Hibristofilia o por qué algunas mujeres se enamoran de peligrosos asesinos

El Síndrome de Bonnie & Clyde

“A un hombre que está en la cárcel por un delito grave se le suele estigmatizar, pero una mujer hibristofílica puede sentir empatía hacia él, compadecerse de su posible pasado trágico y pensar que puede salvarlo”

Horizontal

Bonnie y Clyde, fotografía de archivo (1933)

Terceros

La pobre Bella está encerrada en el castillo de Bestia, un príncipe al que la hechicera ha convertido en un monstruo para castigarlo por su vanidad y su soberbia. Bella es buena y noble y, lejos de huir de Bestia, se acerca a él para enamorarlo y salvarlo así de la maldición.

Lee también

Familias asesinas y sus crímenes más atroces: “Ya nos hemos vengado”

Mónica G. Álvarez
Familias asesinas y sus crímenes más atroces: “Ya nos hemos vengado”

Babi es una chica de clase alta, estudiosa y encantadora que, por esas cosas de la vida, cae en las redes de H, un guaperas con el físico de Mario Casas, que la lleva por el mal camino. H obliga a Babi a correr en las carreras ilegales de motos en Tres metros sobre el cielo. Al igual que Danny implicaba a Sandy en las peligrosas competiciones nocturnas de coches en Grease .

“Un preso puede ser un novio ideal para una mujer con baja autoestima porque no saldrá con otras chicas”

Varias generaciones de mujeres, por no decir todas, han crecido con la idea de que el chico malo es el que mola y que puede redimirse gracias al amor, los cuidados y el cariño de una mujer. La abogada y criminóloga Carlota Elías Muñárriz estudió para su trabajo de fin de grado una muestra de 128 mujeres barcelonesas de entre 18 y 25 años y descubrió algo aterrador: muchas de esas chicas “sienten atracción por hombres que se conducen de forma violenta”.

Lee también

Ted Bundy: El “tipo normal” que violó y asesinó a una treintena de mujeres

Leonor Mayor Ortega
Ted Bundy durante el segundo juicio

La mayoría de las veces las cosas se quedan ahí, en la juventud, y esas mujeres entablan relaciones duraderas con hombres normales, por decirlo de alguna manera. Pero no siempre. Algunas señoras adultas mantienen la atracción por los chicos malos hasta el punto de llegar a enamorarse de asesinos o violadores. Esa atracción es una parafilia y tiene un nombre: hibristofilia.

La criminóloga Carlota Elías


La criminóloga Carlota Elías 

Xavi Jurio

Elías ha llevado su trabajo más allá y ha analizado las causas que conducen a algunas mujeres a sentir amor y pasión por criminales en Hibristofilia. Un cuento de (encerr)hadas (Bosch Editor), un libro que acaba de salir al mercado. “Las mujeres aprenden desde pequeñas a cuidar y a ser madres y muchas veces trasladan esa necesidad de atender y proteger a la pareja”, explica.

Lee también

Anna O, la asesina que durmió durante cuatro años tras matar a sus dos mejores amigos

Leonor Mayor Ortega
matthew blake autor de 'Anna O.'

Y agrega que “a un hombre que está en la cárcel por un delito grave se le suele estigmatizar, se le ve como alguien peligroso, pero una mujer hibristofílica puede sentir empatía hacia él, compadecerse de su posible pasado trágico y pensar que puede salvarlo”.

Bernat-N Tiffon, psicólogo forense

Bernat-N Tiffon, psicólogo forense

Ese es un primer motivo que ha llevado a cientos de mujeres a escribir cartas declarando su amor a asesinos tan despiadados como Ted Bundy, que en los años 70 violó y mató a una treintena de mujeres en Estados Unidos; Charles Manson, el líder de la secta que asesinó a Sharon Tate; los hermanos Menéndez, que ejecutaron a sus padres, o Miguel Carcaño, que acabó con la vida de Marta del Castillo.

Lee también

El fiscal de Los Angeles revisará el caso de los hermanos Menendez tras la serie en Netflix

Francesc Peirón
El fiscal de Los Angeles revisará el caso de los hermanos Menendez tras la serie en Netflix

El doctor Bernat-N Tiffon, psicólogo forense, ha visto en primera persona algunos de estos casos de hibristofilia, que también se conoce con el Síndrome de Bonnie & Clyde en referencia a la pareja de ladrones de bancos y asesinos que dejó un reguero de sangre tras de sí en Estados Unidos durante la Gran Depresión.

Lee también

Andrés Rabadán, recordado como el 'loco de la ballesta'

Fede Cedó
Personal de los Servicios Funerarios y del juzgado de guardia retiran el cadáver del profesor del IES Joan Fuster de Barcelona fallecido hoy a manos de un alumno de segundo de la ESO, que le ha disparado flechas de ballesta con las que también ha causado heridas a otras cuatro personas.

“Uno de estos casos es el de Andrés Rabadán, conocido como el asesino de la ballesta, que mató a su padre con tres flechazos. Fue considerado inimputable por eso homicidio, pero ingresó en prisión por haber provocado el descarrilamiento de tres trenes. Allí estuvo en el módulo de psiquiatría. Una de las enfermeras se enamoró de él. Se casaron y tuvieron descendencia. Tras salir de prisión, se separaron y Rabadán encontró otra pareja”, relata Tiffon, quien también recuerda el caso “de una abogada que entabló una relación, que perdura tras la liberación, con un preso peligroso”.

A la necesidad de cuidar se suman otros factores que generan la hibristofilia como la baja autoestima de las mujeres que la padecen. “Eso implica que muchas veces busquen a un hombre que esté peor que ellas para sentirse superiores y también para saberse elegidas, para ser especiales para alguien, aunque sea un terrible criminal”, añade Elías.

Lee también

La verdadera historia de Bonnie & Clyde, los amantes del crimen

Mónica G. Álvarez
Vertical

Además, para una mujer con baja autoestima mantener una relación con un hombre que está encerrado tiene otra ventaja, la seguridad: “Un preso puede ser un novio ideal en estas circunstancias porque no se va a comunicar con otras chicas, no va a salir de juerga y va a estar controlado por una institución, lo que además supone una protección añadida, pues aunque sea un criminal no puede hacer ningún daño físico a su novia desde su celda”, concluye la criminóloga.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...