“Subí corriendo las escaleras. Los escalones de dos en dos. De tres en tres. La respiración se me entrecortaba. No podía estar ocurriendo. Debía ser un error. Una broma de mal gusto. Aquel chico colgando de la ventana. No estaba pasando. No era posible”. El chico es Miguel Ángel García Otero, el escenario es el instituto Ernest Hemingway y son dos de lo tres ingredientes esenciales de la nueva novela del superventas Roberto Santiago (Los futbolísimos, Los forasteros del tiempo). El tercer ingrediente es Víctor, Uve para los amigos, un chaval de 16 años atrapado entre el chantaje de su tía y el engranaje de un círculo que reproduce, con crudeza, los mecanismos del acoso escolar.
Todo ello es El Círculo (Destino), un libro en el que tras tres años de trabajo e investigación, y a petición de la editora de Destino Juvenil, Ana Casals, Santiago se adentra por primera vez en la violencia en las aulas. Y lo hace con una historia personal que el autor había enterrado en su memoria: un chico colgado boca abajo desde la ventana de un tercer piso en un instituto de Madrid.
Posible serie a la vista
La productora de Warner en España ha comprado ya los derechos de 'El Círculo' de Roberto Santiago para convertirla, probablemente, en una miniserie, a rebufo del éxito que los temas de adolescentes están teniendo últimamente en la pequeña pantalla (léase 'Adolescencia' de Jack Thorne y Stephen Graham). El libro de Santiago cuenta además con un plus, y es en su vertiente de director de cine y guionista ha logrado crear una obra muy visual.
“Como puedes imaginar, esa imagen es terrible y muy dura. Es lo primero que me vino a la cabeza cuando la editora me lanzó la propuesta. De alguna manera la había enterrado, junto al miedo que sentí como testigo de aquel caso: el no atreverme a intentar impedirlo; el mirar a los compañeros, testigos de esa barbaridad, y no hacer nada por si nosotros éramos los siguientes. Ese miedo fue el germen de esta novela”, cuenta.
Esa conexión con su pasado es la que lo lleva a afirmar: “Todos arrastramos un bullying dentro nuestro. Puede que lo hayamos sufrido, lo hayamos ejercido o simplemente hayamos callado. Y por desgracia, las estadísticas dicen va a más y que cada vez son más crueles; las redes sociales hacen que se multipliquen y que ya no haya refugio”.
El concepto del “círculo” funciona como metáfora de esa violencia compartida en la que nadie queda a salvo: ni la víctima, ni el agresor, ni los que observan sin intervenir. “El acoso escolar no se queda en el colegio: condiciona vidas enteras, afecta a las familias y deja huellas imborrables”, comenta Santiago, que ha querido construir una novela que obliga a ponerse en todas las pieles.
Uno de los personajes más controvertidos es precisamente Uve (¡alerta spoiler!), quien se encuentra en una situación de máxima vulnerabilidad al quedarse huérfano de padres y que, manipulado por su tía y su sed de venganza personal, se ve obligado a “infiltrarse” como alumno en el Hemingway. Ella ha perdido a su hija por un caso de acoso en ese mismo instituto, que ni la policía ha sido capaz de destapar. Será a Uve a quien le toque poner la escuela patas arriba, adoptando el papel de testigo y verdugo al mismo tiempo. “Me gustan mucho los personajes que no son blancos ni negros, sino que que atraviesan toda la gama de grises y que pueden ser muy buenos en un momento determinado, pero que también esconden secretos y miserias”, cuenta Santiago.
El poder de la respuesta colectiva
Una de las conclusiones a las que ha llegado Roberto Santiago tras cerrar 'El Círculo' es que “a nivel individual se pueden conseguir cosas en el tema del bullying, pero nada comparable con lo que se puede conseguir a nivel grupal”. La respuesta colectiva a los problemas y en concreto al bullying se plantea en la novela como un arma que en manos del colectivo de estudiantes consigue hacer milagros. O casi.
El instituto, como institución, es también un personaje que trasciende el mero escenario. Y Santiago no lo deja muy bien parado: “El centro muchas veces prefiere mirar hacia otro lado, sobre todo si son privados o concertados por una cuestión de reputación. Lo he visto y me lo han contado en infinidad de ocasiones. Se minimiza el problema, se dice que son cosas de críos o se actúa tarde. Y la crítica aquí no es con los docentes, que hacen una labor titánica. Sino contra ciertos centros. Los rankings deberían hacerse en base a cuántos casos de acoso han destapado. Eso significaría que están haciendo bien su labor, porque bullying hay en todas las escuelas del mundo”.

Roberto Santiago durante la presentación de 'El Círculo' en Madrid
Autor de sagas que suman más de cinco millones de ejemplares vendidos, es consciente de que esta novela juega en otra liga. No busca entretener ni generar aventuras colectivas, sino remover. “Es un libro que incomoda, que duele, pero que también invita a reflexionar sobre cómo actuamos en grupo, sobre la responsabilidad de cada uno”. Sobre quien se atreve a romper el círculo.