¿Puede ocurrir un robo como el del Louvre en España?

La seguridad del patrimonio cultural

“Imposible, tenemos una seguridad de las más altas del mundo”, asegura el ex responsable del Thyssen-Bornemisza, que en enero sen ofreció para implementar el modelo español en el  museo parisino

DIRECTORA Y PRESIDENTA FUNDACION CUADROS RECUPERADOS#@#BARCELONA VARIOS - FUNDACIÓ MIRÓ - ROBOS - FUNDACIONES DE ARTE - 6 CUADROR ROBADOS EN ABRIL 88 Y RECUPERADOS EL 2/6/88

El presidente y la directora de la Fundació Miró, Eduard Castellet y Rosa Maria Malet, en 1988, con los cuadros recuperados por la policía  

Agustí Carbonell

Sucedió de madrugada. El 5 de abril de 1988 dos ladrones lograron acceder a la Fundació Miró rompiendo a mazazos uno de sus grandes ventanales. Los vidrios no estaban reforzados por falta de presupuesto y el vigilante (un jubilado de la empresa municipal de transportes) que se encontraba en la sala no iba armado. Alertado por la rotura de cristales, lo único que pudo hacer es dar voces para ahuyentarlos. La policía sospechó que aquel robo era obra de unos simples aficionados, pese a lo cual se llevaron sin dificultad seis cuadros de la primera época de Joan Miró, excepto uno fechado en 1921, que no estaban asegurados porque una prima que cubriera todos los riesgos era impagable. Las alarmas tampoco estaban conectadas con la policía. Rosa Maria Malet fue directora del centro 37 años, pero tiene muy claro cuál fue su peor día.

Dos meses después, Santiago Tarín y Jordi Bordas informaban en La Vanguardia de que los cuadros habían sido recuperados en sendos zulos en una localidad próxima a Barcelona y en Palencia, y que los ladrones, un uruguayo y un español, eran dos revientapisos que escogieron la Miró porque era una presa fácil, con una seguridad que no estaba a la altura del patrimonio que custodiaba. La policía los detuvo cuando trataban de canjear los cuadros por cocaína a un narcotraficante italiano (la venta les estaba dando problemas y querían deshacerse de ellos cuanto antes). Pero el golpe había sido tan fácil que planificaban repetir en el Museo Picasso, huyendo en moto por las calles de Ciutat Vella. “Avísenles, porque si no lo hacemos nosotros lo harán otros”, rogaron a la policía.

a

Información en 'La Vanguardia ' del 2 de junio de 1988 sobre el hallazgo de las obras robadas y encontradas 

LV

“Avisen al Museu Picasso, si no lo hacemos nosotros lo harán otros”, suplicaron a la policía los ladrones de la Fundació Miró

a

La confesión de los ladrones a la policía revelada por el periodista Santiago Tarín 

LV

“Hoy sería impensable que sucediera algo así”, considera Francisco de la Fuente, ex director de seguridad del Museo Thyssen-Bornemisza. “Y tampoco un robo como el del Louvre”, añade, porque “no me duelen prendas decirlo, y es algo que corroboran nuestros colegas internacionales cuando vienen aquí de visita, la seguridad de los museos españoles es de las más altas del mundo”. Nada que ver con aquella situación de indefensión vivida en la Miró, que a raiz del suceso cambió los vidrios por otros de alta seguridad e implantó un sistema efectivo de alarmas. O con las flaquezas pasadas del Museo del Prado, como el robo del tesoro del Delfín francés,  hoy una de las pocas pinacotecas del mundo que cuenta con una comisaría de policía en sus instalaciones. Una medida excepcional pero altamente eficaz que esta misma semana, aún con la conmoción del robo de las joyas, reclamaba para el Museo del Louvre su presidenta, Laurence des Cars.

El Museo del Prado cuenta desde los años setenta con una comisaria propia en sus instalaciones

Antes de convertirse en una fortaleza prácticamente infranqueable, el Prado había dado muchas señales de debilidad. En 1961 un ladrón escaló con pasmosa facilidad la fachada del museo pero al llegar a la cornisa se desprendió parte de la piedra y quedó suspendido varios minutos en el aire, para acabar estrellándose en la calzada. Los vigilantes le escucharon gritar “¡madre!, ¡padre!”, y en el bolsillo encontraron el plano que le debía conducir hasta las Majas de Goya. Cuatro años después, dos periodistas sacaron los colores a la dirección del museo con una acción de denuncia que levantó ampollas: uno de ellos entró en una sala, descolgó un cuadro y se lo pasó al otro, que lo esperaba disfrazado de operario, a través de una ventana. Así de sencillo. Fotografiaron la acción y levantaron acta notarial. No hubo daños pero el orgullo resultó herido.

