Es un cambio de paradigma, un hallazgo más potente que el efecto mariposa. Nuevos análisis hechos en antiguas herramientas de piedra han aportado “pruebas sólidas” que indican cuál era el origen real de los primeros pobladores que llegaron a América durante la última glaciación.
Durante décadas, los expertos han debatido si los pueblos nómadas prehistóricos migraron a través del puente terrestre siberiano conocido como Beringia hace unos 13.000 años, o si siguieron una ruta costera del Pacífico mucho antes, posiblemente hace unos 20.000 años.
Antiguas puntas de proyectil
Según explican los investigadores de la Universidad Estatal de Oregón (OSU) en un artículo publicado en la revista Science Advances, antiguas puntas de proyectil descubiertas en yacimientos norteamericanos que datan de hace entre 20.000 y 13.500 años aparecieron por primera vez hace unos 20.000 años en Hokkaido (Japón).
Esto respalda la hipótesis que los humanos asentados en la Cuenca del Pacífico recorrieron una ruta costera desde el este de Asia durante la Edad de Hielo (o glaciación de Würm, que finalizó alrededor del 9700 antes de Cristo) para convertirse en los primeros pueblos de América del Norte.
La última Edad de Hielo terminó hace unos 9700 años
“Por primera vez, podemos afirmar que los primeros americanos pertenecían a un mundo paleolítico más amplio, uno que conecta Norteamérica con el noreste de Asia a través de un legado tecnológico compartido”, afirma el antropólogo Loren Davis, uno de los autores principales del estudio.
La evidencia arqueológica que han presentado Davis y su equipo encaja con el escenario costero, señalando que los primeros navegantes se desplazaron gradualmente hacia el continente americano desde la zona noroccidental del Pacífico, saliendo de regiones que ahora incluyen Hokkaido, la isla más septentrional de Japón.
Algunas investigaciones genéticas recientes también respaldaban esta idea de que los pueblos indígenas de las zonas que hoy en día se han convertido en Estados Unidos y Canadá están vinculados a ascendencia del este de Asia y el norte de Eurasia.
El equipo de la OSU analizó herramientas de piedra de un período conocido como Paleolítico Superior Americano. Las puntas de proyectiles, denominadas bifaciales, están lascadas por ambos lados para crear un arma de caza penetrante, duradera y muy afilada, lo que representa un gran avance tecnológico.
Las puntas de proyectil estudiadas se llaman bifaciales y datan de hace entre 20.000 y 13.500 años
El estudio confirma que el avanzado sistema armamentístico prehistórico llegó hasta América, donde estos instrumentos muestran una fuerte continuidad entre sí y con artefactos encontrados en numerosos yacimientos del Paleolítico Superior Tardío en Asia Oriental.
“El descubrimiento de esta conexión arqueológica reescribe el primer capítulo de la historia de la humanidad en América -afirma Loren Davis-. Demuestra que los primeros americanos no eran culturas aisladas, sino participantes de las mismas tradiciones paleolíticas que conectaron a las personas de Eurasia y Asia”.
Herramientas pequeñas y ligeras
Las primeras herramientas que los investigadores estudiaron son más pequeñas y ligeras que las tecnologías posteriores de los nativos americanos y se fabricaron usando métodos diferentes. Este sistema dual de producción de núcleo y hoja, combinado con la fabricación de puntas bifaciales, fue la base tecnológica a partir de la cual evolucionaron las tradiciones posteriores, dicen los expertos.
“Este sistema actúa como la huella tecnológica que vincula el Paleolítico Superior americano con sus raíces en el noreste de Asia. Estudios previos habían sugerido este patrón, pero nuestro profundo análisis proporciona la evidencia más sólida recopilada hasta la fecha”, afirma Davis en un comunicado.
Algunas de las puntas de proyectil encontradas
Los investigadores conocen desde hace tiempo los yacimientos del Paleolítico Superior americano. Los cinco principales que estudió el equipo de la OSU se encuentran en Virginia, Pensilvania, Texas e Idaho. Si las personas hubieran viajado a latitudes más altas a través de Beringia, estos sitios más antiguos deberían estar en Alaska y Yukón, en Canadá.
“Aunque hemos encontrado herramientas con el mismo patrón y de antigüedad similar en Oregón, Wisconsin y Florida, representan muy pocos artefactos para incluirlos en este análisis”, asegura Davis. “Es probable que haya evidencia arqueológica sumergida a lo largo del Pacífico oriental que respalde este modelo, ya que el nivel del mar aumentó al final de la última glaciación”, añade.
Un modelo coherente
Este estudio es, además, el primero en conectar múltiples sitios de investigación a nivel mundial, presentando un modelo coherente de los primeros ocupantes humanos de las Américas. “Ahora podemos explicar no solo que los primeros americanos provenían del noreste de Asia, sino también cómo viajaron y qué ideas y objetos llevaban consigo”, concluye el investigador.


