglos manteniendo la carne de caballo en su dieta

Arqueología

El cristianismo consideraba que consumir este tipo de alimento era una práctica impura digna de bárbaros

Paardenrookvlees, carne de caballo ahumada y salada al estilo holandés sobre pan

'Paardenrookvlees', carne de caballo ahumada y salada al estilo holandés sobre pan

Wikipedia

El consumo de carne de caballo, algo común en la Europa precristiana, disminuyó progresivamente a lo largo de la Edad Media. Las fuentes escritas señalan que fue la adopción del cristianismo como religión dominante lo que marcó el cambio de tendencia en todo el continente.

En Hungría, sin embargo, la cosa no fue tan clara. Nuevos análisis arqueólogos de restos de equinos descubiertos en territorio húngaro indican que la gente continuó comiendo caballos mucho después de la conversión del país al cristianismo, lo que sugiere que el declive del consumo de este tipo de carne (hipofagia) en la región no se debió a razones religiosas.

Una práctica impura

Comer carne, en realidad, nunca estuvo prohibido oficialmente por la iglesia, aunque no son pocos los textos cristianos medievales que describieron esta práctica como impura y la vincularon con las costumbres bárbaras de los pueblos no cristianos.

“Según fuentes documentales, el abandono del consumo de carne de caballo se asocia ampliamente con el surgimiento del cristianismo en la Europa medieval”, afirman los investigadores de la Universidad de Estocolmo en un artículo publicado en la revista Antiquity.

Representación (probablemente sesgada) de principios del siglo XIII d.C. de la ceremonia pagana de la realeza irlandesa, durante la cual el rey se bañaba en la sangre de una yegua antes de compartir la carne con sus cortesanos

Representación del siglo XIII d.C. de la ceremonia pagana de la realeza irlandesa, durante la cual el rey se bañaba en la sangre de una yegua antes de compartir la carne con sus cortesanos 

British Library / Antiquity

“Sin embargo, a falta de una prohibición explícita (comparable a la prohibición de la carne de cerdo en el judaísmo/islam), se observa una gran diversidad regional en la condena de la carne de caballo en toda Europa”, añaden los autores del estudio.

¡A pesar de esta incertidumbre, nunca se había realizado un estudio arqueológico a gran escala sobre el consumo de carne de caballo en la Europa medieval. Por lo tanto, la narrativa histórica de que el cristianismo convirtió la hipofagia en un tabú se había aceptado en gran medida sin crítica alguna.

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Para abordar este problema, el profesor László Bartosiewicz y la doctora Erika Gál examinaron huesos de equinos procedentes de hasta 198 asentamientos de la Hungría medieval para determinar cómo evolucionó el consumo de su carne a través del tiempo.

Al analizar el porcentaje de restos de caballo en estos contextos de desechos, pudieron calcular si un yacimiento contenía una cantidad de residuos superior a la media, lo que indicaba que allí se consumía este animal. Los autores descubrieron que el porcentaje de caballos en los vertederos es relativamente alto, lo que indica que la gente seguía consumiendo caballos más de 200 años después de la conversión de Hungría al cristianismo en el año 1000 después de Cristo.

Astilla de fémur derecho del équido procedente del
Fuerte Dombóvár-Gólyavár del período otomano. Tenga en cuenta el
marca de corte debajo del trocánter tercio

Astilla de fémur de un caballo procedente del Fuerte Dombóvár-Gólyavár del período otomano 

Erika Gal / Antiquity

Especialmente en algunos yacimientos rurales, los huesos de equinos representaban hasta un tercio de los restos identificables de ganado en los desechos alimentarios. Sin embargo, este consumo comenzó a disminuir tras la invasión mongola de 1241-1242, probablemente debido a que los caballos escasearon y ganaron prestigio.

“Los caballos eran un valioso botín de guerra y los que sobrevivían probablemente tenían una gran demanda para fines distintos a la alimentación”, explican los especialistas. Además, la invasión mongola mató entre el 40 y el 50% de la población húngara y, para repoblar el país, el rey invitó a la población occidental a establecerse.

Nuevos grupos, nuevas costumbres

A diferencia de la población anterior, mayoritariamente pastoril, estos grupos que llegaron estaban más urbanizados y la carne de caballo no formaba parte de su dieta tradicional. Preferían la carne de cerdo, ya que son más aptos para la agricultura sedentaria.

Los hallazgos de Bartosiewicz y Gál indican que el consumo de carne de caballo disminuyó como resultado de la menor accesibilidad y de los cambios demográficos en la población húngara asociados al impacto de los mongoles, no a factores espirituales.

“Los textos litúrgicos (tropos) que equiparan la hipofagia con la barbarie han abundado desde la Antigüedad”, concluyen los arqueólogos. “Pero a veces retratan generalizaciones negativas en lugar de la ‘realidad' pasada. La contribución de los restos de caballo a los desechos alimentarios se correlaciona con las tendencias históricas generales, pero debe comprenderse a la luz de las complejas interacciones entre los diferentes pueblos y sus entornos físicos y políticos”.

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