Son 34 años de arte contemporáneo. En un espacio inesperado. Y con una lista de nombres que levanta acta de la creación de su tiempo, de más de tres décadas: desde Perico Pastor, en 1992, a Javier Mariscal, Antonio López, Guinovart, Arranz-Bravo, Jordi Labanda, Frederic Amat, Eduardo Arroyo, Luis Gordillo, Lita Cabellut, Jaume Plensa y Miquel Barceló. Pasando por grandes autores del cómic como Milo Manara y Moebius y por un artista de la cocina que también dibuja, Ferran Adrià. El espacio inesperado que con el tiempo se ha convertido en un particular museo del arte actual es la portada del catálogo anual de Vila Viniteca, una tienda nacida en el Born en 1932 que se ha acabado convirtiendo en un espacio de encuentro entre el vino, la gastronomía y la cultura. Con un catálogo que es un pequeño museo en papel que ahora crece con una obra de Daniel Steegmann Mangrané (Barcelona, 1977), uno de los artistas catalanes con mayor proyección internacional y al que el Museu d’Art Contemporani de Barcelona le dedicó una gran exposición a finales de 2023.
De Daniel Steegmann, un artista que explora las afinidades entre naturaleza, arte y arquitectura y que ayer a última hora no pudo acudir a la presentación de su obra ante la prensa, el nuevo catálogo mostrará en la portada y la contraportada su pieza Metamorphing map . Una obra creada con mármol portoro italiano, de la Liguria, con sus particulares vetas doradas, y que se convierte en una evocación del mundo de la viña, los sarmientos, la tierra.
Quim Vila, que junto a Siscu Martí encabeza Vila Viniteca, recuerda que la idea del arte para la portada del catálogo surgió a principio de los años noventa. Para entonces un vino de Burdeos, el Mouton Rothschild, ya llevaba desde 1945 convirtiendo cada etiqueta en una obra de arte, con nombres como Miró, Chagall, Picasso o Dalí. En el primer artista en el que pensó Vila, siendo el Born un barrio habitado por numerosos creadores, fue un cliente de la propia tienda, Perico Pastor, que, recuerda, hizo un dibujo de la misma tienda desde fuera, con la fruta, la balanza. Al año siguiente le pidió la ilustración a Juliet Pomés, luego a Xano Armenter, a más gente del barrio como Francesc Artigau, Robert Llimós, y, sonríe, “con esta excusa he comenzado una pequeña colección, porque les he comprado las obras”. Entre ellas figuran incluso una fabulosa y enloquecida ilustración de la tienda por Francisco Ibáñez en la que la calle Agullers hace intersección con el icónico número 13 de la Rue del Percebe.
