Dos esqueletos de hace 1.300 años encontrados en cementerios distintos del sur de Inglaterra tenían abuelos del África subsahariana

Arqueología

Los restos de una adolescente de la Alta Edad Media fueron descubiertos en Kent y los de un joven se hallaron en Dorset

El cuerpo de la adolescente descubierta en el cementerio de Updown, en Kent

El cuerpo de la adolescente descubierta en el cementerio de Updown, en Kent 

Antiquity

La migración está en nuestros genes, desde mucho antes que el Homo sapiens abandonara África para colonizar todo el planeta. Hubo un tiempo en que la prosperidad se medía por el alimento que se podía cazar o recolectar. Luego se basó en descubrir buenas tierras de cultivos o pastos para los animales domesticados. Ahora el dinero lo inunda todo. En el fondo, siempre fue esa búsqueda insaciable por tener más y mejor.

En plena Alta Edad Media pueblos como los anglos, los sajones o los jutos invadieron las Islas Británicas desde el norte de Europa. Aprovecharon la decadencia del Imperio Romano para ocupar Britannia e iniciar un largo periodo de dominación anglosajona desde principios del siglo V hasta la conquista normanda en el año 1066.

El alcance de esos movimientos de población, sin embargo, no se ciñó a la Europa continental. Un análisis de ADN en los restos hallados en dos cementerios de la costa sur de Inglaterra ha revelado también la presencia de ascendencia de África Occidental en dos entierros inconexos del siglo VII después de Cristo.

Los ancestros de los dos individuos estudiados por los investigadores de las universidades de Lancashire y Huddersfield eran recientes, probablemente los abuelos. Ambos representan, además, la primera evidencia de conexiones genéticas entre Gran Bretaña y África en la Edad Media.

El chico fue enterrado junto a otra persona con la que no tenía ninguna relación genética

El chico fue enterrado junto a otra persona con la que no tenía ninguna relación genética 

Lilian Ladle / Antiquity

“La migración, su dirección, escala e impacto han sido objeto de un amplio debate en la arqueología europea”, escriben los autores de dos artículos, uno sobre cada entierro, publicados en la revista Antiquity. “La investigación arqueogenética puede ahora aportar nuevos conocimientos, incluso identificando migrantes individuales”, señalan.

Las restos de una chica adolescente y de un chico joven fueron descubiertos, respectivamente, en los cementerios de Updown, en Kent, y Worth Matravers, en Dorset. La mayoría de los 23 individuos sepultados allí tenían ascendencia noreuropea o británica e irlandesa occidental, predominantes en Inglaterra en aquella época. Pero había dos personas distintas.

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“Kent siempre ha sido un canal por el que llegaban influencias del continente europeo, y esto fue particularmente marcado en el siglo VI, durante lo que podría denominarse la ‘Fase Franca’”, dice Duncan Sayer, profesor de la Universidad de Lancashire y autor principal del artículo sobre Updown, que se encuentra cerca del centro real de Finglesham, lo que indica que las conexiones formaban parte de una red más amplia.

Dorset, por su parte, se encontraba en la periferia del mundo anglosajón, al margen de la influencia continental. “La evidencia arqueológica sugiere una marcada y notable división cultural entre Dorset y las zonas al oeste, y las zonas de influencia anglosajona al este”, indica la doctora Ceiridwen J. Edwards, de la Universidad de Huddersfield y autora del estudio sobre Worth Matravers.

Arqueólogos trabajando en el cementerio de Worth Matravers, donde se encontró a un joven con ascendencia africana

Arqueólogos trabajando en el cementerio de Worth Matravers, donde se encontró a un joven con ascendencia africana 

Lilian Ladle / Antiquity

En cada uno de estos dos individuos, su ADN mitocondrial (heredado de la madre) era noreuropeo, pero el código genético autosómico (de ambos progenitores) mostraba claros indicios de ascendencia no europea con afinidad con los actuales grupos subsaharianos como los yoruba (Nigeria, Benin, Togo), mende (Sierra Leona), mandinga (Gambia, Guinea, Senegal, Malí, Sierra Leona, Liberia, Burkina Faso y Costa de Marfil) y esan (Nigeria).

Esto indica que ambos individuos tenían una ascendencia genética y geográficamente mixta, a diferencia del resto de las personas enterradas en los dos cementerios. Investigaciones posteriores sugieren que ambos tenían un abuelo o abuela paterna de África Occidental.

Vasija de la Galia y cuchara 'cristiana'

La tumba de Updown contiene varios objetos, incluida una vasija importada de la Galia franca, un cuchillo, un peine de hueso y una cuchara que podría indicar la fe cristiana de la chica y sus vínculos con el Imperio bizantino. El cementerio era parte de la red real de Kent y estos objetos, junto con indicadores genéticos, apuntan a sus conexiones continentales.

El muchacho de Worth Matravers, por su parte, fue enterrado junto a un hombre de ascendencia británica con el que no estaba emparentado y un ancla de piedra caliza local. En ambos casos, sin embargo, el hecho de que las dos personas fueran enterrados como miembros típicos de sus comunidades indica que eran valorados localmente.

El ancla de piedra caliza local que fue enterrada junto al chico

El ancla de piedra caliza local que fue enterrada junto al chico

Lilian Ladle / Antiquity

“Es significativo que sea el ADN humano -y, por lo tanto, el movimiento de personas, y no solo de objetos- lo que ahora esté empezando a revelar la naturaleza de la interacción a larga distancia con el continente europeo, Bizancio y el África subsahariana”, afirma el profesor Sayer.

Aunque ya se habían encontrado otras personas de ascendencia africana en Gran Bretaña durante el periodo romano, como la Dama del Brazalete de Marfil, Sayer no cree que exista continuidad entre esas personas. Al final del período romano, y tras saquear roma en el 455, los vándalos conquistaron el norte de África y fundaron allí un reino que duró hasta el año 534, cuando fueron absorbidos por Binzancio.

Conexión internacional

“Lo fascinante de estos dos casos -añade- es que esta conexión internacional se encuentra tanto en el este como en el oeste de Gran Bretaña. Updown está justo en el centro de la zona cultural anglosajona temprana, mientras que Worth Matraversse sitúa fuera de su periferia, en el oeste subromano”.

Los resultados obtenidos en este estudio, dicen los investigadores, enfatiza “la naturaleza cosmopolita” de Inglaterra en el periodo medieval temprano, señalando la existencia de una “población diversa con conexiones lejanas que, aún así, estaba plenamente integrada en el tejido de la vida cotidiana”, concluye la doctora Edwards.

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