Por muchos milenarios: la monumental sinfonía de Mahler en la Abadía de Montserrat (★★★★★)

CRÍTICA DE CLÁSICA

Había dudas de cómo podría llegar al oyente esta música majestuosa, y el resultado fue excelente en términos de acústica

El mestre Josep Pons ha dirigit el concert de Mahler pel Mil·lenari de Montserrat, amb l'Orquestra del Liceu

Josep Pons dirigiendo el concierto de Mahler para el Mil·lenari de Montserrat

Mil·lenari de Montserrat ★★★★★

Intérpretes: Cor i Orquestra del Teatre del Liceu, Orfeó Català, y Katharina Konradi y Ekaterina Gunanova como solistas

Director: Josep Pons

Lugar y fecha: Abadía de Montserrat, 6-IX-2025

Esta sesión musical, muy especial para la Abadia señaló el P. Bernat Juliol, comisario del Mil·lenari, centrada en la sinfonía Resurrección de Gustav Mahler, ha estado plena de simbolismo. Ya lo es la propia obra musical, que conmueve –desde el escenario de conciertos– los límites de aquello que llamamos música religiosa.

Algo difícil de definir en términos de estética, que nos habla de profundidad, de elocuencia, de intimidad y a la vez comunión. Y si a ello le sumamos el marco, la imponente basílica y su entorno, la historia y significado que tiene para Catalunya, pues, nos lleva más allá de lo estrictamente musical, con una orquesta liderada por el concertino Glausteen, renovada y con una gran conciencia artística desde la “resurrección” propiciada por Pons y más que evidente.

También iba de rememorar inicios; Josep Pons hizo su aprendizaje musical allí como escolanet , cuando la polifonía de Victoria era el día a día. Gran escuela, integral, y con resultados inigualables si miramos en su sede algunas de las fotografías de antiguos escolanets , hoy maestros.

Pons va siempre a la profundidad, nada es superficial, y a ella aludió la sutil participación de la mezzo Gubanova

Había dudas de cómo podría llegar al oyente esta música majestuosa, y el resultado fue excelente en términos de acústica. Compartimos en esta pequeña peregrinación, intensidad expresiva e intimidad. La orquesta y los coros se insertaron en el corazón de la abadía, en un plano algo inferior al del público, que llenó a rebosar, gozando de una perspectiva que alteró muy poco su imagen habitual.

La versión que nos deja el trabajo de director, orquesta y coro no se logra si no hay compromiso y mucho trabajo detrás. Inflexiones sensibles de la cuerda alta, delicados pizzicatti , potencia sonora sin complejos, articulación y fraseo que prioriza la horizontalidad ante el elemento rítmico, en delicado equilibrio y, siempre, expresión vital. Y qué decir de la majestuosidad de metales o la elocuencia de las maderas.

Lee también

Pons va siempre a la profundidad, nada es superficial, y a ella aludió la sutil participación de la mezzo Gubanova. Más aún, con el coro percibimos esa interioridad casi incorpórea y potente a la vez que, ciertamente, conmueve. Quizá eso de conmoverse está reñido con el ejercicio de la crítica, pero esta es la virtud de la obra de arte, que sobrepasa los límites. Y aquí se trató de una conjunción de factores: la obra, el lugar, la percepción del compromiso, el buen hacer, la sensibilidad, el esfuerzo que supuso y la visión también por parte del Gran Teatre del Liceu, y del Orfeó Català, que de nuevo mostró su calidad. Felicidades por esta celebración y gracias.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...