Crítica de 'Metal Gear Solid Delta' (★★★✩✩): la guerra fría de Hideo Kojima 

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La japonesa Konami ha publicado 'Metal Gear Solid Delta: Snake Eater' , una puesta al día de la tercera entrega de esta aclamada saga de juegos de acción y espionaje ideada por el prestigioso diseñador en 2004

Metal Gear Solid Delta: Snake Eater

Una imagen del videojuego 'Metal Gear Solid Delta: Snake Eater' 

Konami

Así como en el cine los remakes no suelen tener buena prensa, en el mundo del videojuego son el pan de cada día. Tiene sentido, ya que al tratarse de un medio tan ligado a la tecnología, las obras queden atrapadas entre limitaciones de computación y formatos obsoletos, y eso hace que recuperar títulos de hace diez, quince o veinte años —como el que hoy nos ocupa— sea complicado. 

La japonesa Konami ha publicado Metal Gear Solid Delta: Snake Eater, una puesta al día de la tercera entrega de esta aclamada saga de juegos de acción y espionaje ideada por el prestigioso diseñador Hideo Kojima y publicada originalmente en 2004. Se trata de una actualización que llega con polémica incluida, puesto que hace una década la empresa y el creativo partieron peras de forma poco amistosa y, desde entonces, no ha habido ningún gran lanzamiento relacionado con esta serie.

La historia del agente Snake y su misión secreta para rescatar a un científico de una base militar rusa en plena guerra fría se mantiene intacta plano a plano

Es fácil acercarse a este remake con la sospecha de que se trata de una reedición sacacuartos, pero lo cierto es que lo que he encontrado ha sido una grata sorpresa. Ante todo, estamos ante un lavado de cara visual y una renovación del sistema de control para hacerlos acordes a los tiempos que corren. Respecto a lo primero, el juego utiliza el motor Unreal Engine para mostrar gráficos más detallados; sin embargo, la dirección artística no está a la altura de la que lucía el título original. En cambio, sí que son muy bienvenidos los ajustes y las nuevas opciones en la jugabilidad, ya que mejoran la comodidad a la hora de jugar.

La historia del agente Snake y su misión secreta para rescatar a un científico de una base militar rusa en plena guerra fría se mantiene intacta plano a plano, diálogo a diálogo y chascarrillo a chascarrillo. Es normal que el equipo encargado de esta modernización —muchos de los cuales trabajaron en el título de la antigua PlayStation 2— no haya tocada ni una coma de la potente narrativa del juego, y es que si por algo es recordado Metal Gear Solid 3 es por el carisma, la tensión dramática y el sentido del humor del relato original.

Fotograma de 'Metal Gear Solid: Snake Eater'.

Imagen de 'Metal Gear Solid Delta: Snake Eater' 

Konami
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Como ya ocurría en la versión publicada hace dos décadas, el juego presenta su historia recurriendo de forma muy habitual a extensas cinemáticas o a las famosas conversaciones a través del codec, es decir, mediante texto y voz. Incluso a día de hoy, puede llamar la atención el uso (o el abuso) de estos recursos narrativos, pero lo cierto es que le otorgan un carácter único (muy japonés) a la hora de exponer una historia de espías detallada, que sabe mezclar realidad y ficción, y cuyos personajes siguen siendo memorables.

Volviendo a la comparación con el cine, podríamos decir que este remake recuerda al que el cineasta estadounidense Gus Van Sant hizo con su controvertida y conservadora versión de Psicosis (1998). El juego respeta tanto a sus creadores originales —a los que reverencia en los créditos—, como a la obra primigenia —que se presenta con pocos más cambios que una nueva y reluciente capa de chapa y pintura—, pero no propone nada nuevo. Hacía veinte años que no jugaba a este juego y, para lo bueno y para lo malo, ha sido como volver a tener veinte años.

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