La literatura (infantil y juvenil) catalana vuela

El nuevo canon de los escritores catalanes en el mundo

FOTO ALEX GARCIA SETMANA DEL LLIBRE EN CATALA EN EL PASSEIG LLUIS COMPANYS 2025/09/19

Este viernes abrió al paseo Lluís Companys la 43.ª edición de La Setmana del Llibre en Catalán

ÀLEX GARCIA

Muchos lectores tenemos en la cabeza una foto fija de los autores más celebrados de la literatura catalana, quizá incluso cada uno tiene su propio canon, y semana tras semana podemos ver las listas de más vendidos. La realidad, sin embargo, a veces ofrece algunas sorpresas. Por ejemplo, La plaça del Diamant de Mercè Rodoreda sigue siendo con diferencia el libro más traducido –se ha publicado en 41 lenguas–, pero su autora ya no es la que tiene más traducciones del conjunto de su obra, sino Rocio Bonilla. Sí, la creadora de Minimoni ha publicado hasta 248 ediciones traducidas de sus libros, según la base de datos que mantiene al día el Institut Ramon Llull.

No es un caso aislado, porque desde el 2016 la proyección internacional de la literatura infantil y juvenil (LIJ) catalana ha pasado por delante de la destinada a los adultos, hasta el punto de que es la responsable principal de que, si nos fijamos en los datos desde el 2007 –cuando Catalunya fue invitada de honor de la Feria de Frankfurt–, las traducciones de literatura catalana se hayan doblado, desde las 174 de aquel año hasta las 348 del 2024.

La directora del área de Literatura del Institut Ramon Llull, Izaskun Arretxe –hasta hace unos meses directora de la Institució de les Lletres Catalanes–, apunta que “por una parte, el trabajo antes del 2007 había hecho crecer las traducciones de ficción, luego cayó un poco y últimamente se ha recuperado y tiene un crecimiento sostenido. Pero en Latinoamérica, por ejemplo, ha ido creciendo, con la participación del Llull de manera sostenida en la FIL de Guadalajara, vamos a menudo a la de Buenos Aires y el año que viene iremos a la de Bogotá, y eso está suponiendo más publicaciones allí”. La presencia de Barcelona este año en la FIL mexicana también está impulsando la llegada de autores catalanes allí.

El castellano es la lengua a la que más se traduce, seguida del italiano, el francés y, los últimos años, el inglés

Además, el castellano es la principal lengua a la que se traduce: “Como debe ser y más que debería serlo –dice Arretxe–. Después están el italiano, el francés y el inglés, que los últimos años ha ganado posiciones”. Pero las lenguas en que se puede leer la literatura catalana son muchas, porque para ellos, aunque aquí se hayan publicado hace tiempo, son una novedad. Sin ir más lejos, Jo confesso, de Cabré, se está traduciendo actualmente al letón, y en Albania tienen interés en publicar a Jordi Puntí y Llucia Ramis.

“Otro hecho destacable es la no ficción, donde notamos un gran cambio, que tiene que ver también con un hecho tan simple como que la no ficción y el ensayo en catalán han crecido mucho los últimos años, editoriales como Arcàdia o Anagrama han hecho mucho trabajo en este sentido, y además a menudo participan en festivales y encuentros en diálogo con otros autores, porque no solo hablan de sus libros, sino de su universo, y pienso en autores como Marina Garcés, Josep Maria Esquirol, Íngrid Guardiola o Joan-Carles Mèlich”, apunta Arretxe. En estos años, han pasado de 17 traducciones a las 53 del año pasado.

Y ahora viene la gran explosión, que “es la literatura infantil y juvenil, en parte gracias al efecto Bolonia –en el 2017 Catalunya fue invitada de honor de la feria más importante del sector–. Eso pasa también porque hay un sistema con agencias y editoriales bien engrasado, y tenemos un equipo supercomprometido que sabe muchísimo y trabaja gota a gota, conociendo las editoriales y los sistemas internacionales”. Si en el 2007 se tradujeron 17 obras de LIJ, en el 2016 ya fueron 110, que el año pasado llegaron a 161 –aunque los dos años anteriores incluso habían superado las 200–.

