La chaquetilla de cuero

En el año 2000, en uno de los encuentros universitarios que se realizan periódicamente sobre su obra (es una de las autoras catalanas y españolas más seguidas en las facultades de hispánicas de todo el mundo) Carme Riera se presentó con la chaquetilla de cuero que vestía en sus primeros años de escritora y que era un testimonio del mundo creativo y juvenil de Te deix, amor, la mar com a penyora y Jo deix per testimoni les gavines, sus grandes éxitos de los setenta. Vistos a distancia, se me antojan libros de anticipación: retratan el malestar de las mujeres de una manera desgajada del tronco rodoreriano. La chaquetilla quería decir: yo soy aquella.

Riera es una escritora con una trayectoria muy coherente –hoy diríamos a la manera de las escuelas de negocios que ha gestionado muy bien su obra–. Recuerdo la sorpresa, a principios de los ochenta, cuando publicó los cuentos erótico-humorísticos de Epitelis tendríssims, después del do de pecho de Una primavera per a Domenico Guarini. ¿Qué hace ahora esta mujer? podías preguntarte. Humor desde una perspectiva femenina, lo cual era una novedad total.

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Carme Riera en la terraza del hotel Nixe Palace de Palma

Eugeni Aguiló

El tiempo ha demostrado que Riera es capaz de encajar en un mismo proyecto de éxito libros ambiciosos, panorámicos y obras aparentemente menores, divertidas y críticas, la biografía novelada del Arxiduc, una novela de crímenes en el campus o un libro sobre las experiencias en el umbral de la muerte a propósito de una célebre cantante de ópera con casa en Mallorca. Bravo.

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