Pussy Riot: “Putin no teme las amenazas de Europa porque están huecas”

Mercè Música

El colectivo ruso feminista actuará en Barcelona después de ser condenadas a entre 8 y 13 años de cárcel

Pussy Riot: “Putin no teme las amenazas de Europa porque están huecas”
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Pussy Riot: “Putin no teme las amenazas de Europa porque están huecas”

El régimen de Vladímir Putin ha golpeado de nuevo al colectivo Pussy Riot, conocido por sus acciones contra el Gobierno ruso desde que, en el 2012, se presentaron ataviadas con pasamontañas de colores en la catedral de Cristo Salvador, en Moscú, para cantar “Madre de Dios ¡Fuera Putin!” a ritmo de punk-rock. Desde entonces sus componentes han sido condenadas en varias ocasiones, pero ninguna tan dura como la que la semana pasada sentenció en ausencia a cinco de ellas a penas de entre 8 y 13 años de prisión. 

Huidas desde hace tiempo de su país natal, este martes tres de ellas actuarán dentro de las fiestas de la Mercè para presentar  su nuevo espectáculo, que prepararon durante una residencia de tres semanas en el Casal del barri de la Trinitat Nova dentro del programa Artist at Risk. Desde una sala del palacio de la Virreina Alina Petrova (8 años de condena) y Taso Pletner (11 años) han ofrecido sus primeras entrevistas después de la sentencia, acompañadas por videoconferencia desde Berlín por Maria Masha Alyokhina, condenada a 13 años.

Taso Pletner y Alina Petrova, de las Pussy Riot, en el palacio de la Virreina de Barcelona

Taso Pletner y Alina Petrova, de las Pussy Riot, en el palacio de la Virreina de Barcelona

Mane Espinosa

¿Cómo se sintieron al conocer la sentencia?

Alina: Decepcionada, por decir la verdad y compartir tu opinión puedes recibir una sentencia de ocho años de prisión, me parece cruel porque por matar a alguien puedes recibir menos años de prisión, es extraño. Pero lo que más me ha molestado es que tengo una enfermedad crónica grave, esclerosis múltiple, y cuando tienes una enfermedad así, el tribunal lo tiene en cuenta y puede condenarte a arresto domiciliario u otras cosas. Sin embargo presenté todos los informes médicos al tribunal pero no los tuvieron en cuenta, siguen queriendo meterme en la cárcel durante ocho años, es una gran muestra de deshumanización.

Taso: “Soy joven, construiré mi vida aquí, por supuesto siempre echaré de menos Rusia”

Taso: No me sorprende, sabía que iba a suceder, durante años he visto casos similares, simplemente por utilizar la palabra guerra. Es duro, sé que no volveré a ver a mi familia pronto, el hogar donde crecí y al que nunca volveré a entrar como hacía antes. En esa casa nadie me esperará porque mi abuelo y mi abuela tienen 80 años, lo he asumido. Me resulta más difícil al pensar en mi familia, yo estoy aquí en este espacio seguro, pero ellos no. Mi abuela es valiente, lo afrontará con coraje, pero me llama y no sabe qué puede decirme por teléfono o no, las llamadas de Telegram o WhatsApp han desaparecido y eso me parte el corazón. Soy joven, construiré mi vida aquí, por supuesto siempre echaré de menos Rusia, pero tengo una vida por delante que ellos no tienen.

A: Las cosas están cambiando cada vez más rápido desde que empezó la acción contra la guerra en 2022. La crueldad de la policía ha aumentado, es un proceso muy largo donde la sociedad rusa, con Putin a la cabeza, han dado luz verde para hacer este tipo de cosas.

T: Nuestras familias han sido agredidas por la policía especial rusa. Llegan a las 6 de la mañana, rompen la puerta, te tiran al suelo y te registran durante 6 horas por toda la casa. Entonces te das cuenta de que tus acciones están afectando a alguien a quien quieres.

Masha: Mucha gente que está ahora dentro de Rusia vive con la boca cerrada, están cautivos. Tras la guerra a gran escala, y especialmente tras el asesinato de Alexei Navalny, hubo una señal clara para todos, para millones de personas: lo matamos, así que ahora todos vosotros podríais ser asesinados en cualquier momento. Matamos a la persona más brillante, la más famosa. El presidente de EE.UU advirtió que si hacían algo con Navalny, habría consecuencias, pero lo mataron y todo sigue igual.

Masha: “nunca habría imaginado que alguien pudiera escribir un informe a la policía para que me encarcelaran”

Esta maquinaria del terror está demostrando paso a paso que no temen a nada, ni siquiera las amenazas occidentales, porque son huecas. Nosotras al menos podemos hablar sobre ello, pero la gente en Rusia no puede hablar con nadie porque su vecino puede escribir un informe a la policía después de hablar con él o ella. Es una realidad que conocía por los libros de historia, nunca habría imaginado que alguien pudiera escribir un informe a la policía para que me encarcelaran por decir “esta maldita armada rusa”. 

¿Tienen alguna conexión con el interior de Rusia?

A: Puedo escribir mensajes o llamar a mis padres, pero cada vez es más difícil porque Rusia ha prohibido aplicaciones como WhatsApp y Telegram. El Gobierno ruso intenta desconectarte de muchas maneras, te quitan todo lo que te conecta con el país y es horrible. Mis amigos están empezando a evitar las conversaciones conmigo después de que me condenaran. Lo noto, para ellos tengo como una marca negra.

¿Cómo ven la reacción de Europa?

T: Parece que la gente está tranquila, pero la guerra está ocurriendo en los límites de tu país. Ahora me siento bastante segura y entiendo de dónde viene esa sensación de seguridad. Pero si miras un mapa, ves a Rusia, Irán y China [hace un círculo con las manos alrededor de Europa].

