'Le nozze di Figaro' de la Fundació Òpera Catalunya (★★★✩✩), mesura y eficacia

Ópera

Un cuarteto protagonista sólido, ostensible nivel de la Simfònica del Vallès y una producción de blanca austeridad, marcaron el inicio de la temporada 25/26 de la FOC

Una escena de Le nozze di Figaro de la Fundació Òpera a Catalunya

Una escena de Le nozze di Figaro de la Fundació Òpera a Catalunya

Antoni Bufill

Un cuarteto protagonista sólido, ostensible nivel de la Simfònica del Vallès y una producción de blanca austeridad, marcaron el inicio de la temporada 25/26 de la FOC.

Una función donde el siempre complejo equilibrio de la folle journée mozartiana encontró en una batuta precisa y una voces idóneas una función de sabroso sabor mozartiano.

Daniel Gil de Tejada mostró una lectura donde la ligereza de los tempi, la transparencia del sonido y la belleza de la orquestación de vientos-maderas rubricó una versión noble y muy atenta a las voces. La mejora del sonido de la Sinfònica del Vallès es notoria, sobre todo en unas cuerdas de gran flexibilidad y finura.

Producción sencilla de resultado sobrio donde la obra de Mozart triunfa gracias a voces y orquesta sin lunares

Vocalmente destacó la doble pareja del Comte del barítono serbio Milan Perisic, homogéneo y vehemente, y la soprano barcelonesa Laura del Río, voz con metal y elegancia del estilo, ambos de una tenacidad y calidad innegables. En contraposición el Figaro del barítono de Palamós Guillem Batllori, bien timbrado y de distinguido lirismo, empastó con la generosa expresividad de la Susana de Violeta Alarcón, de voz siempre presente y hermoso detalles de fraseo y articulación.

A este cuarteto de gran efectividad se sumó el Cherubino de la mezzo madrileña Laura Orueta, resuelta y de timbre idóneo por frescura y técnica.

Entre los personajes más secundarios destacó la incisión e ironía de Jorge Juan Morata como Basilio, entre la profesionalidad de la Marcellina de Assumpta Cumí, la corrección del Bartolo de Arturo Espinosa y del Antonio de Víctor de la Fuente.

Destacó la luz vocal de la Barbarina de la soprano Laura Gibert a la que dan ganas de escuchar ya en roles de mayor enjundia. También llamaron la atención las voces de Alba Boix y Gabriela Schurrer como dos campesinas.

La dirección de escena de Miquel Górriz, apela a la teatralidad de los personajes y deja el protagonismo a la música y las voces en medio de una escenografía esencial, de Pau Monterde, con el vestuario goyesco y vistoso de Eva Selma.

Una producción sencilla de resultado sobrio donde la obra maestra mozartiana triunfa gracias a orquesta y voces sin lunares.

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