Las colas de turistas han vuelto a llenar este miércoles el Museo del Louvre, cuando aún no se ha superado la tormenta política y social que ha provocado el robo de joyas del pasado domingo. El mismo presidente francés, Emmanuel Macron, solicitó una “aceleración” de las “medidas de seguridad” en el Museo, mientras la presidenta y directora del museo, Laurence des Cars, ha comparecido en el Senado para intentar explicar cómo los ladrones lograron robar joyas valoradas en 88 millones de euros del museo más visitado del mundo.
Colas de visitantes frente a la Pirámide del Louvre, recién reabierto tras el robo
A las 9.00, cuando abrieron como es habitual las puertas del museo, cientos de personas estaban ya haciendo cola en el acceso de la pirámide. La apertura ha sido parcial, ya que el museo ha decidido que la Galería de Apolo en la que se produjo el robo permanecerá cerrada “un cierto tiempo”.
“Teníamos muchas esperanzas de que abriera. Si no hubiéramos reservado para hoy, no habríamos tenido la oportunidad de volver”, comentó con alegría Fanny, una visitante venida de Montpellier con su hija.
El Louvre echó intempestivamente a sus visitantes el domingo poco después de las nueve y media de la mañana, cuando se produjo el robo. La dirección decidió no abrir el lunes, cuando ya había visitantes en las colas, y aprovechar también el martes, el día de cierre semanal, para revisar la seguridad.
Los cuatro ladrones que formaban parte de la banda llegaron al ala sur del museo con una camioneta robada equipada con un montacargas de los que se usan en mudanzas. Dos de ellos subieron hasta un balcón del primer piso, abrieron un boquete en el cristal de una puerta con una radial y, ya en la sala, rompieron dos vitrinas en las que había joyas.
El balcón por el que entraron los ladrones
Se llevaron nueve, pero una de ellas, la corona de la emperatriz Eugenia de Montijo, la perdieron en su huida y resultó dañada.
El ministro del Interior, Laurent Nuñez, aseguró hoy en la radio Europe 1 que la investigación está “en progreso”, y mostró hoy su “plena” confianza en la capacidad del “más de un centenar” de investigadores movilizados para “encontrar a los autores” del robo.
En una entrevista a Europe 1 y CNEWS, el exjefe de policía de París precisó que la Oficina Central de Trafico de Bienes Culturales ha recopilado pistas sobre los perfiles de los sospechosos de tráfico de bienes culturales y que se está haciendo “todo lo posible” para recuperar las ocho joyas robadas.
Las joyas robadas
Por su valor material, el botín del Louvre es uno de los mayores robos de arte de las últimas décadas, aunque queda muy por detrás de la pérdida sufrida en el robo del Museo Isabella Stewart Gardner de Boston en 1990, estimada en al menos 500 millones de dólares. Pero el valor histórico y patrimonial de las alhajas de la dinastía Bonaparte, según la Fiscalía de París, es “incalculable”.
La polémica se centra en las condiciones de seguridad en la Galería Apolo, donde se produjo el robo. Esta alberga la colección real de gemas y los Diamantes de la Corona, compuesta por unas 800 piezas.
La camioneta grua usada para el robo
Según el diario conservador Le Figaro, la directora del museo presentó su dimisión tras el robo, pero fue rechazada y recibió el apoyo del presidente Emmanuel Macron.
Nuñez también ratificó, como dijo la víspera la ministra de Cultura, Rachida Dati, que el sistema de alarma del Louvre funcionó “correctamente” en cuanto los ladrones rompieron la vitrina de la Galería de Apolo, donde estaban las joyas, y que la policía llegó al museo “tres minutos” después de que se activase.
La corona de la emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III
Pese a eso, también suscribió la afirmación del ministro de Justicia, Gérard Darmanin, de que fue “un fracaso” ya que no se pudo impedir que los ladrones consiguieran llevarse el botín.
La ministra de Cultura, Rachida Dati, se defendió de reproches sobre fallas de seguridad y, en la sesión de control al Gobierno de la Asamblea Nacional dijo el martes que “los dispositivos del Museo del Louvre funcionaron”.
Dati hizo hincapié en que Des Cars había encargado auditorías de seguridad en 2022, 2023 y 2024 que habían dado a una serie de recomendaciones que “se están poniendo en marcha”, pero esto está tardando tiempo por las reglas complejas de las licitaciones públicas y porque las obras en un edificio patrimonial como el Louvre también están sometidas a reglas restrictivas.
