Joan Rial: “Amazon o Apple nos reclaman música en catalán”

Nueva temporada musical

La renovada dirección del Mercat de Música Viva de Vic apuesta por los nuevos formatos y la electrónica

Joan Rial y Jordi Casadesús, nuevos directores junto a Rubèn Pujol del Mercat de Música Viva de Vic

Joan Rial y Jordi Casadesús, nuevos directores junto a Rubèn Pujol del Mercat de Música Viva de Vic

Xavier Cervera

La 36.ª edición del Mercat de Música Viva de Vic se abre con récord de propuestas, más de 1.500, y el interés por conocer el rumbo de la feria con el nuevo triunvirato al frente de la nave. Joan Rial, Jordi Casadesús y Rubèn Pujol toman el relevo de Oriol Roca y el difunto Marc Lloret con una mirada continuista y retos por afrontar: los nuevos formatos musicales, la apertura a la electrónica y la defensa de un modelo cultural enraizado en el territorio forman parte de la apuesta de la nueva dirección, oriundos de Vic y con larga experiencia en el sector musical. “Cuidamos del detalle, nos fijamos en las cosas pequeñas” afirma Joan Rial, de visita en Barcelona junto con Jordi Casadesus en la recta final de su primer Mercat.

¿Cómo os sentís con la programación ya cerrada?

Joan: Teníamos curiosidad por saber cómo impactaría dentro del sector, y los comentarios que llegan la valoran muy positivamente, parece que ha recuperado el sentido de incentivar el descubrimiento de propuestas desconocidas dentro del Mercat. Esto nos llena de orgullo como directores artísticos porque no somos un festival de descubrimiento de música emergente. Contratamos profesionales que ya trabajan con empresas del sector, y esto nos posiciona por encima del sector privado y público del país como puerta de la nueva temporada, hemos batallado mucho para que sea así.

Trabajáis mirando adelante

Joan: Queremos avanzar la programación del 2026, nuestro trabajo es consultar los profesionales y dotarlos de los recursos necesarios para hacer las programaciones del año siguiente. Aquí vendrán los artistas que estarán girando el año que viene, apuestas multitudinarias como Sidonie, que tocará por primera vez su disco en catalán; o María Arnal, a la que solo se ha podido ver en el Sónar, y en Cataluña no se podrá ver más. También estrenará disco Triquell, y Brighton 64 empezará la gira despedida. Y sobre todo las propuestas de teatro, desde la zona profesional a la carpa de L’Atlàntida o los escenarios nuevos que abriremos.

¿Qué otros objetivos tenéis?

Joan: Queríamos rejuvenecer el cartel con artistas jóvenes de toda Europa, además de los estatales y nacionales. Hemos centrado nuestra programación internacional en los territorios más próximos al Estado: Portugal, Francia e Italia, sin olvidar España. Jordi se ha hartado de visitar ferias profesionales en todos estos países para presentar un cartel que la gente tenga ganas de buscar y mirar con artistas como Sofía Leao, la hija de Rodrigo Leao, que todavía no ha publicado casi nada del nuevo proyecto. Es una propuesta internacional a la que vemos mucho futuro, y que los profesionales no podrán trabajar hasta el Mercat, porque todavía no existe.

“Queremos que los promotores se sientan reconocidos en el espacio, a veces la dificultad está en imaginarse las cosas”

¿Cómo confeccionan los diferentes escenarios?

Joan: Intentamos que sean un espejo de lo que pide el sector: Una sala pequeña, una sala media, una grande, un teatro de grandes dimensiones o un escenario underground. Los promotores pueden seleccionar el escenario que tienen en sus programaciones, y encontrarán las propuestas ubicadas en su contexto. En muchas ferias se trabaja con el concepto de palco, donde el promotor está en el centro y van pasando propuestas: un grupo de punk, uno de jazz o de r&b, pero de este modo no estás dotando a los artistas del contexto necesario para brillar.

Les falta el ambiente

Joan: Para que un grupo te pueda gustar como promotor, necesitas un público adecuado, y para el público adecuado necesitas una hora adecuada y un escenario que se adapte a sus condiciones técnicas y artísticas. Es poco realista hacer un concierto de punk en un teatro a las 11 de la mañana, no es un estilo de música para esta hora, y reclama un escenario más urbano, desenfadado. Por eso hacemos cosas como abrir una iglesia: hay muchos espacios en Cataluña y en el Estado con programaciones de 100 a 150 personas, cada pueblo tiene una programación así. 

