El acontecimiento cultural más importante del otoño en Formentera es el festival SON Estrella Galicia Posidonia, que este año ha celebrado su novena edición. Existe una conexión entre la tierra de Castelao y la isla más cool de las Baleares aunque nadie sepa explicar del todo por qué tantos gallegos han ido hallando en la pequeña y agreste isla mediterránea su refugio. Esa inercia y la llamada de sus cálidas aguas turquesa, llevó a la firma coruñesa a idear un certamen musical distinto, en su línea inconformista: ‘El festival para los que huyen de festivales’ es su lema. En 2017, en coordinación con el Consell Insular, lanzaron la primera edición del Posidonia, cuyo leitmotiv era y es la protección de la biodiversidad, la sostenibilidad y el impacto positivo. Hoy, la cuarta generación de la casa Hijos de Rivera puede presumir de haber logrado todos sus objetivos.
‘El festival para los que huyen de festivales’ es su lema y el impacto positivo, su razón de ser.
La sesión del sábado se celebró en el Gecko Beach Club.
Arrancó en 2017
Su leitmotiv era y es la protección de la biodiversidad, la sostenibilidad y el impacto positivo
En cada una de estas nueve ediciones, cuyos carteles acogen a músicos nacionales e internacionales, ha habido fuerte presencia musical gallega. Unidas Galicia y Formentera por el mar, el festival supone una suerte de mecenazgo para prometedores músicos galaicos. Víctor Mantiñán, director de Activación de Hijos de Rivera para España y Portugal, es el alma mater de SON Estrella Galicia Posidonia, cuyos comisariado corre a cargo de la experimentada gente de Sinsal. En conversación con La Vanguardia Mantiñán explica por qué esa apuesta es nuclear en este proyecto.
“Cada año traemos propuestas que nos parezcan interesantes y que encajen con el festival. Y hemos comprobado que funciona: el año pasado fue la primera edición en que celebramos los conciertos del viernes en la plaza de Sant Ferran, fundiéndonos con la población local, y la conexión que ocurrió con la actuación de Baiuca fue alucinante. Este año ha vuelto a ocurrir con Carlos Ares, al que fichamos meses antes de que comenzase a petarlo. Siento orgullo. En Galicia hay muchas cosas buenas y parece que siempre nos ha costado mucho salir cuando hay tanto que contar… Me ha fascinado ver cómo la gente coreaba la canción Autóctono de Carlos, que va sobre Galicia. Y creo que en parte es porque nos adaptamos muy bien al lugar donde estemos, tal como somos los gallegos, que vamos a cualquier lado y enseguida nos aclimatamos”.
La conexión que el año pasado ocurrió con la actuación de Baiuca fue alucinante. Este año ha vuelto a suceder con Carlos Ares
El festival también incluye gastronomía.
The Vaccines, el plato fuerte del sábado.
El cartel de este año.
Disfrutar de la música dejando todo como estaba
El Posidonia es un certamen único en el mundo
Galicia y Formentera se unieron gracias al mar: el festival se llama Posidonia porque parte de sus beneficios se destinan a Save Posidonia Project, un proyecto impulsado por el Consell Insular con objeto de preservar las magníficas praderas de posidonia oceánica que habitan el litoral de la isla –alga declarada Patrimonio Mundial por la Unesco en 1999–, así como concienciar sobre su imprescindible papel en la ecología marina en tanto refugio y alimento de especies y responsable último del color turquesa de las aguas de Formentera. Víctor Mantiñán, director de Activación de Hijos de Rivera para España y Portugal, celebra que el proyecto de impacto positivo que impulsó hace nueve años sea una realidad pionera a nivel global: “La tasa de reciclabilidad es del 99,7 %: todo lo que generamos en el festival se reutiliza, se recicla, o se reduce. No hay nada igual en el mundo. Cada año vienen 400 personas y no creceremos. Jamás. Queremos disfrutar de la música sin que parezca que haya pasado un huracán. Los asistentes lo tienen interiorizado y eso nos hace muy felices”.
Además del impacto positivo, el festival se caracteriza porque cada año, las 400 entradas para un cartel secreto –el nombre de los artistas se revela el día anterior a su inicio– se agotan en menos de media hora; por las propuestas culturales y didácticas de viernes, sábado y domingo; la cultura de la cerveza y el cuidado de la gastronomía. Este año la marca prefirió no convocar chefs españoles con estrella Michelin sino a reputados profesionales de la isla con un propósito: que la experiencia en Formentera sea aún más inmersiva.
Concierto de Carlos Are.
Me crié en una aldea a las afueras de A Coruña y me siento muy orgulloso si se percibe
Viernes, 3 de octubre de 2025. Charlamos con Carlos Ares en el backstage tras su electrizante actuación. Desde su primer concierto, hace año y medio, la banda de Carlos Ares lleva cerca de 80 bolos. Están surfeando la ola: “Antes de salir al escenario habitualmente nos decimos los unos a los otros que vamos a actuar ante un público que no nos conoce y debemos dar nuestra mejor versión. Y cuando notamos la comunicación con la gente, vemos que cantan nuestras canciones, nos relajamos y comenzamos a disfrutar”. La banda de Ares actúa con siete instrumentos como poco y, entre guitarras, teclados, mandolinas, percusión y violín, llega a poner sobre las tablas hasta 13”.
