El Prado amplía su colección de rococó con dos obras de Boucher sobre el mito de Adonis

Pintura del siglo XVIII

La pinacoteca adquiere dos cuadros del pintor francés gracias al legado de uno de sus conservadores

Andrés Úbeda Jefe de Colección de Pintura del Siglo XVIII y Goya Del Museo Nacional del Prado; Javier Solana, Presidente del Real Patronato del Museo Nacional del Prado; Miguel Falomir, Director del Museo Nacional del Prado; Marina Chinchilla, Directora Adjunta de Administración del Museo Nacional del Prado y Alfonso Palacio, Director Adjunto de Conservación e Investigación del Museo Nacional del Prado.

Andrés Úbeda, jefe de colección de pintura del siglo XVIII; Javier Solana, presidente del patronato; Miguel Falomir, director del museo, y Marina Chinchilla y Alfonso Palacio, directores adjuntos 

Museo del Prado

El Museo Nacional del Prado ha ampliado su colección de pintura rococó gracias a la adquisición de dos cuadros de François Boucher (1703-1770), uno de los mayores representantes, junto con Antoine Watteau y Jean-Honoré Fragonard, de la escuela francesa del siglo XVIII. 

Las dos obras versan sobre el mito de Adonis, la primera sobre su nacimiento, con la representación del inicio de la metamorfosis de Mirra, su madre, en árbol, y la segunda sobre su muerte en los brazos de Venus, su amante, tras el ataque de un jabalí. Ambas han sido adquiridas por 2,2 millones de euros gracias a la donación de Juan José Luna, conservador del museo fallecido en el 2020 que dejó su herencia a la institución: una vivienda en Madrid que fue subastada por 3,2 millones de euros.

En la presentación de estas nuevas adquisiciones, que se colocarán al lado de la única obra de Boucher que hasta ahora tenía el Prado -Pan y Siringa- en las salas del siglo del XVIII cuando acaben los trabajos de reforma, y que hasta entonces podrán verse en una ubicación provisional, el presidente del real patronato del museo, Javier Solana, ha destacado la generosidad de Juanjo Luna, quien hoy se sentiría “muy satisfecho”  al ver cumplida su última voluntad.

El nacimiento de Adonis, de François Boucher

'El nacimiento de Adonis', de François Boucher 

Museo del Prado

A esta generosidad y a la de tantos otros benefactores del museo se ha referido también el director del Prado, Miguel Falomir, que ha recordado que el añorado conservador había hecho su tesis precisamente sobre la pintura francesa en España, por lo que la compra de las dos obras de Boucher gracias a su legado era una oportunidad que no se podía dejar pasar. “La colección está todavía abierta y puede mejorarse con las aportaciones de todos. No hace falta tener un apellido muy largo ni exhibir orígenes nobiliarios para contribuir a su ampliacion”, ha celebrado. 

Por su parte, el jefe de la colección de pintura de siglo XVIII y Goya del Prado, Andrés Úbeda, ha subrayado la carga emotiva que esta presentación supone para el museo, que, como todos los del mundo, “tiene carencias” y “margen de mejora” porque es una “institución viva” que sigue creciendo, además de por las aportaciones públicas, gracias a la generosidad de la sociedad española y también internacional. De ahí su enorme satisfacción, ha señalado, por que una “luminaria” de la pintura francesa como Boucher, figura por la que Luna sentía una especial “devoción”, esté mejor representada en el Prado. 

La compra de estos cuadros “no fue nada fácil”, ha explicado el responsable de siglo XVIII del Prado sobre el proceso de negociación para adquirir estas dos obras de juventud de François Boucher -las pintó siendo un “veinteañero perfectamente formado como artista”-, al que siguió la pertinente confirmación de atribución -una de las pinturas está firmada- y un estudio técnico que certificó un “magnífico estado de conservación” pese a la suciedad que cubría los lienzos.

La muerte de Adonis, de François Boucher

'La muerte de Adonis', de François Boucher 

Museo del Prado

El nacimiento de Adonis y La muerte de Adonis son dos obras “magníficas” que hay que observar de cerca para admirar en todos sus detalles, ha ensalzado Úbeda, para quien, si bien el estilo característico de Boucher no estaba todavía “definido”, en ellas se ueden calibrar las influencias de la escuela veneciana del siglo XVIII, con la figura de Sebastiano Ricci como referente, y permiten “completar el recorrido vital” del artista, del que el Prado posee una obra de madurez pintada 40 años después, Pan y Siringa, adquirida en 1985 a instancias del propio Juan José Luna y  junto a la que se expondrán en el futuro.  

Boucher está considerado el pintor más representativo del rococó francés, vinculado al refinamiento, la sensualidad y el hedonismo de la corte de Luis XIV, y tuvo un enorme prestigio en su época, en la que gozó de la protección de Madame de Pompadour, la influyente amante del rey.  Esta circunstancia lo llevó a convertirse en el gran decorador de su tiempo -se encargó de los palacios de Versalles y Fontainebleu- y a dirigir los talleres de tapices de la Manufactura de los Gobelinos. Sin embargo, sus obras escasean en España por cuestiones históricas -los primeros Borbones prefirieron la escuela italiana- y de gusto -las temáticas religiosas primaron sobre las escenas galantes y mitológicas características de la pintura francesa del XVIII-.

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