También hay grandes programaciones en L’Atlàntida, o de tamaño medio pero de auditorio en la sala 2, y una sala parecida al Apolo que es la Carpa, una sala media grande de Catalunya. Y un escenario perfecto para que el jazz pueda brillar que es la Jazzcava de Vic, con esta vertiente de club para la electrónica y la cultura de club. Queremos que los promotores se sientan reconocidos en el espacio, porque a veces la dificultad está al imaginarse las cosas.

¿Cómo se vive el Mercat en Vic durante el resto del año?

Jordi: Siempre se ha dicho que es como la fiesta mayor de Vic, el momento que la ciudad esperaba para tener grandes conciertos. Como hijos de toda aquella época entendemos el Mercat de Música Viva como uno de los grandes acontecimientos del año.

Joan: Todo ha cambiado durante los últimos 20 años, antes los primos de fuera de Vic a dormir a casa durante el Mercat para ver el concierto de Els Pets. Pero ahora quien más quien menos tiene en sus ciudades una fiesta mayor con muchos escenarios profesionales, un pequeño festival, un pequeño ciclo. El volumen de la música en directo ha aumentado muchísimo, y se ha perdido esta parte de conglomerado familiar. Tengo dudas sobre si la gente de Vic es consciente del regalo que tenemos con el Mercat.

Es un acontecimiento que sitúa la ciudad en mapa musical

Joan: En España hay tres grandes filas profesionales: el Bime de Bilbao, el Monkey Week de Sevilla y el Mercat de Música de Vic, y esto es un orgullo bestial para la ciudad. Quien tuvo en 1989 la idea de hacer un Mercat profesional fue un iluminado, ha hecho un favor muy importante. Con los años, y coincidiendo con el aumento de la música en directo, la gente de Vic ha ido entendiendo que el Mercat no es un festival, que hay más de mil acreditados paseando con unos colgantes cercando por el pueblo, pero no sé si son conscientes que allá ha la crème de la crème de la música catalana y estatal, y este año también del sur de Europa.

“Tanto Rubén, como Jordi y yo hemos estado vinculados al Mercat desde el 2015, trabajando para Marc y Oriol”

¿Os coordinasteis con la anterior dirección?

Joan: Tanto Rubén, como Jordi y yo hemos estado directa o indirectamente vinculados al Mercat desde el 2015, trabajando en diferentes áreas para Marc y Oriol, por eso no nos sentimos nada extraños al ganar e informarles primero a ellos. Ya les informamos en su día de que nos queríamos presentar, y ellos incluso nos animaron a hacerlo. El verano pasado hicimos una reunión donde nos explicaron todas las cosas que habían hecho los últimos años, lo que no habían podido lograr, y sobre todo las cosas que ellos creían que había que hacer en el futuro.

¿Como por ejemplo?

Joan: Incluir la nueva manera de publicar música, con el aumento y el éxito del single y los nuevos formatos. Ellos habían posicionado el Mercat como un espacio exclusivo de estrenos de álbumes y giras, pero tanto ellos como nosotros veíamos que el sector empezaba a ser algo más líquido. Un proyecto como el de Mushkaa pasó el año pasado de tocar ante 100 personas en la sala Heliogàbal, en marzo, a hacerlo en el Moll de la Madera ante 20.000 personas en septiembre. El mundo está evolucionando rápido, y teníamos dudas de que el Mercat pudiera esperar para hacer las presentaciones a que la gente trajera un álbum, porque a veces ni lo sacan.

¿Tenéis alguna idea para incluir estos nuevos formatos?

Jordi: Quizá pase por perder la importancia del estreno de álbumes y giras, que se puedan presentar cosas que no sean estrictamente un concierto, y que puedan venir artistas que no tocan en el Mercat.

Joan: Hay una subida inflacionaria de caché tan bestia que el promotor necesita ser el primero en cerrar el grupo, y apostar por el talento joven. En el apartado profesional hacemos una actividad nueva de estreno de singles en colaboración con la Apecat (asociación de productores fonográficos de Catalunya) donde se escucharán singles inéditos que saldrán durante la temporada siguiente para que los promotores sepan a que tendrán que estar atentos durante el año. Queremos poner pausa, dar espacios a la gente para que pueda presentar bien las cosas y que el profesional pueda comprar exactamente lo que quiere cuando él quiera.

“Una fiesta mayor es organizar una gran paella, mientras que una sala de concierto es comer patata y judía cada día”

¿Cómo os ha afectado el incremento en el consumo de música en directo?

