Casi cae en pleno vuelo. Mauricio Hernández Norambuena, uno de los guerrilleros que atentó contra Augusto Pinochet, no estuvo a tiempo de entrar en el cesto blindado que colgaba desde el helicóptero para huir de la prisión de alta seguridad de Santiago de Chile. Solo consiguió sostenerse con una mano mientras su cuerpo se balanceaba chocando con los muros del presidio. Aguantó. Huyó. La libertad le duró seis años.
Pero esto es solo una anécdota, de diciembre de 1996. El resto de su vida es de lo más movido. La explica la escritora chilena Nona Fernández ( Santiago de Chile, 1971) en su novela Marciano ( Random House). Está basada en hechos reales, se trata de una novela con bastantes recursos narrativos. No es un documental o un largo reportaje. Eso está reservado para los biógrafos stricto sensu.
Así que valore tener en su estante el trabajo de Nona Fernández. Tiene información de primera mano. Ha podido construir su novela después de visitar y entrevistar en once ocasiones, durante cuatro horas en cada una de ellas, a Mauricio Hernández Norambuena, uno de los principales guerrilleros chilenos que se opuso a la dictadura. Desde el 2020 cumple condena en otra prisión de alta seguridad en Chile.
Está encarcelado por el asesinato en 1991 del senador Jaime Guzmán y por un secuestro un año después. Era reincidente: desde el 2003 había sido encerrado en Brasil por el rapto de un publicista.
Hernández es el comandante Ramiro. Se le conocía así en el Frente Patriótico Manuel Rodríguez. Se enfrentó a la dictadura de tan cerca que llegó a participar en el atentado a Augusto Pinochet.
Al guerrillero no le gusta el título del libro: “Creo que él tenía la idea de que sería mucho más heroico”
¿Pero el comandante Ramiro es un guerrillero, un miliciano, un fusilero, un revolucionario o un terrorista? “Es un extraterrestre”, responde la autora chilena quizá justificando el título de la novela, “porque de alguna manera contiene todos estos apelativos”. Para Fernández el comandante Ramiro es alguien que se formó en Cuba, que disparó con otros compañeros contra Pinochet... Ese atentado “fue muy loco... en aquella época la dictadura era muy dura”. “Nos preguntábamos cómo era posible que no lo hubieran matado”, dice Fernández. Pero aun así, subraya que a muchos en Chile les dotó “de esperanza”.
- De esperanza frustrada...
-Sí, pero también de liberación de energía, porque era igual que no estuviera muerto. No importaba, ¡algo pasó!... Intentar joderle, que tuviera miedo, el viejo de mierda (...). Fue un momento de mezcla de felicidad y de frustración. Y de catarsis colectiva también”.
Sea como fuere, para la escritora Mauricio es mucho más que estos episodios violentos, “ Mauricio desborda. La dimensión que más me interesaba era la humana, porque es un miembro de familia, es tío, es hermano... es un ser humano y a eso me interesaba también reflejarlo. Y es un lector de puta madre”.
Nona Fernandez, escritora ,autora de 'Marciano'.
Con todo, la autora asegura que en ningún caso el libro es una loa a Ramiro. De hecho, mantiene algunas tiranteces con él evidentes cuando el recorrido por su vida va finalizando, sobre todo con respecto a las acciones violentas que protagonizó, por esos ajusticiamientos del Frente Patriótico ya en democracia, aunque fuera una democracia pactada con la dictadura y que favoreció la impunidad de los partidarios del tirano. Una impunidad que la autora ve parecida a la que gozaron muchos en España tras la muerte de Franco.
“Mauricio desborda el episodios violentos; la dimensión que más me interesaba era la humana”
Hay otro factor de desacuerdo entre Nona Fernández y el comandante Ramiro: Marciano , como título para el libro, no ha gustado al guerrillero (tampoco pretendía Nona Fernández que le gustara). “Creo que él tenía la idea de que el título sería mucho más heroico”, dice la escritora chilena. Asegura que, a pesar de haber leído él algún capítulo, tuvo la impresión de que el guerrillero se creía que sería más un documental, “que quedaría muy bien en el estante de no ficción, pero no, tiene ficción, y tiene literatura”. “De niño, no sé por qué, ya le llamaban ‘ Marciano’. ¿Porque era cabezón? ¿Porque tenía las orejas grandes? No lo sé...”, señala la escritora.
Marciano está escrito de memoria. De la que Nona Fernández pudo rescatar de sus notas a mano mientras conversaba con Mauricio. Pero también está escrito según la memoria interesada del guerrillero. La autora asume que lo que le expresó puede estar tergiversado. Ha estado tan solo en prisión que ha tenido mucho tiempo para configurar su memoria para adaptarla al relato que le interesa, admite la escritora. “De algunas cosas que me ha explicado es muy probable que no sea lo que pasó, sino lo que él ha decidido que pasó”, afirma Fernández, asumiendo que en algún pasaje quizá le mintió. “Consciente o inconscientemente, lo tengo bastante claro”.
