Los treinta años del Museu d’Art Contemporani de Barcelona comenzaron a celebrarse ayer con una exposición excepcional. Una muestra con más de 500 piezas entre obras de arte, mapas, banderas, documentos y revistas que ya se ha exhibido en el Art Institute of Chicago, con el que el Macba la coproduce, y que luego irá al Barbican de Londres y al Kanal-Centre Pompidou de Bruselas, que han colaborado. Una muestra sobre un territorio imaginario, como todos los territorios, pero que ha cambiado, como solo las ideas pueden, el mundo. El territorio de Panáfrica, un universo polifónico de sueños y realidades, de política y de estética, que desde hace más de un siglo cuestiona la visión de África construida por el mundo Occidental.
Si el pensamiento griego y la exploración europea describían África como un espacio oscuro y vacío para justificar su colonización, y filósofos como Hegel sugirieron que África carecía de historia, lo que generó un imaginario primitivo que permanece hoy, el panafricanismo lleva más de un siglo proponiendo imaginarios de resistencia, interdependencia y liberación mental y política, de reivindicación de la herencia cultural africana, de unión de las poblaciones negras y los movimientos de liberación dispersos por el mundo y hasta de construcción de utopías, de un planeta negro paralelo al mundo occidental, como hacía el garveyismo. Ahora una gran muestra titulada Proyectar un planeta negro. El arte y la cultura de Panáfica , hasta el 6 de abril en el Macba, aborda el fenómeno.
La 'moreneta' protegida con rejas de colegio de 'Alls my life I has to fight' de Theaster Gates
La exposición pone el acento en Barcelona en las conexiones entre la España de la República y el panafricanismo
La exposición comienza con banderas sin territorio, repletas de rojo, verde y amarillo, colores del panafricanismo, y acaba con la agitación en las calles convertida en arte, con guerrilleros en cuadros e instalaciones como la de Kader Attia, ¡Asesinos! ¡Asesinos! , con puertas partidas por la mitad y coronadas por megáfonos que devuelven la voz a la gente. Entre las banderas y las manifestaciones, la muestra desvela un universo poco conocido y muy poblado, marcado por los Congresos Panafricanistas que se celebran desde Londres en 1900, año también en el que en la Exposición Universal de París el activista y sociólogo W.E.B. Dubois presentaba coloridos gráficos sobre la vida de la población negra en EE.UU. Y su progreso pese a la segregación.
Las figuritas de cerámica de Moatar Nasr sobre la primavera árabe miran los ataúdes-estandartes de la obra 'Invisible presence: bling memories', creadas para una performace del carnaval de Jamaica
Serán hitos en un pensamiento que viene de lejos y que derivará en los diferentes movimientos que ha englobado el panafricanismo. La exposición se pasea por el quilombismo y sus islas autosuficientes –los quilombos eran en Brasil territorios rebeldes fundados por parte de los 5,8 millones de esclavos que llevó forzadamente Portugal y que habían logrado escapar de su condición– a la Négritude , el movimiento cultural y político que impulsaron el martiniqués Aimé Césaire y el senegalés Léopold Sédar Senghor desde el París de los años 30 en el que estudiaban. Conscientes de la explotación que Francia hizo de los soldados negros en la I Guerra Mundial, creyeron que el universalismo humanista occidental tenía que confrontarse con su racismo e inhumanidad reales.
La muestra recuerda que Occidente creó por sus intereses la idea de una África vacía y sin historia
La muestra –comisariada por la directora del Macba, Elvira Dyangani, con Antawan I. Byrd y Matthew Witkovsky del Art Institute of Chicago, y la profesora de Ciencias Políticas, Raza y Diáspora de Chicago Adom Getachev– incluye desde el asesinato de Lumumba a documentos de los congresos panafricanos, los panteras negras, la influencia del arte africano en las vanguardias o el esplendor en los sesenta de festivales mundiales de las artes negras en Senegal. Y llega hasta hoy con fotos espléndidas de la sudafricana Zanele Muholi. Pero además, pone de relieve la conexión de las ideas panafricanas con Barcelona y España, especialmente la de la República, desde las memorias de una enfermera negra a un poema emocionante de Langston Hughes en la guerra española: “Hoy hemos capturado a un moro herido/era tan moreno como yo/le dije, chico, ¿qué haces aquí/luchando contra la libertad?”.
Ernest Urtasun, la consellera Sònia Hernández, la directora del Macba Elvira Dyangani, la patrona del Macba Victoria Quintana, el alcalde Jaume Collboni y el concejal Xavier Marcé, ayer en la muestra
“¡Por muchos años y mucho Macba!”
“Hace 30 años, visionarios de la construcción de la Barcelona democrática y la recuperación del centro histórico tuvieron la voluntad de poner la cultura en el centro, tanto en construir la ciudad democrática con la cultura como hilo conductor, como con equipamientos tan icónicos como este”. Así arrancó anoche el alcalde Jaume Collboni la celebración de los 30 años del Macba en el Raval con la muestra Proyectar un planeta negro. A su lado, el Ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y la consellera Sònia Hernández, que deseó un “¡por muchos años, por mucho Macba!”. La directora del museo, Elvira Dyangani, recordó que “el edificio, las obras, este aniversario” son de la gente, e invitó a la gran fiesta popular que preparan para el día 27