De entre los factores que explican el crecimiento espectacular, Arretxe destaca que “en literatura de adultos siempre ha habido autores motor, que tiran de los demás, y si antes eran Cabré, Monzó o Sánchez Piñol, ahora son, por ejemplo, Eva Baltasar, Irene Solà, Marta Orriols o Marina Garcés. En LIJ eso no pasaba, con excepciones como Maite Carranza –La guerra de les bruixes–. Ahora, en cambio, es bestial, con Rocio Bonilla –Minimoni–, Anna Llenas –El monstre de colors–, Jaume Copons y Liliana Fortuny –L’Agus i els monstres–, Aina Bestard –Què s’amaga– o Víctor Escandell –Enigmes–”. En el 2028 Barcelona será sede del IBBY World Congress, el mayor encuentro de entidades de impulso a la LIJ, y eso aún sumará más.

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Así, si nos centramos en los últimos cinco años, los autores más traducidos de la literatura catalana son, por este orden, Rocio Bonilla, Jaume Copons, Irene Solà, Elisenda Roca y Meritxell Martí. Entre los veinte primeros, quince son mujeres, nueve son autores de LIJ, diez de ficción para adultos y una de ensayo, mientras que solo tres son autores de los llamados patrimoniales –resumiéndolo mucho: difuntos–.

Los cambios también llegan a la selección de autores más traducidos en términos absolutos, que ya encabeza Bonilla, seguida de Rodoreda, Copons, Ramon Llull, Salvador Espriu, Jaume Cabré, Jacint Verdaguer, Meritxell Martí, Josep Pla y Andreu Martín, mientras que si nos centramos en las obras, tras La plaça del Diamant rodorediana resiste aún La pell freda de Albert Sánchez Piñol –33 lenguas–, pero a continuación ya se sitúa El monstre de colors de Llenas –32–, seguido, empatados con 26 traducciones, de Jo confesso de Jaume Cabré y De quin color és un petó de Bonilla. Más abajo encontramos Canto jo i la muntanya balla de Solà –23–, La guerra de les bruixes de Carranza o Mirall trencat de Rodoreda, ambas con 21 traducciones.

Aunque las traducciones de poesía son estables, los autores viajan más a recitar a festivales

Con todo, hay algunos géneros que aparentemente escapan a este crecimiento. Las traducciones de poesía, por ejemplo, se han mantenido muy estables, en torno a la veintena, lo que Arretxe atribuye por una parte a que “en todo el mundo la edición de poesía va ligeramente a la baja, pero al mismo tiempo la parte performática va al alza, y aquí la poesía catalana está presente en el mundo, pues los autores participan en muchos festivales, a menudo incluso sin tener obra traducida, y allí pueden encontrar editores”. El año pasado, por ejemplo, la poesía catalana se escuchó en Berlín, Balatonfüred (Hungría), Londres, París o Belgrado, con una quincena de autores como Martí Sales, Maria Callís, Anna Gual, Josep Pedrals, Laia Malo, Mireia Calafell o Juana Dolores, entre otros. En años anteriores, la cifra de poetas en recitales internacionales ha superado la treintena.

Con respecto al teatro, es evidente que tiene una naturaleza escénica, pero el Llull también quiere impulsar la traducción “porque el teatro de texto en catalán está en un momento espléndido” y hay mucho camino por recorrer.

En cuanto al cómic, las cifras son engañosas, por una parte porque muchas obras de LIJ tienen que ver con la parte gráfica, pero hasta los últimos años no ha empezado a haber masa crítica de cómic original en catalán. Muchos autores catalanes, además, antes publican sus obras en otros mercados, ya sea el francobelga o el español, y no ha sido hasta más tarde que se han traducido aquí.

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