Francisco de la Fuente, fotografiado esta semana en las inmediaciones del Museo Thyssen, del que fue director de seguridad desde su inauguración. Es el fundador y portavoz de Protecturi, asociación para la protección patrimonio cultural.

Francisco de la Fuente, fotografiado esta semana en las inmediaciones del Museo Thyssen, del que fue director de seguridad.. Es fundador y portavoz de la asociación Protecturi 

DANI DUCH

La situación en los museos españoles comenzó a dar un giro radical en los años noventa cuando se promulgó la ley de seguridad que obligaba a dar de alta los departamentos de seguridad en el Ministerio del Interior y poner en frente un director de seguridad habilitado por él. “Yo me incorporo al Thyssen en 1992 y apenas sabía nada de museos. Me lo tuve que inventar todo. Poco a poco, a medida que se fueron creando los departamentos, empezamos a hacer reuniones con expertos, nos explicábamos lo que nos había ido bien, lo que fallaba... y así creamos un grupo de conocimiento muy grande que nos hizo evolucionar a gran velocidad”, señala De la Fuente, que luego fundó la asociación de profesionales en protección del patrimonio Protecturi, de la que es portavoz.

Para el experto, la seguridad se basa en cuatro pilares: las medidas físicas, como puertas y rejas; las medidas electrónicas (cámaras, detectores de intrusión...), los procedimientos operativos (planes de emergencia...) y el elemento humano (vigilantes, auxiliares...). “En el caso del Louvre falló estrepitosamente todo, fue un fallo garrafal”, opina, y confiesa – “eres la tercera en saberlo después de yo mismo y mi mujer”– que en enero escribió a la directora de seguridad del museo francés ofreciéndose a ayudar, “sin cobrar nada, solo gastos de desplazamiento, a implementar un modelo de éxito como el español. Los problemas ya eran evidentes. Nadie respondió. Insistí en junio. Nada. La desidia es total. Ahora les he enviado una notita: ‘Mirad lo que ha pasado, haced lo que os dé la real gana’. ¿Cómo puede ser que en su web anuncien que hay salas cerradas por falta de personal? ¿Cómo se lo permiten?”.

Francisco de la Fuente: “En el Louvre falló estrepitosamente todo.  En enero me ofrecí a ayudar, completamente gratis, para ayudar a implementar el modelo español. Volví a insistir, pero nadie respondió”

Pero lo cierto es que ese es un problema que vienen sufriendo desde hace años también los museos estatales españoles y que, tras infinidad de protestas, el Ministerio de Cultura se comprometió a paliar antes de finales de año con la contratación de un centenar de trabajadores. ¿Los museos comparten la percepción de De la Fuente sobre su propia seguridad? Imposible saberlo. La mejor medida de seguridad es mantener la boca cerrada y mucho menos cuestionarla públicamente. Desde el MNAC, donde en 1991 desapareció durante la remodelación del Palau Nacional el portapaz de Sijena, una pieza gótica que 34 años después sigue desaparecida, Tomàs Rabadán, su director de seguridad, da detalles como que dispone de personal de vigilancia las 24 horas del día o de cerca de 500 cámaras de seguridad.

El robo de 46 piezas del tesoro del delfín de Francia que Felipe V se trajo a España al hacerse con la corona en el siglo XVIII supuso un duro golpe para el Prado

El robo de 46 piezas del tesoro del delfín de Francia que Felipe V se trajo a España al hacerse con la corona en el siglo XVIII supuso un duro golpe para el Prado 

Álbum online

 En el Reina Sofía responden que los protocolos están en continuo estudio para ser lo más eficaces posible, “pero no hemos detectado fallos que indiquen la necesidad de implementar nuevas medidas”. Y en el Prado, que el pasado año alcanzó la cifra récord de 3,46 millones de visitantes, guardan silencio pero parecen haber tomado nota de lo ocurrido en París y han abierto un proceso de licitación valorado en 19,2 millones de euros para renovar su servicio de seguridad y atención al público, lo que significa un incremento del 25% en esta partida.

