Cumbre para cambiar el mundo

Conferencia sobre políticas culturales en Barcelona

Mondiacult erige el sector cultural como pilar de la transformación social

GRAFCAT2471. BARCELONA, 29/09/2025.- La cantante María Arnal durante su actuación en la inauguración de Mondiacult 2025, la Conferencia Mundial de la UNESCO sobre Políticas Culturales y Desarrollo Sostenible, la mayor reunión de ministros de Cultura, donde se presentará el Primer Informe Mundial sobre el estado de la Cultura. EFE/Quique García

La cantanteMaria Arnaldurante su actuación ayer en la inauguración de Mondiacult, en Barcelona

Quique García / EFE

Cultura para la paz, y no tanto cultura de paz. Los asistentes a la inauguración ayer del Mondiacult de Barcelona erigieron la cultura como una herramienta esencial para alcanzar la paz y la seguridad. De hecho, es algo más que una simple herramienta. Es la llave que abre la puerta al entendimiento cuando surgen divisiones entre pueblos y comunidades.

Este papel preponderante de la cultura se proclamó de palabra, con la aquiescencia de los más de 120 ministros de Cultura de todo el mundo que acudieron a Mondiacult. Pero la idea ya estaba estampada en el estudio de 425 páginas que había presentado la Unesco. Es un documento en el que bajo el título Informe mundial de la Unesco sobre políticas culturales - La cultura: el ODS ausente , reclama una y otra vez que la cultura debe incorporarse como objetivo independiente en la Agenda 2030 de la ONU, pues es una herramienta esencial para la paz y la seguridad. Si se ha demostrado que la cultura es un motor de transformación social, económica y ambiental, poco le costará demostrar también que es un pilar fundamental y transversal del desarrollo y de una paz que no se da hoy en día en Gaza.

Palestina estuvo presente de manera constante en el Centre de Convencions Internacionals de Barcelona (CCIB), donde se reunieron los representantes internacionales de Mondiacult. Se acordaron de ella todos aquellos que intervinieron. Desde Pedro Sánchez hasta el subdirector general de Cultura de la Unesco, Ernesto Ottone, pasando por el ministro de Cultura español, Ernest Urtasun, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, el comisario de Cultura en la UE , Glenn Micallef, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y demás. Algunos de ellos no tuvieron reparos en calificar de “genocidio” los ataques de Israel en Gaza.

Los participantes denuncian el genocidio en Gaza y defienden la cultura como clave para la seguridad

“La cultura no puede ser neutral ni indiferente ante lo que sucede en el mundo”, aseguró, por ejemplo, Sánchez. Lo hizo después de recitar unos versos del poeta palestino Marwan Makhoul: “Para escribir una poesía que no sea política, / debo escuchar a los pájaros, / pero para escuchar a los pájaros / hace falta que cesen los bombardeos”.

Sea como fuere, el informe que presentó la Unesco se basa, entre otros, en 1.200 informes nacionales y locales y más de 200 estudios. Es un estudio pormenorizado del estado de la cultura en el mundo, sobre todo de las adversidades que afronta este sector. Y todo ello basado en cifras.

“Persisten desigualdades de género significativas en el sector cultural. Si bien las mujeres representan el 38% de la fuerza laboral cultural, solo reciben el 20% de los fondos públicos destinados a la cultura y ocupan menos del 30% de los puestos directivos en organizaciones culturales”, apunta la Unesco, al tiempo que subraya que “este desequilibrio se ve agravado por la brecha salarial de género que prevalece en los sectores culturales y creativos”.

El informe de la Unesco constata que las mujeres reciben solo el 20% de los fondos públicos para cultura

Hay más. Cerca del 60% de los países cuentan con leyes que marcan un salario mínimo para los trabajadores, incluidos los artistas. Pero solo el 22% de las oenegés reportan que realmente existen esos salarios para los artistas. Esta es una de las razones que llevan a declarar a tan solo un 9% de los artistas que sus derechos están protegidos correctamente.

El informe revela también disparidades notables, como las contenidas en presupuestos culturales: el gasto per cápita promedia 418,56 dólares en Europa y América del Norte. Es casi trece veces más que el resto del mundo. “La falta de inversión es especialmente crítica en Asia Central y Meridional y en África subsahariana”, asegura el texto, “donde esta cifra apenas alcanza los 3,09 dólares y 1,10 dólares, respectivamente”.

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