Cuelga un cartel (figurado) en la meca del teatro que dice: “Con la música a otra parte”.
Los musicales, durante décadas la gallina de los huevos de oro de Broadway, afrontan graves problemas financieros.
Los musicales cierran antes de hora y no pueden subir el precio de las entradas porque ya son objeto de lujo
Los cierres llegan con mucha antelación respecto a lo establecido en el calendario.
Ya se sabe que manda el dólar y nadie está dispuesto a perder dinero, aunque sea por un magnífico divertimento.
Sus obras son un verdadero pozo sin fondo por donde se pierden cientos de millones ante la cada vez menor asistencia de público, en parte debido a la caída del turismo en Nueva York. Y se teme que vaya a peor por el impacto de las políticas del presidente Donald Trump (inmigración y aranceles).
Pero no es la única razón. Hay circunstancias estructurales. Ni siquiera las buenas críticas salvan a los espectáculos.
El domingo pasado celebró su última función la nueva versión de 'Cabaret' , estrenada a bombo y platillo en su día
El domingo pasado celebró su última función la nueva versión de Cabaret , estrenada a bombo y platillo en su día. Se invirtieron 26 millones de dólares y se hizo una costosa transformación de una sala teatral en un night club . Tiran la toalla por las grandes pérdidas.
También el revival de Gypsy , que contó con una inversión de 19,5 millones y el protagonismo de Audra McDonald, cerró el mes pasado, cuando se esperaba un largo recorrido, al no rescatar la inversión. Incluso una producción tan ensalzada como Sunset Boulevard recuperó los 15 millones de su montaje, a pesar de que el pasado junio ganó el Tony (equivalente al Oscar teatral) a mejor obra reeditada.
Broadway ya no es un negocio”
“Broadway ya no es un negocio”, afirmó Andrew Lloyd Webber, el famoso compositor de una retahíla de títulos exitosos, como el citado Sunset Boulevard , además de clásicos como El fantasma de la Ópera , Cats o Evita , por citar algunos. En declaraciones a The New York Times, expresó su preocupación por lo que sucede. “Las estadísticas son terribles. Miro a la economía de todo esto y simplemente no veo cómo puede sostenerse”, recalcó.
Pero la crisis no solo se explica por la pérdida de espectadores, que ha recuperado terreno después del cierre por la pandemia, si bien no ha llegado a los números previos a la covid.
Para este otoño solo se esperan dos producciones y una cuenta solo con dos actores
Tras volver la luz a los escenarios, se han estrenado un total de 46 musicales con un coste de 800 millones de dólares. Solo tres ( Just in time , Six y MJ , sobre Michael Jackson) han resultado rentables hasta ahora. Para este otoño solo se esperan dos producciones y una cuenta solo con dos actores.
Las producciones, que ganan en sofisticación, cada vez son más caras. Suben los sueldos de los cuerpos de baile, de los actores y del personal. Y el precio de las entradas no ha subido en proporción al encarecimiento de los montajes. Tampoco puede subir mucho, puesto que el costo de un ticket ya es un objeto de lujo. La media se sitúa en 127 dólares. Hay entradas que han trepado hasta 1.500.
Algo ha cambiado porque el teatro hablado va al alza
Algo ha cambiado porque el teatro hablado va al alza. Las puestas en escena resultan menos costosas y tienen el gancho de las grandes estrellas de Hollywood como George Clooney o Denzel Washington, que llenan a diario el patio de butacas.
Pese a ese buen dato, la industria teatral tiene clara una cosa. Broadway se debe sostener por los musicales, que se prolongan durante años en cartelera y mantienen los empleos. El fantasma de la Ópera ya se fue.
¿Y si pasaran a emitirse en streaming?
Los analistas creen que el negocio de Broadway resulta insostenible desde hace años, algo que emergió con crudeza tras la crisis de la pandemia. Dicen que, salvo que productores, propietarios de teatros, inversores y sindicatos realicen cambios estructurales, la situación irá a peor. Una de las soluciones pasa por considerar que el streaming no es el enemigo y transmitir las funciones. El Met Opera ya lo hace.
