La película Sujo se alzó este sábado con el máximo galardón de la 67ª edición de los Premios Ariel, organizada por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC). Contra pronóstico y en una noche en la que todo apuntaba al triunfo arrollador de Pedro Páramo, la cinta dirigida por Astrid Rondero y Fernanda Valadez obtuvo el premio a Mejor Película de 2024, además del Ariel a Mejor Dirección y el de Mejor Coactuación Femenina para Yadira Pérez Esteban.
La obra, que narra la infancia marcada por la violencia del narcotráfico de un niño de cuatro años que queda huérfano, fue destacada por sus realizadoras como una oportunidad para abrir un debate necesario. “Los Arieles nos dan la posibilidad de volver a poner la película sobre la mesa. Es una temática que nos importa: hablar de un fenómeno muy oculto, los huérfanos del narco”, afirmó Valadez durante la gala.

El actor mexicano Raúl Briones posa con la estatuilla a mejor actor por la película 'La Cocina'
La directora recordó que, según estimaciones de UNICEF, más de un millón de niñas y niños han perdido a su padre, madre o ambos a causa de la violencia del crimen organizado en México. “La película es una reflexión sobre la magnitud del problema y sobre la responsabilidad que tenemos como sociedad para enfrentar esta crisis, de no hacer ojos ciegos y asumir lo que podemos hacer cada uno de nosotros”, añadió.

La actriz mexicana Luisa Huertas posa con la estatuilla a mejor actriz por la película 'No Nos Moverán'
El triunfo de Sujo llegó tras una gala en la que Pedro Páramo, la gran favorita con 16 nominaciones, lideraba los primeros compases de la ceremonia y acumuló siete estatuillas, incluida la de Mejor Fotografía. “Siempre uno tiene expectativas y quiere que el equipo reciba visibilidad con un premio, pero fue una sorpresa hacia el final de la noche recibir estos dos reconocimientos”, señaló Valadez. Por su parte, Rondero resaltó con humor que el desenlace de la ceremonia “fue un giro de tuerca, como suele pasar en el cine”.
El reconocimiento de la AMACC corona el recorrido internacional de Sujo, que ya había recogido elogios y premios en festivales de prestigio como San Sebastián y Sundance. Para sus directoras, el Ariel supone además un espaldarazo a una película que busca dar voz a una realidad silenciada por la violencia y la indiferencia social.