Guinea Ecuatorial viene a por sus cosas. Una delegación oficial del gobierno del país africano ha visitado discretamente esta semana cinco museos e instituciones de Barcelona y Madrid con el objetivo de elaborar un inventario de los bienes almacenados o expuestos, de cara a una eventual repatriación y reparación.
En cuatro instituciones catalanas ha podido fijar el rastro sobre cientos de bienes u objetos, entre estatuillas, colmillos, máscaras, esqueletos de animales, joyas, sombreros, patas de elefante o instrumentos musicales, obtenidos por coleccionistas privados, expediciones científicas o misiones religiosas mientras Guinea Ecuatorial fue colonia española, entre 1778 y el 12 de octubre de 1968, hace hoy exactamente 57 años.
En las cuatro instituciones catalanas que ha visitado, la comitiva ha hecho inventario de unas 1.600 piezas. 500 de ellas, en el Museu de Ciències Naturals de Barcelona (MCNB). El resto, bienes culturales, rituales o artesanales.
Pero sólo en el Museu Etnològic i de Cultures del Món (MuEC) el total de objetos registrados es de 2.204, según un detallado informe del Institut de Cultura de Barcelona (ICUB) consultado por La Vanguardia .
Las piezas más interesantes se exponen en las dos sedes del museo, en la calle de Montcada y en Montjuïc.
El legado
2.204 objetos guineanos en el Etnològic
Un informe del Institut de Cultura de Barcelona detalla el legado guineano en el Museu Etnològic i de Cultures del Món. Heredero del Museo Etnológico y Colonial, creado en 1948, carece de un inventario completo, como muchos museos. La mayor parte de los objetos son del pueblo fang, aunque otros proceden de los bubi, hausa o annoboneses. “Actualmente, el número de bienes culturales ecuatoguineanos en nuestras bases de datos es de 2.204 objetos”, reconoce el informe. Una tercera parte están en consulta pública online. La colección se conformó por “diversas vías”. Primera, una heterogénea acumulación municipal previa al museo; destaca la colección de Miguel Núñez de Prado y Susbielas, gobernador en Guinea entre 1925 y 1931, fusilado en 1936, cuya viuda la vendió a la Generalitat. Son 166 piezas, con una importante cantidad de armas fang, tallas byeres, muebles y bichos. Segunda, las dos “expediciones científicas” a Río Muni y las que el propio director del museo, August Panyella, realizó como colaborador del Instituto de Estudios Africanos, aunque las obtenidas por éste acabaron en Madrid, donde hubo un proyecto de Museo de África. Tercera (y principal) las compras y donaciones de particulares e instituciones religiosas o civiles. También se exponen en calidad de préstamo piezas de propiedad privada; principalmente, la colección del químico y empresario Albert Folch, con contrato hasta el 2031. La orden de los Hijos del Sagrado Corazón de María donó dos depósitos con un total de 372 piezas de origen tan variado como incierto. Algunos objetos fueron adquiridos por los misioneros claretianos y originalmente estuvieron en su museo en Malabo.
En el Museo Nacional de Antropología (MNA) de Madrid hay aproximadamente 2.000 piezas de origen guineano, 1.500 de ellas de la etnia fang.
“Nuestro objetivo no es otro que querer conocer qué es lo que se trajeron aquí durante la colonia”, expone José Juan Mañane Nva, director general de Ciencias Humanas, Tradiciones, Arqueologías y Artes Plásticas del Consejo de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Cicte) de Guinea Ecuatorial, tras visitar el jueves el Museu de Ciències Naturals de Barcelona (MCNB).
“Una vez recuperada la independencia política, queremos recuperar también la independencia cultural. Que nos restituyan aquellos objetos que expoliaron durante la colonia”, añadió.
Cristeta Mangue, Teodoro Oló y José Juan Mañane, delegados del gobierno de Guinea, el jueves ante el Museu de Ciències Naturals de Barcelona
“Hablando de forma un poco ruda, el ladrón no puede decir al que ha robado que no tiene capacidad para cuidar de sus bienes”, añadió. “La restitución sería un motivo de orgullo e identidad”.
Junto a otros dos miembros del Cicte –Teodoro Oló Fernandes, director de cooperación y relaciones internacionales, y Cristeta Mangue Ona, jefa de coordinación administrativa–, han visitado también el Museu Etnològic, el Fons Sabater Pi (que custodia la Universitat de Barcelona), el Arxiu Comarcal d’Osona y el MNA. Ayer regresaron a Malabo.
Nuestro objetivo no es otro que querer conocer qué es lo que se trajeron aquí durante la colonia”
Es la primera visita que Guinea Ecuatorial plantea en estos términos, y su mensaje es claro: “Hubo diferentes maneras de adquisición. Por venta, por donación o por expolio. En general creemos que todos son expolios, porque al fin y al cabo uno puede inventarse una factura y decir mira, esto me lo he comprado... Lo que sí sabemos es que lo trajeron en contra de la voluntad del pueblo del que eran originarios. Y están descontextualizados al encontrarse en un sitio donde no fueron originariamente hechos”.
A partir de aquí, Guinea procesará la información obtenida y preparará una reclamación.
El responsable de cultura del ayuntamiento de Barcelona, Xavier Marcé, puntualiza que “tenemos una enorme receptividad hacia este tipo de demandas, pero de cada caso hay que seguir el hilo legal y conocer en qué condiciones llegó aquí cada pieza hasta nuestros museos. No exponemos ninguna que pueda tener un aire mínimamente turbio. Si Guinea Ecuatorial hace una reclamación formal, analizaremos si las compras se hicieron o no correctamente y si hay o no un conflicto jurídico. En cualquier caso, tenemos piezas interesantes, pero no un gran museo de origen colonial”.
