A Donald Trump, todo un nostálgico de la música y los filmes de su época de juventud, le gusta echar mano de su lista de éxitos, como quien recurre a su lista de Spotify o al canal de streaming.
Así que el presidente de Estados Unidos anunció este lunes que recupera la idea de imponer un arancel del 100% a las películas producidas en el extranjero. Esa es su medicina para evitar que el “negocio cinematográfico” siga siendo “robado” por otros países e impulsar la industria estadounidense del cine. Su mensaje provocó desasosiego y críticas en la industria cinematográfica. Si las cosas ya no van bien, esto podría ser la puntilla del remate.
“Nuestro negocio cinematográfico ha sido robado a Estados Unidos por otros países, como si le quitaran 'un caramelo a un niño'. (...) Por lo tanto, para resolver este problema de larga trayectoria, que parece no tener fin, voy a imponer un arancel del 100% a todas las películas que se hagan fuera de EE.UU.”, escribió en su red social.
El mandatario republicano también reiteró sus ataques contra el gobernador “débil e incompetente” de California, el demócrata Gavin Newsom. Advirtió que ese estado, donde se encuentra Hollywood, el hogar de la industria cinematográfica estadounidense, “ha sido especialmente afectado”.
Sin embargo, según los analistas, este impuesto podría causar perturbaciones masivas en el negocio del entretenimiento dado el enorme volumen de producciones que se realizan fuera de EE.UU.
Trump ya había adelantado en mayo pasado que impondría gravámenes del 100% a todas las producciones de cine hechas fuera de su país y ordenó entonces al secretario de Comercio, Howard Lutnick, trabajar para implementar esta tarifa.
“¡QUEREMOS CINE HECHO EN ESTADOS UNIDOS, OTRA VEZ!”, escribió en mayo Trump, tras advertir que la industria cinematográfica estadounidense “está muriendo rápidamente”.
Como ya hiciera entonces, Trump tampoco ofreció en esta ocasión detalle alguno de cuándo y cómo se aplicarán estos aranceles.
Otra cosa que de nuevo dejó en el limbo es si estos gravámenes se impondrán a las producciones, las distribuciones o algo intermedio, ni sí recaerá en los filmes estrenados en salas o también en las plataformas de streaming.
Mientras que Trump dijo que el arancel afectará a “todas y cada uno de las películas realizadas fuera de Estados Unidos”, no está claro cuánto trabajo de un film “hecho en el extranjero” califica para otorgarle una calificación u otra puesto que son habituales las coproducciones o colaboraciones entre varios países.
Canadá o el Reino Unido, entre otros, a menudo ofrecen ventajas fiscales y otros incentivos para atraer producciones de Hollywood. El pasado julio, ante ese primer arrebato de Trump, el gobernador Newson ofreció el doble de fondos y un mejor programa fiscal para mantener los trabajos de cine y televisión en California.
A falta de detalles sobre los planes de Trump, se plantean dos posibilidades ante la puesta en marcha de ese arancel, a partir de la recaudación o del presupuesto de producción.
Si se basa en la recaudación en las salas, la industria considera que las películas que se estrenen bajo ese impuesto virtualmente no tendrán ninguna oportunidad de obtener ganancias. Esto solo conduciría a un aumento del precio de las entradas, de las tarifas de licencias y ventas en el hogar, señaló en un análisis Jacob Jensen, de American Action Forum.
De recaer en el presupuesto, el impacto sería más limitado, sobre todo si solo se aplica a la porción de una película realizada en el extranjero. Pero la conclusión sería la misma, puesto que supondría una subida del precio de las entradas.
Desde su regreso al poder, el magnate libra una guerra comercial contra sus aliados a los que ha impuestos gravámenes que van desde un 10% a un 50%, en el caso de la India y Brasil, a los que ha castigado con montos extra por las compras de crudo ruso en el caso de Nueva Delhi y la condena judicial al expresidente y aliado Jair Bolsonaro, en el caso de Brasilia.
La pasada semana, Trump anunció que a partir del 1 de octubre impondría nuevos aranceles del 100% a las importaciones de medicamentos, del 50% a los muebles de cocina y de baño, 30% a los muebles tapizados y 25% a los camiones pesados.


