Visto a toro pasado y con la perspectiva del tiempo (en este caso más de dos siglos), cualquiera puede parecer un revolucionario. Incluso la reina francesa prototipo de la decadencia, el lujo y el despilfarro mientras sus súbditos se morían de hambre, que acabó guillotinada en la actual Place de la Concorde de París.
¿Revolucionaria María Antonieta? Bueno, revolucionaria de la moda de y del diseño, que no es exactamente lo mismo. Y también revolucionaria de una corte clásica y anquilosada como la de Versalles, a la que dio colorido y escandalizó con sus costumbres, desde amamantar a sus cuatro hijos hasta la bisexualidad (amantes masculinos era terreno ya conquistado y no habría hecho fruncir el ceño de los franceses, pero tanto hombres como mujeres, hasta ahí podríamos llegar).
El Museo Victoria and Albert del barrio londinense de Kensington acaba de inaugurar la más exhaustiva exposición sobre la reina de trágico final que acabó decapitada, con 250 objetos (muchos de los cuales nunca habían salido de Francia), desde fragmentos y réplicas de vestidos de seda, algodón y muselina hasta joyas y pelucas, desde retratos hasta cortinas y todo tipo de ornamentos, y una instalación audiovisual inmersiva que recrea los olores de sus aposentos en el Petit Trianon, imitando su perfume favorito.
María Antonieta es presentada como una predecesora de Diana, una Barbie del siglo XVIII y una Cenicienta de la vida real. Diana como icono de la moda y figura revolucionaria que puso patas arriba la monarquía británica, Barbie por su supuesto feminismo, y Cenicienta porque también se quedó sin un zapato, en su caso huyendo de las Tullerías de París antes de ser detenida con un amplísimo pliego de cargos entre los que destacó la traición a la patria.
La exposición reúne 250 objetos, entre ellos pelucas y fragmentos de los vestidos que encargaba a centenares
La archiduquesa austriaca que se casó con Luis XVI y cambio la corte de Viena por la de Versalles con sólo catorce años gastaba con tanta alegría que el presidente Macron, preocupado por el elevado volumen de la deuda pública y partidario de medidas de austeridad, se habría llevado las manos a la cabeza. Un 13% del presupuesto de la nación era para mayor gloria (y mejor vida) de la monarquía, lo cual a la largo le costó la cabeza al rey y a la reina. Y eso que no tuvieron la osadía de proponer un aumento de la jornada laboral y la supresión de varias fiestas para aumentar la productividad del país, como hizo el recién caído (pero por suerte no guillotinado) primer ministro François Bayrou.
“Se trata de la reina más examinada, más polémica y más fashion de la historia, que tuvo un enorme impacto sobre el gusto europeo de la época, y de generaciones posteriores, con toques rococó, peinados estilo tarta de cumpleaños que todavía llevan su nombre, vestidos y camisones coloridos que nunca antes se habían visto, como la robe à la polonaise y la robe à langlaise , llenos de lazos y pliegues en los que esconder los mensajes de y para sus amantes”, dice Sarah Grant, la comisaria de la muestra. Ha sido descrita como una adolescente rebelde encerrada en una jaula de cristal que trataba de descubrir su feminidad dentro de ella. Aburrirse, no se aburría (y eso sin necesidad de un teléfono móvil).
El nombre es sinónimo de glamour, de espectáculo, de tragedia,de exceso y de decadencia, y todo ello es lo que inspira la exposición del V&A de Londres, que permanecerá hasta marzo del año que viene. Su poder de fascinación sigue vigente, lo mismo que su legado en la moda, la cultura pop, el diseño y las artes decorativas, como demuestran piezas de Moschino, Dior, Erdem, Channel, Valentino y Vivienne Westwood que forman parte de la muestra, lo mismo que los zapatos de Manolo Blanik que luce la actriz Kirsten Dunst en la película María Antonieta, de Sofía Coppola (del año 2006).

Sofia Coppola en la exposición
Ser revolucionario no es lo mismo que progre y, a María Antonieta le preocuparon entre muy poco y nada las miserias y el hambre de sus súbditos, si es que le llegaban las noticias a su torre de cristal en una época en que la desconexión entre la aristocracia y el pueblo era total, y al Estado ni se le ocurría pagar ayudas por paro, discapacidad o depresión.
Diseños inspirados en su estilo y forma de vestir llevan la firma de algunos de los modistos más célebres
Cuando llegó a Francia, la gracia y el encanto que trajo de Austria conquistaron el corazón de los franceses. Pero tuvo la mala suerte de estar en el trono cuando estalló la Revolución Francesa (eso sí que fue una revolución). El 16 de octubre de 1793, ya depuesta y con su marido Luis XVI sin la cabeza, juzgada, humillada y separada de sus hijos, acusada de despilfarradora y de conspirar contra Francia, con su reputación manchada por todo tipo de escándalos (unos verdaderos y otros falsos, su hijo Luis Carlos tuvo que denunciar una relación incestuosa), tras haber sido sometido en prisión a todo tipo de vejaciones, María Antonieta hizo el paseíllo hasta la guillotina. Todo París estaba esa mañana en la calle para ver rodar desde el cadalso su testa ya no coronada, y gritar ¡Viva la república!

Escena de la película 'María Antonieta' (2006)
La Mona Lisa de Versalles, influencer de su tiempo, símbolo del girl power antes que Barbie, moderna hasta la provocación, ha resucitado, con la cabeza en su sitio, para la exposición del V&A.