De cada caso hay que seguir el hilo legal y conocer en qué condiciones llegó aquí cada pieza”
El director del MNA, Fernando Saéz, subraya que la visita guineana “encaja en el momento” en que se encuentra su museo, que cumple 150 años y está enfrascado en un proceso de replanteamiento ético.
A la reunión con los delegados africanos asistió, además del director, el conservador especialista en colecciones africanas, Luis Pérez, y la conservadora de compromiso ético, Patricia Alonso.
El museo ha publicado recientemente una carta de compromiso sobre restos humanos y está preparando otra sobre la relación con las comunidades de origen de las colecciones.
El Museu de Ciències Naturals tenderá puentes de conocimiento con sus homólogos guineanos
El museo cuenta con numerosas colecciones de origen guineano, un patrimonio que está inventariado pero no totalmente catalogado, algo en lo que esperan trabajar conjuntamente con la comunidad guineana, al igual que están haciendo con otras, como la atacameña-licanantay, de Chile.
“Entiendo que para muchas de estas comunidades la restitución es un punto de mira en el futuro”, admite Sáez, quien subraya sin embargo que la eventual devolución deberá abordarse en el Ministerio de Cultura.
“Creo que un primer paso, positivo, es establecer un estado de confianza con estas comunidades”. En el caso guineano, el MNA solo posee patrimonio cultural.
Un primer paso, positivo, es establecer un estado de confianza con estas comunidades”
En 1982, Barcelona fue pionera en la devolución de bienes culturales. El escultor guineano Leandro Mbomio lideró un movimiento para la devolución de un conjunto ritual de siete cráneos de la etnia fang, que provenían de una donación que la Real Academia de Ciencias de Barcelona había efectuado al Instituto Municipal de Ciencias Naturales. Estos cráneos habían llegado a Barcelona a finales del siglo XIX.
Esta fue la primera restitución de una institución del Estado a una antigua colonia.
En su visita de estos días, la delegación guineana no ha detectado restos humanos en ninguno de los museos visitados. “Suponemos que no los hay, pero depende de la buena voluntad y la honestidad de los museos. Si encontramos una cosa de esta naturaleza, nuestra reacción podría ser, cómo decirlo, un poco más violenta”, expuso Mañane.
Lo que Guinea no exigirá es la restitución de los bienes del museo de ciencias naturales. En su cita con el director de esta institución, Carles Lalueza, se comenzó a construir una suerte de puente científico.
El debate de la descolonización de los objetos culturales empezó hace unos quince años y ahora alcanza a los especímenes naturales”
“La producción del acervo cultural y la documentación y la naturaleza no pueden ser tratados de la misma manera”, dijo Mañane. El MCNB se ha comprometido, tras este primer contacto, a ofrecer su conocimiento en la conservación y el estudio de la naturaleza. Muchos de sus especímenes (tres millones en total) proceden del Zoo de Barcelona.
“El debate de la descolonización de los objetos culturales empezó hace unos quince años y ahora alcanza a los especímenes naturales, en los que el problema es distinto, entre otras cosas porque no se pueden circunscribir a fronteras geopolíticas de hoy”, según Lalueza. “Nuestras colecciones tienen más valor científico que patrimonial”, añade.
El Arxiu Comarcal d’Osona tiene 537 reproducciones de diapositivas que tomó el misionero claretiano Eduard Canals Casas durante un viaje en barco por las islas de Guinea. También hay dos películas originales y dos carteles.
Desde el departamento de Cultura de la Generalitat califican el paso de la delegación guineana como “una visita de cortesía” y aseguran que “no se estableció ningún acuerdo de colaboración”.
El país africano procesará los datos recogidos y planteará un plan de rescate de bienes culturales
Barcelona fue la ciudad con más relación con aquella colonia. “Los intereses económicos de la burguesía catalana y barcelonesa en particular eran los que gestionaban la colonia, en las haciendas agrícolas y en la explotación del cacao y la madera, las riquezas fundamentales en aquel momento. La Casa de Guinea estaba aquí, y también la Cámara de Comercio Guineana”, explica Alberto López Bargados, profesor de antropología de la Universitat de Barcelona e investigador principal del proyecto Trafricants, un grupo de estudio vinculado a la Universitat de Barcelona que analiza los legados coloniales en instituciones catalanas de este país africano, pero también de Marruecos y Filipinas; una delegación de este último país visitó Barcelona en noviembre de 2024.
Trafricants ha sido coorganizadora de la visita de estos días. “Debo decirlo así de claro: no ha habido ningún museo ni centro que nos haya puesto ningún problema cuando planteamos la investigación”, expone López Bargados.
Hemos encontrado puertas abiertas para realizar la investigación y en algunos casos hemos encontrado incluso cierto entusiasmo”
“De manera absolutamente general hemos encontrado puertas abiertas para realizar la investigación y en algunos casos hemos encontrado incluso cierto entusiasmo y convencimiento de que esta búsqueda, más tarde o más temprano, debe realizarse. La razón es muy simple: los equipos directivos de los museos no son tontos y están viendo lo que ocurre en el resto de Europa y entienden que uno de los desafíos que debe abordar hoy el museo europeo es, básicamente, este desafío de resignificar el origen de una parte de sus colecciones”.
