Muestras de arte y una feria de libros

Galerías

De Joan Miró a Forns Bada, pasando por Diderot y una FIL de Guadalajara a la que no van importantes autores

Pintura de Carlos Forns Bada en la sala Parés.

Orgánico.‘Paradigmática cusana V (Las espinas de san Jerónimo)’, de Carlos Forns Bada, expuesta en la sala Parés hasta el 25 de octubre y que forma parte de la apertura de la temporada de exposiciones

Sala Parés

El otoño se ha iniciado en Barcelona con dos exposiciones sobresalientes: la retrospectiva de la fotógrafa Helen Levitt en KBr Fundación Mapfre (hasta el 1 de febrero del 2026) y Miró i els Estats Units , en la Fundació Joan Miró (hasta el 22 de febrero). Barcelona es la ciudad de Miró, pero es también la ciudad que despreció a Miró durante varias décadas –hubo excepciones, claro–, mientras su obra era admirada, celebrada y comprada por instituciones artísticas y coleccionistas de París y de Nueva York.

La Barcelona oficial, institucional, descubrió a Miró demasiado tarde o, incluso, póstumamente. Es significativo que el aeropuerto barcelonés lleve el nombre de un político local y no el de un artista con prestigio internacional. Tanto Miró como Dalí pudieron desarrollar su obra, en cierta medida, a pesar de Barcelona. Por eso, ante algunas políticas culturales que vemos aplicar hoy, cabe preguntarse si la tradicional inconsciencia institucional barcelonesa y catalana persiste aún, ahora bajo formas posmodernas. O si los actuales poderes culturales han aprendido, por fin, a reconocer y apoyar lo que es extraordinario, excelente y valioso y a distinguirlo de lo banal.

Barcelona se presenta en la FIL sin los poetas que más podrían gustar en el país de Octavio Paz y de Juan Rulfo

En la inauguración de Miró i els Estats Units , el alcalde Collboni celebró que Barcelona sea la ciudad invitada a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara (México). Pero sucede algo extraño. En la lista de los 70 escritores seleccionados no se encuentran los mejores poetas en castellano, con la excepción de Rafael Argullol, posiblemente seleccionado por su obra ensayística. Ni tampoco están los mejores poetas en catalán vinculados a Barcelona. Ya sé que la palabra mejor parece subjetiva y no gusta a quienes prefieren que prevalezcan las cuotas de género, territorio, edad y otras categorías meramente sociológicas. Sin embargo, configurar una buena selección literaria es posible si se presta atención a estos datos: éxito de crítica, comprobable en las hemerotecas digitales (y el prestigio de quien elogia es relevante), éxito comercial (aunque a menudo este depende de la publicidad), prestigio de la editorial donde se publica (basado en la excelencia de distintos autores de la misma colección) y, finalmente, que el prestigio del autor se mantenga a lo largo de los años. En esta ocasión no se han aplicado estos criterios y por ello Barcelona se presentará en la FIL sin los poetas que más podrían gustar en el país de Octavio Paz y de Juan Rulfo.

Tampoco estarán algunos narradores que, más allá de autores indiscutibles como Eduardo Mendoza, son representativos de la diversidad que existe en Barcelona (desde Rodrigo Fresán a Corina Oproae), ni pensadores como Josep Maria Esquirol o historiadores y autores de biografías relevantes. Barcelona sigue siendo una ciudad con tendencia a no prestar atención ni apoyo a ciertos creadores independientes, que quizá son los equivalentes actuales de lo que fueron Miró, Joan Vinyoli y J.E. Cirlot.

La apertura de la temporada de exposiciones en galerías de arte barcelonesas incluye desde los proyectos no realizados de Christo y Jeanne-Claude que presenta Prats Nogueras Blanchard o la sátira en torno a Picasso que Rogelio López Cuenca expone en Àngels Barcelona, hasta la denuncia del genocidio prenazi perpetrado por Alemania contra Namibia, que podemos ver en la muestra de Marcelo Brodsky en Zielinsky, o la instalación orgánica de Eva Fàbregas en Bombon, o también la pintura metarrealista, con la presentación de Aryz en Senda –en una onda similar a Neo Rauch– y la sugestiva exposición de Carlos Forns Bada en la sala Parés (hasta el 25 de octubre). En la obra de Forns Bada, los reinos vegetal, animal y mineral aparecen mezclados. El artista cita un texto de Diderot publicado en 1769 y que hoy me parece plenamente vigente. Lo resumo: “Todos los seres circulan unos en otros; todo está en flujo perpetuo. Toda cosa es más o menos cualquier otra cosa: más o menos tierra, agua, aire o fuego, más o menos de un reino o del otro”.

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