Esa noche sorprenderá pasando de lo melódico al metal. Son inclasificables: “Es el mayor piropo que me pueden decir, porque he intentado siempre no seguir ningún tipo de moda, sino hacer algo que fuese muy natural sin pretender contentar a ningún sector. La fusión de los mundos electrónico y orgánico lleva a una versatilidad que deseaba lograr; me daba miedo quedarme estancado en un tipo de estilo toda la vida”.
Throes + The Shine.
¿Condiciona haber nacido en Galicia? “Yo creo que es bonito que se note tu identidad, que se forma con el lugar donde has nacido, la gente de la que te has rodeado, su carácter de esa gente, el entorno y las costumbres… Yo me crié en Vilaboa, una aldea a las afueras de A Coruña, vi cómo la gente aún iba a lavar la ropa al río, y supongo que aquella vida condicionó la personalidad de mis abuelos, mis padres y de la mía. Y me siento muy orgulloso si se percibe. No tengo que rebuscar ni interpretar ningún personaje extraño, simplemente puedo ser yo mismo”.
Actuación de Inés de Lis.
Inés de Lis, excomponente de Faneka, actuó en un recodo del camino del bosque de La Mola. Este festival es así: el asistente es convocado a una excursión silvestre y tanto se encuentra con una performance como una bióloga que le ilustra sobre las especies locales. “Ha sido una experiencia muy muy especial; me sorprendió muy positivamente. Cuando me lo contaron no acaba de entender esto de que la gente va haciendo rutas y… ‘¿Pero entonces yo dónde voy a tocar?’. Hasta que no llegué a Formentera no lo entendía realmente y ya cuando lo viví, me encantó”. Inés compone tirando de raíces, de la tierra, del bosque, de su alma. Vivió en Suiza y en EE. UU. y conoce bien la música anglosajona.
Siempre he tomado mucha inspiración de tanto de su folklore como de Galicia en sí misma, de todo lo que lo que evoca
Inés de Lis.
“Mi familia por parte de madre es gallega y siempre he tomado mucha inspiración de tanto de su folklore como de Galicia en sí misma, de todo lo que lo que evoca. Mis canciones son emocionales, humanas y me ha tirado desde siempre también la música tradicional de inspiración céltica. Sin ser gallega de nacimiento, hay una conexión que llevo dentro: tengo una conexión mucho más fuerte con la música irlandesa y con el flamenco, por ejemplo”. Estando en Faneka, Inés compuso una canción en gallego en homenaje a su abuela y sus tías y su madre siguen impulsándola en ese camino. La artista trabaja en su primer disco en solitario, al que ha dado en llamar Lowfi Folk, al que añadirá sonidos electrónicos.
Había conseguido lo que deseaba trabajando como periodista y creativo en una empresa magnífica pero necesité regresar a Galicia
Santi Araújo fue llamado por Son Estrella Galicia Posidonia en 2022. Él, músico de carácter más bien intimista se enfrentó a dar dos actuaciones en una cueva del recorrido ante unas vistas espectaculares, la luz del Mediterráneo sobre él y un público expectante. Como una pequeña sala en medio de la naturaleza. Fue una experiencia preciosa y aquel mar y aquellos árboles, en cierto modo, le recordaron a Galicia, rememora Araujo. Le hacemos la pregunta del millón, cuestión que agradece. ¿Existe una marca diferencial en el artista por haber nacido en Galicia, hagas folk, pop o electrónica? ¿Define la personalidad, la forma de componer, la sensibilidad en suma, haber nacido en un lugar que acuñó el término morriña?
“Creo que es la pregunta más interesante que que me han hecho últimamente; es una pregunta que yo me hago en voz alta. Y no tengo la respuesta. Creo que algo se tiene que notar pero también que eso puede ser un peligro, por los clichés. Por ejemplo, la melancolía. Yo soy casi portugués, del sur de la Raya y mi apellido es portugués pero es que en el flamenco también hay melancolía. Ponemos etiquetas muy rápidamente y eso es muy limitante. Tenemos una tradición muy fuerte que es importante cuidar y seguir expandiendo pero al mismo tiempo tenemos un presente y hay que explorarnos desde otros lugares”.
Santi Araújo, en 2022.
Con todo y notando las costuras de esas etiquetas, Santi nos explica qué significa morriña con su propia experiencia: “En 2015 vivía en Ciudad de México y me iba bien. De repente, no sé cómo ocurrió, comencé a echar de menos hasta las cosas que antes no soportaba, tonterías como ir a la aldea de al lado con la familia porque eran fiestas patronales y ver a tal orquesta que tocaría pasodobles. Soy de interior, de una aldea cerca de Ponteareas, tierras del Miño y mi ADN son los ríos, los bosques, ese olor a pajar. Y lo echaba de menos. Entonces, aunque había conseguido lo que deseaba trabajando como periodista y creativo en una empresa magnífica, gente maravillosa y todo estaba bien… Todo no estaba muy bien. Tuve que volver casi por salud”.
A finales de mes, Santi saltará a Portugal para dar varios conciertos. Entretanto está trabajando con el joven artista portugués Simplesmente y barrunta nuestro interlocutor que de esta sintonía saldrá un disco a cuatro manos.
