Las dos infecciones desconocidas que causaron decenas de miles de muertes en el ejército de Napoléon en su invasión de Rusia en 1812

Arqueología

La 'Grande Armée' no solo se vio sorprendida por el frío invierno y la hambruna

Retirada de Moscú, cuadro pintado por Adolph Northern.

Retirada de Moscú, cuadro pintado por Adolph Northern 

Dominio público

Napoleón Bonaparte reclutó unos 700.000 mercenarios prusianos, austriacos, italianos, polacos, holandeses, suizos y franceses para formar la Grande Armée, el mayor ejército que se había formado en Europa hasta entonces. El objetivo era invadir Rusia en 1812.

Las tropas francesas llegaron hasta Moscú prácticamente sin disparar un solo tiro. Pero en la capital rusa el signo de la guerra cambió. La política de tierra quemada había aislado a las fuerzas napoleónicas, que el 7 de septiembre tuvieron que enfrentarse en una sangrienta batalla al contingente ruso dirigido por el viejo general Mijaíl Kutúzov.

Moscú en llamas

Los invasores se llevaron la victoria, aunque en la ciudad no les esperaba un paseo triunfal. Había sido vaciada y destruida por sus propios habitantes, lo que obligó al ejército francés a retirarse hasta los campamentos de invierno en la frontera con Polonia. Salir de Rusia le costó muy caro a Napoleón.

Según las crónicas, el frío invierno se cobró la vida de unos 300.000 hombres, sumado al hambre y las enfermedades. Tan solo 30.000 lograron regresar a casa con vida. El médico del ejército francés J.R.L. De Kirckhoff detalló en un libro las enfermedades que afligían a los soldados: tifus, diarrea, disentería, fiebre, neumonía e ictericia.

Las tropas napoleónicas avanzando por un Moscú en llamas. Cuadro pintado por Viktor Mazurovsky

Las tropas napoleónicas avanzando por un Moscú en llamas. Cuadro pintado por Viktor Mazurovsky

Wikipedia

Ahora, un estudio dirigido por investigadores del Instituto Pasteur a partir de ADN extraído de los dientes de soldados enterrados en fosas comunes a las afueras de Vilna (Lituania) ha revelado dos infecciones que mermaron al ejército galo y que no habían sido documentadas previamente.

El tifus, conocido como fiebre del campamento, siempre se consideró como la gran causa viral que provocó la desaparición de la Grande Armée, ya que se encontraron piojos del cuerpo, los principales transmisores de esta enfermedad. El nuevo análisis apunta a otros dos enemigos microbianos: Salmonella enterica y Borrelia recurrentis.

Lee también

“Un escenario razonable para la muerte de estos soldados sería una combinación de fatiga, frío y diversas enfermedades, incluyendo fiebre paratifoidea y fiebre recurrente transmitida por piojos”, escriben Rémi Barbieri y Nicolás Rascovan en un artículo publicado en el servidor de preimpresión bioRxiv.

Los científicos estudiaron muestras de hasta 13 individuos y descubrieron que en cuatro de ellos había material genético de Salmonella enterica serovar Paratyphi C, una cepa antigua que causa la fiebre paratifoidea, una infección gastrointestinal que se transmite a través de alimentos o agua contaminados.

Los investigadores han analizado los dientes de 13 individuos hallados en una fosa común de Vilnius

Los investigadores han analizado los dientes de 13 individuos hallados en una fosa común de Vilnius 

Michel Signoli

En otras dos personas encontraron secuencias coincidentes con Borrelia recurrentis, la bacteria causante de la fiebre recurrente, transmitida por piojos y poco común hoy en día en la mayor parte de Europa. Sorprendentemente, el nuevo análisis no encontró ni rastro de Rickettsia prowazekii (tifus) y Bartonella quintana (fiebre de las trincheras), que sí se habían hallado en anteriores estudios.

“Aunque no es necesariamente mortal -señalan los autores-, la fiebre recurrente transmitida por piojos podría debilitar significativamente a un individuo ya exhausto”. Esto indicaría que es probable que estas infecciones no actuaran solas, por lo que los expertos no pueden descartar la presencia de otros patógenos, incluido el tifus.

La batalla de Krasnoi, pintada por Peter von Hess, tuvo lugar en noviembre de 1821, durante la retirada de Napoleón de Rusia

La batalla de Krasnoi, pintada por Peter von Hess, tuvo lugar en noviembre de 1821, durante la retirada de Napoleón de Rusia

Wikipedia

El cuadro clínico revelado por estas enfermedades, además, coincide estrechamente con los relatos de primera mano de la retirada. En 1812, J.R.L. de Kirckhoff informó que la diarrea y la disentería eran comunes en Lituania. “Encontrábamos en casi todas las casas, desde Orcha hasta Wilna, grandes barriles de remolacha salada… cuyo jugo comíamos y bebíamos cuando teníamos sed, lo que nos causaba un gran malestar e irritaba fuertemente el tracto intestinal”, escribió.

Esta descripción refleja los síntomas de la fiebre paratifoidea, incluyendo dolor de estómago, diarrea y fiebre. Sin embargo, en aquel entonces, los médicos carecían de las herramientas para distinguir entre diferentes fiebres (tifus, tifoidea y recurrente) basándose únicamente en los síntomas.

Frías y sucias trincheras

Los agentes bacterianos responsables de estas enfermedades no se descubrieron hasta finales del siglo XIX y principios del XX. En las frías y sucias trincheras de Vilna donde se descubrieron los restos de los soldados de Napoleón, los piojos eran omnipresentes y los soldados estaban desnutridos, deshidratados y privados de sueño. Un entorno ideal para la propagación de la fiebre recurrente y las infecciones gastrointestinales.

Los hallazgos del equipo del Instituto Pasteur se realizaron a partir de los dientes recuperados de una fosa común en Vilna. La densa estructura de las piezas dentales puede incluso conservar rastros de patógenos que alguna vez circularon en la sangre.

La 'Grande Armée' devastada por los elementos, obra de Vasili Vereschaguin

La 'Grande Armée' devastada por los elementos, obra de Vasili Vereschaguin

Wikipedia

Los investigadores autenticaron el ADN antiguo de los patógenos. Demostraron que la cepa paratifoidea pertenecía al linaje Paratyphi C, que ya ha aparecido en restos antiguos europeos. La cepa de Borrelia recurrentis que hallaron parece descender de un linaje que persistió en Europa durante milenios, remontándose a la Edad del Hierro.

A lo largo de la historia, desde la antigua Roma hasta los conflictos del siglo XX, los ejércitos han sufrido a menudo más por enfermedades que por las balas. La retirada de Napoleón no fue la excepción. Perdió decenas de miles de vidas por fiebre, envenenamiento y deshidratación, muchas más que en combate directo.

“Nuestro estudio confirma la presencia de dos patógenos previamente no documentados, pero será necesario el análisis de un mayor número de muestras para comprender plenamente el espectro de enfermedades epidémicas que afectaron al ejército napoleónico durante la retirada rusa”, concluyen los autores.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...