Joan: Las fiestas mayores están a un nivel altísimo, muchos ayuntamientos apuestan por ellas porque, históricamente, es un momento de celebración popular y de éxito del gobierno. Pero los 100.000 euros que se puedan gastar en los artistas también podrían invertirse en gestionar una sala pequeña durante todo el año en aquella población. Pero claro, hacer una fiesta mayor es organizar una gran paella para todos los amigos, mientras que una sala de concierto es comer patata y judía cada día.

Una cuestión de modelo

Joan: El crecimiento de las fiestas mayores ha hecho que los grupos catalanes cada vez tengan más exigencias de formato, la música en catalán ha aumentado mucho la cantidad. Estamos hablando con plataformas como Amazon Music o Apple Music que nos reclaman música en catalán porque se está colocando dentro de sus listas. En Amazon Music, la música en catalán está dentro del top 10 de las más escuchadas en la península Ibérica.

La música en catalán se ha vuelto mainstream

Joan: Está en un momento altísimo, y así lo notamos por el número y calidad de los profesionales que se están acreditando, y por la repercusión del sector sudeuropeo que estamos teniendo. En Madrid la gente habla de Mushkaa, Julieta e incluso de Oques Grasses, Tyets o María Hein. Ahora empiezan a hablar de Ouineta, Fades, Svetlana, Maria Arnal, La Ludwig Band. Se está haciendo una inversión en la música en catalán, ¿pero es la inversión correcta? Nos gustaría más que se apostara por un modelo sostenible, mirando más al futuro y menos a los ombligos de cada cual.

“Todo el mundo quiere tener un concierto en su casa, y desde el Mercat debemos tocar desde el ciclo pequeño hasta el festival”

¿Estas fiestas mayores están hinchando el caché de los artistas?

Jordi: Cuanto más grupos hay, más competencia hay y más espectáculos buenos haces.

El caché también sube porque crece la infraestructura, la producción de los bolos. Oques Grasses son un ejemplo, a nivel catalán no se había hecho nunca una gira de estas dimensiones. Estamos en un momento en que todo el mundo quiere tener un concierto en su casa, y desde el Mercat debemos tocar todos los palos, desde el ciclo pequeño de pueblo hasta el gran festival. Pero tiene que ser equitativo, tenemos que potenciar los pequeños proyectos, también a nivel internacional, porque el presupuesto es el que es. No podremos entrar en esta lucha de grandes festivales con grandes fondos.

Hacen una apuesta por la música electrónica

Joan: Es un sector difícil que siempre ha funcionado de manera un poco independiente, no ha entrado en espacios como las fiestas mayores. Pero tiene un gran consumo entre la gente joven, y cada vez más entre el público adulto.

Jordi: Tanto la electrónica como el jazz tienen mucho potencial en el sur de Europa. Es más fácil entrar en Francia a través de la electrónica o el jazz que con una propuesta catalana tradicional. Hay un sentido profesional, por eso queremos trabajar con estos grupos que de por si ya han contactado con estas redes.

¿Cómo vivieron la polémica suscitada por el Sónar?

Joan: Más que un problema del Sónar, es una consecuencia de la globalización, que provoca contradicciones. Nosotros creemos en la cultura que viene de abajo, la pequeña cultura, porque cuando las cosas se hacen muy grandes cada vez es más difícil hacerlas sostenibles. Es normal que en un proyecto tan grande como el Sónar entren fondos de inversión que hagan perder el control del proyecto, que es lo que pasado. Nosotros defendemos la descentralización de la cultura, e intentamos evitar las incoherencias, pero vivimos una vida llena de contradicciones, queremos comercio de barrio mientras compramos en un supermercado. El Sónar es uno de los proyectos más coherentes a nivel cultural de Europa de los últimos años, y me atrevería a decir que no tenían ni idea de las vinculaciones sionistas del fondo de inversión que los compró, pero esto es lo que pasa cuando pierdes el control de tu empresa.

¿Cómo valoran el decreto de contaminación acústica que prepara la Generalitat?

Joan: Hay dos grandes batallas, por un lado la supervivencia de las salas de concierto, y por la otra la convivencia con los ciudadanos, teniendo en cuenta que muchos son público y vecinos al mismo tiempo. Cuando estás en el concierto te gusta una cosa, pero cuando eres vecino te gusta otra. Tenemos que trabajar juntos para que decretos y leyes contemplen el sector de la música, que no se ha escuchado mucho hasta ahora a diferencia del cine o el teatro. Los cambios que puedan venir de este decreto no pueden provocar la pérdida de espacios de música en directo, al contrario, se tendrían que fomentar. Y si hay regulaciones que obligan a remodelar locales por temas acústicos, hace falta que vayan acompañadas de políticas que ayuden a no perder los pocos espacios que tenemos.

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