Alina:  “Se habla mucho de la guerra de Palestina, pero hay una guerra dentro de Europa y eso debería preocuparnos”

A: Ahora se habla mucho de la guerra de Palestina, pero hay una guerra dentro de Europa y eso debería preocuparnos. Lo que no podíamos imaginar en el 2022 sucede en el 2025, como los 20 drones que cruzaron la frontera de Polonia, o los aviones que cruzaron Estonia. Son señales claras de Putin a Europa, está provocando a la OTAN y los países europeos para saber hasta dónde puede llegar dentro de la UE, y parece que no hay respuesta. Cuando un avión ruso cruzó la frontera con Turquía, en el 2015, fue derribado inmediatamente sin preguntas. Fue una señal muy clara: no se puede hacer eso, no se pueden cruzar las fronteras. Cuando el ejército ruso cruzó las fronteras de Europa no se hizo nada. Da miedo.

M: Escuché en las noticias que drones rusos cruzaron la frontera con Polonia, que por cierto es un país miembro de la OTAN, y que no hubo ninguna reacción por parte de la OTAN. De hecho yo estaba en Polonia, acababa de aterrizar y conocí a una mujer que llevaba dos años y medio dirigiendo un refugio para ucranianos en la frontera entre Ucrania y Polonia. Lo que realmente me sorprendió de ella fue que me dijera: “No estoy segura de que los ucranianos y los polacos vayan al mismo refugio antiaéreo, ¿no tenemos combatientes?”. 

Al principio de la guerra escuché muchas palabras sobre no intensificar el conflicto, pero el primer día de la guerra Putin intentó tomar la capital de Ucrania en dos días. ¿Qué envió Europa a Ucrania? Un casco. Un maldito casco para no intensificar el conflicto. 

Las personas que conozco en Kiev tomaron las armas, personas que nunca se imaginaron en una guerra, que tenían negocios, pequeños cafés, hijos. Sin planes de luchar, sin haber servido nunca en el ejército, simplemente cogieron las armas y se pusieron a defender su ciudad.  Ahora en Ucrania han muerto muchas personas, necesitan ayuda, ayuda humanitaria y fuerzas armadas. Entiendo que esto pueda sonar raro, porque enviar a sus hijos a un país extranjero sería difícil de explicar a sus votantes. Pero no es su país ni el nuestro, es el continente en el que todos vivimos, y la máquina que Putin ha construido tiene valores diferentes, quiere tomar territorio y construir allí un mundo oscuro.

Quizás el problema sea que muchos en Europa y EE.UU. admiran la forma de dirigir de Putin.

T: Un hombre fuerte con mano dura

A: Hay diferentes formas de ser un hombre fuerte, podemos hablar de Winston Churchill o de Hitler, son dos formas diferentes de ser un hombre fuerte y tener mano dura. Por supuesto creo que necesitamos gente como Churchill, no como Putin o Hitler, y no quiero trazar una línea entre los dos porque Putin y Hitler no son iguales, pero tienen muchas cosas en común. Los valores que Putin intentó construir dentro de nuestro país los quiere imponer igual en los países europeos. En realidad es un patrón, como cuando intenta destruir nuestras opiniones y convence a la gente para denunciar, o para vigilar a tus padres y amigos. Es una tendencia muy peligrosa.

Han preparado en Barcelona el espectáculo que estrenan este martes

R: Nuestro anterior espectáculo se basaba en el primer libro de Masha, y este espectáculo se basa en una mezcla del primer y el segundo libro, Political girl, que saldrá en diciembre y que Masha escribió después de que empezara la guerra.

M: Riot Days se publicó en el 2017, el mismo año en que hicimos el espectáculo, porque quería que el libro no solo existiera bajo la cubierta, sino que estuviera vivo.  Durante años mi vida consistió en dar lo mejor de mí en el escenario y volver a Rusia para participar en actividades de protesta. Teníamos una comunidad en Moscú con la que hacíamos protestas, amigos y personas cercanas con las que participábamos en mítines, acciones, manifestaciones individuales. 

Pero después de la pandemia cerraron casi todas las manifestaciones utilizando la propia pandemia como excusa. Alexei Navalny, líder de la oposición rusa, decidió volver a Rusia después de haber sido envenenado, y entonces escribí una publicación en Instagram diciendo que iba a ir esa manifestación y animando a los demás a hacer lo mismo. Por eso abrieron una causa penal contra mí y acabé bajo arresto domiciliario con una tobillera electrónica. Fue en mi casa, el lugar donde crecí y pasé toda mi infancia, donde se crio mi hijo que ahora tiene 18 años, donde tenemos todos esos dibujos, juguetes y recuerdos. 

Básicamente convirtieron mi casa en una prisión, lo que me resultó muy difícil de asimilar. Fue entonces cuando empecé a escribir este segundo libro que ahora hemos combinado, y que trata básicamente sobre este arresto domiciliario y cómo durante el arresto comenzó la guerra a gran escala. Hemos reconstruido el espectáculo, lo hemos rehecho no solo para contar una historia, sino para llamar la atención sobre otros temas que se tratan en el libro: lo que está sucediendo con las personas LGBTQ en nuestro país, donde no solo puedes pasar cinco años en prisión por llevar una bandera arcoíris, sino que en varias regiones también puedes ser secuestrado y asesinado con toda seguridad, y mucha gente en Occidente no lo sabe. Contamos la historia de nuestro país y creemos que puede ser útil para vosotros ver cómo el país se está convirtiendo en un Estado autoritario y luego en uno territorial.

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