El tesoro de Borsum es uno de los mayores depósitos de monedas romanas de Baja Sajonia (Alemania). Y durante 2.000 años nadie supo nada de él. En 2017, un hombre con un detector de metales lo descubrió tras una excavación “ilegal” en el distrito de Hildesheim pero decidió seguir ocultándolo al mundo. Hasta ahora.
Hace unos meses, este ciudadano alemán informó de su antiguo hallazgo a la policía, según han informado las autoridades de protección de monumentos de Hildesheim en un comunicado. Les entregó hasta 450 monedas, varios lingotes de plata, un anillo de oro y una moneda también de oro del Alto Imperio romano (31 a.C. - 285 d.C.).
Revisión a fondo del sitio en octubre
Los técnicos de la Oficina Estatal de Preservación de Monumentos de Baja Sajonia realizó en abril de 2025 una primera inspección del yacimiento junto con el descubridor del alijo. Pero no fue hasta principios de octubre cuando los arqueólogos revisaron a fondo el lugar y recuperaron objetos que aún se encontraban enterrados.
Los investigadores prestaron especial atención a descubrir si, a pesar de la “alteración inadecuada” del sitio cerca de pueblo de Borsum en 2017, aún era posible obtener información sobre el método como se guardó el tesoro hace dos milenios. Además, se encontraron algunas monedas más.
Algunos de los lingotes de plata descubiertos en Baja Sajonia
El período imperial romano temprano fue la época en que las legiones controlaban territorios más allá del Rin y el Danubio, marcados por una frontera fortificada conocida como Limes Germanicus. Este periodo estuvo marcado por la tensión entre los romanos y las tribus germánicas que veían cómo sus territorios eran invadidos.
“El descubrimiento reviste una enorme importancia científica”, declaró el arqueólogo Sebastian Messal a la Agencia DPA. “Ahora hay que determinar la procedencia de los artefactos y el motivo de su enterramiento aquí”, añade. Los expertos aún dudan si el tesoro fue escondido por los propios romanos o por los germánicos.
Estos alfileres de metal también formaban parte del tesoro que fue enterrado hace unos 2.000 años en lo que hoy es el noroeste de Alemania
Aunque el hombre de 31 años que descubrió la antigua fortuna había utilizado un detector de metales sin el permiso necesario, lo que constituye un delito según la ley de Baja Sajonia, los cargos contra él han sido archivados por la Fiscalía de Hildesheim porque ya han prescrito.


