Última sesión del festival de Cap Roig de este año, protagonizada por el canadiense Michael Bublé, afamado crooner que fue el último artista en incorporarse al cartel de un ciclo que ha celebrado ya su edición número 25. Unos dos mil espectadores, según indicaron fuentes de la organización, se dieron cita en los jardines que han acogido estos conciertos para seguir las evoluciones del cantante y compositor que, por cierto, el próximo día 9 de septiembre soplará las cincuenta velas.
Higher, editado en 2022, es el undécimo y hasta el momento último álbum de estudio publicado por Michael Bublé, aunque según avanzó pronto obsequiará a sus incondicionales con nuevo material, ya que tiene previsto entrar en el estudio antes de final de año. A la espera de lo que pueda ocurrir, la entregada audiencia congregada este martes por en el Baix Empordà se las hubo con una amplia selección de versiones y también temas de cosecha propia. Tras una efectista obertura, empezó a andar con Feeling good, el mismo clásico con el que Bublé arrancó su concierto en el Palau Sant Jordi de Barcelona hace un par de años.
Michael Bublé actuó arropado en escena por una poderosa big band, con gran brillo de metales y trío de coristas
El título del tema inicial ejemplifica a la perfección el espíritu de la comparecencia que referimos, de algo menos de hora y media de duración. Michael Bublé actuó arropado en escena por una poderosa big band, con gran brillo de metales y trío de coristas. Buenrollismo muy reforzado en la actitud de este vocalista que, cuestiones musicales aparte, exhibió con su actitud un gran dominio de las leyes del espectáculo. Ligó buenos chistes (“mi nombre es Miguel Burbujas”, ironizó en su divertido spanglish), y se trabajó la interacción con la audiencia. Fue así como acercó el micro a primera fila para que un espectador cantara un par de líneas de Haven’t met you yet , y la tomó (con cierta picardía aunque amablemente) con otro asistente al concierto, llamado Juan Carlos, después de que este le obsequiara con su abanico.
Destacó también la interpretación del tema popularizado por Dean Martin You’re nobody ‘till somebody loves you , en la que Bublé cedió protagonismo vocal al trompetista de la banda, recién casado para más señas. Un episodio especialmente expansivo y celebrado con entusiasmo en el patio de butacas.
El desfile de clásicos que marcó la velada comprendía del mismo modo, y entre más nombres, alusiones a Nat King Cole ( L-O-V-E ), los Bee Gees ( To love somebody ) o Elvis Presley, de quien hizo un efectivo medley iniciado con la guitarra entre los dedos y con referencias a Trouble , Burning love y Can’t help falling in love . Tampoco se olvidó, ya en la tanda de bises, de los inapelables Cry me a river y Always on my mind , a mayor gloria de Julie London y Brenda Lee, respectivamente.
Como valor añadido a la muy bien trabada y finalmente eficaz propuesta fraguada por Michael Bublé a lo largo de una dilatada carrera, resultaba asimismo interesante constatar de qué modo referencias tan historiadas e insertas en la memoria popular como las que se acaban de mencionar, convivían en perfecta armonía con los temas originales que formaban parte del programa, singularmente Home , de pelaje más pop, o una swingueada It’s a beautiful day .