Son cuarenta vitrinas que, si estuvieran una junto a otra, habrían creado una poderosa galería de arte o museo. Pero no están una junto a otra, porque no son exactamente vitrinas, aunque cumplan la función, sino que son escaparates. De tiendas. Del Gòtic. De Barcelona. Cada uno de ellos contiene hasta final de octubre una obra de arte, dentro del programa (o bienal o exposición o feria) Aparadors Artístics, una iniciativa de la revista (y plataforma) cultural Hänsel i Gretel, que codirigen los agitadores Llucià Homs y Fèlix Riera, junto a la federación de asociaciones de comerciantes Barna Centre y con el apoyo del ayuntamiento de Barcelona, a través del distrito de Ciutat Vella y la concejalía de Promoció Econòmica.
Los artistas conviven durante un mes con sombreros, mantas, aceite, guías de viaje, gatos de la suerte, tabaco…
“Hay que recuperar el barrio para la ciudad, porque es el mejor barrio del mundo”, proclamó la tarde del viernes, en la presentación de esta edición, el concejal de Ciutat Vella, Albert Batlle.
Esta es la cuarta edición de Aparadors Artístics. En la primera fueron diez o doce artistas y tiendas, en la segunda fueron veinte, en la tercera una treintena… “Cada uno de los escaparates y artistas es fruto de un trabajo individual, para que el artista se implique y entienda la problemática del barrio, y a partir de aquí se genere una pequeña complicidad. Y cuando ves juntos a los cuarenta te das cuenta de que estás creando el panorama del arte contemporáneo barcelonés”, reflexiona Homs, crítico cultural, especializado en mercado del arte.
En la edición de 2025 destacan nombres como los de Gino Rubert, Lúa Coderch, Joan Fontcuberta, Carlos Forns Bada, Rosa Tharrats. Núria Güell, Alba Feito, Daniel García Andújar, Mònica Rikić, Perico Pastor o Jaime Serra.
Cuando ves juntos a los cuarenta te das cuenta de que estás creando el panorama del arte contemporáneo barcelonés”
Cuatro ediciones después de su inicio, por Aparadors Artístics han pasado algunos de los más prometedores artistas que vienen: “Aquí está la genealogía de nuestro arte emergente”, adelanta Homs.
La idea nació, paradójicamente, de ver escaparates cerrados. Riera y Homs pensaron que eran espacios idóneos para crear “bodegones”. Pronto vieron que serían naturalezas muertas, así que la idea se transformó. Pidieron a los comerciantes que les prestaran un rincón unos días, pero sin que los vaciaran. La pieza de arte se integraría con el producto. Ahora se mezclan con zapatos, sombreros, tazas de café, aceite, guías de viaje, joyas, mantones de Manila, gatos de la suerte, tabaco… “Es una idea preciosa –opina el pintor Gino Rubert–, con el componente del paseo sin más, de perderte por las tiendas, merodear sin un objetivo claro, topándote con obras de arte”.
¿Están todos los comerciantes implicados, hay espacio para crear ni que sea el museo efímero, o temporal, más grande del mundo? Pues no. Hänsel i Gretel topó con resistencias en un tipo de comerciante: el que depende de un superior, que quizás está en Singapur, Londres o Mónaco. “Los que forman parte de una cadena –dice Llucià Homs– te dicen que tendrá que consultarlo con su superior, que nos llamarán…”.
Creaciones
Daniel G. Andújar documenta a Picasso y Brigitte Bardot
Una de las obras clave de esta edición es la de Daniel G. Andújar, activista, artista visual y pensador, que ha creado una pequeña obra maestra. Le tocaba exponer en Atelier de Ballerinas (cerca de la Boqueria), de manera que ha creado una historia fascinante alrededor de este tipo de zapato. Pensó que, en un barrio como el Gòtic, lleno de turistas buscando el museo (y el espíritu) de Picasso, cabía buscar una historia que lo uniese todo. Sabía de la visita de Brigitte Bardot al maestro en 1956 en Vallauris. Lleva unas zapatillas rojas, un escándalo en la época. Ambos aparecen en la prensa, y esos zapatos se ponen de moda, pero no hay mucha documentación del momento. García Andújar ha “documentado” ahora esa visita, en una película deliciosa, con una música que parece de Silvia Pérez Cruz, que narra una historia. en la que Picasso pinta en un plato blanco unas ballerinas rojas... ¿Todo es fake, siendo cierto? Daniel G. Andújar ha creado con IA un documental de aquel encuentro, de 4 minutos y 20 segundos, con imágenes, letra y música maravillosas. Un QR en el escaparate permite llevarse la película (y con la visa un par de esas zapatillas).