SEVILLE CATHEDRAL, SEVILLE, ANDALUSIA, SPAIN - 2018/05/13: The Vision de San Antonio, a 1656 painting by Bartolomé Esteban Murillo which was ripped and stolen from the Seville cathedral in 1874 before later being reinstated. Built on the site of the Moorish 12th century Almohad mosque, it is one of the largest Christian churches in the world. (Photo by Leisa Tyler/LightRocket via Getty Images)

El ladrón recortó la figura de San Antonio de Padua de un cuadro de Murillo en la catedral de Sevilla 

Leisa Tyler

“Son muchos los robos que no se dan a aconocer, sobre todo en el ámbito de los museos privados americanos, que dependen de las aportaciones de tal o cual magnate o de las donaciones de coleccionistas, y temen que el impacto de una noticia así provoque una retirada de dinero o de piezas. Pero en general, si no es a la luz del día y a la vista de todos, se suelen llevar con discreción”, apunta Marc Balcells, profesor de Criminología y Derecho Penal de la UOC, que en sus investigaciones sobre los delitos contra el patrimonio cultural se ha entrevistado tanto con delincuentes como con vigilantes de sala. 

“¿Cómo es posible que un hombre disfrazado de mujer con peluca y en silla de ruedas pudiera llegar hasta la 'Mona Lisa' y lanzarle una tarta sin que nadie le parase antes?”, cuestiona el criminólogo Marc Balcells

En este último ámbito, “donde el tedio es palpable”, cree que se podría avanzar muchísimo si en lugar de limitarse a actuar de forma reactiva, cuando ya ha sucedido un hecho, tuvieran, como en otros sectores, una formación proactiva que les permitiese actuar de forma no violenta. “Si ves a alguien ansioso, que suda mucho o que tiene un comportamiento errático, basta con acercarse y preguntarle si se encuentra bien. Es una forma de decirle ‘cuidado, te estamos vigilando’”. Y pone como ejemplo la acción vandálica contra la Mona Lisa en 2022 por parte de un activista climático. “¿Cómo es posible que un hombre disfrazado de mujer con peluca y en silla de ruedas pudiera llegar hasta la pintura sin que nadie le parase antes?”, se pregunta.

Lee también

Está claro que el riesgo cero no existe y en todo caso, tercia De la Fuente, el mayor peligro no son los ladrones sino los visitantes. “Tú, con tu barra de labios, puedes destrozar una obra. ¿Qué hacemos? ¿Prohibir la entrada de maquillaje? Hay que encontrar siempre un equilibrio en todo”. Confía que la IA será de una gran utilidad para detectar comportamientos sospechosos que hoy las cámaras de seguridad registran pero no saben interpretar. La presencia, por ejemplo, de ladrones que hacen inspecciones previas. Erik el Belga alardeaba de haberse llevado, en 1981, más de 70 obras de la Biblioteca Museo Víctor Balaguer de Vilanova i la Geltrú aprovechando la hora en que los guardias civiles del cuartelillo de al lado, según había observado, se reunían para ver el telediario.

De la Fuente sospecha que los ladrones del Louvre quieren pedir un rescate.  ¿“Por qué desde el museo las valoran en 88 millones? Tal vez sea un mensaje: 'Esta es la cantidad que estamos dispuestos a dar”

En el caso de las joyas del Louvre, al ex director de seguridad del Thyssen el olfato le dice que no ha sido un robo al uso, sino que se trata de un secuestro. “En el Louvre tienen un follón de narices y han de solucionarlo pronto porque está todo el mundo con las hachas levantadas. Darían hasta el hígado si se lo pidieran a cambio de recuperar las piezas. ¿Por qué las valoran en 88 millones? ¿Por qué esa cifra y no otra? Creo que es un mensaje a los ladrones: ‘Esta es la cantidad que estamos dispuestos a dar’. Ha ocurrido otras veces. El secuestro de arte no es nuevo y si te pones en la piel del delincuente , es menos lío que secuestrar a una persona: no se pone enferma, no hay que alimentarla, no trata de escaparse. Y además se paga por él mucho más dinero. Lo más fácil es decir ‘os la dejamos aquí, nos pagáis, decís que las habéis encontrado y aquí paz y después gloria’. Ojalá no me equivoque porque, si no, olvídate de ellas”.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...