Josh O'Connor: “El cine sigue teniendo el poder de influir en la gente de manera muy positiva”

Entrevista

Después de 'La quimera' el actor británico vuelve a encarnar a un ladrón de arte en 'The Mastermind'

O'Connor en la película

O'Connor en la película

El que se dio a conocer hace ya algunos años como el Príncipe Carlos de la popular serie The Crown se ha convertido en uno de los grandes actores del momento. Después de protagonizar dos películas tan destacadas como Rivales, de Luca Guadagnino, o La quimera, de Alice Rohrwacher, el británico Josh O’Connor (Southampton, 1990), tiene pendientes de estreno películas de Rian Johnson, Steven Spielberg o Joel Coen. Ahora acaba de estrenar The Mastermind, de Kelly Reichardt, cineasta que, desde Old Joy (2006), se impuso como una de las voces más imprescindibles del cine independiente estadounidense. La película se inspira en el robo de unos cuadros en un museo de Worcester (Massachussetts), a principios de los años 70, cuando un par de individuos entraron y salieron con nada menos que dos Gauguin, un Picasso y un Rembrandt. Pero, si el reciente atraco al Louvre es un claro ejemplo de realidad que supera la ficción, Reichardt va en sentido contrario al rebajar la espectacularidad de aquel robo sustituyendo las obras por otras cuatro del pionero de la abstracción Arthur Dove, para centrarse en el malestar de la época, personificado por O’Connor, que encarna a un desubicado padre de familia.

Tanto en La quimera como en The Mastermind interpreta usted a un ladrón de obras de arte, y además, para dos de las mejores directoras del mundo, ¿cómo explica esa coincidencia?

Tengo cierta conexión con el mundo del arte. Mi abuelo era escultor; mi abuela, ceramista, y también tengo una tía que es una fantástica artista textil. Así que he estado rodeado de distintas formas de arte desde que era un niño, y siempre me ha atraído. En cuanto a trabajar con ellas, para mí no son unas de las mejores, sino simplemente las mejores. Pero las similitudes entre las dos películas no van mucho más allá de que en ambas llevo un traje muy arrugado o que los dos personajes están en un momento en el que sus vidas están a punto de dar un gran cambio.

El actor en una imagen del filme

El actor en una imagen del filme

El protagonista de La quimera salía de la cárcel, pero el de The Mastermind no está en su mejor momento...

No, es un artista fracasado y su negocio de carpintería tampoco ha funcionado. Está casado, tiene dos hijos y muchas deudas. Y además estamos a principios de los años 70, cuando los roles de género ya estaban cambiando. Su mujer es la que está poniendo el pan sobre la mesa, y él no lo lleva bien. Creo que eso es algo que sigue muy vigente hoy en día, y la película habla de eso.

¿Podría ser también víctima de su propio individualismo? No quiere formar parte de los movimientos sociales de la época, y de alguna manera sigue persiguiendo el sueño americano de mantener una casita con jardín.

Sí, es un egoísta. No se da demasiado cuenta de lo que sucede a su alrededor. Hay un momento en el que dice “Todo lo que he hecho lo he hecho por mi familia”, y luego se corrige: “Bueno, tres cuartas partes”. Está claro que se engaña a sí mismo.

Los seres humanos somos muy buenos en los avances tecnológicos, pero los progresos sociales cuestan mucho más

En la película vemos represión contra las manifestaciones contra la guerra de Vietnam. ¿Cómo cree que eso resuena en la América de hoy en día?

Creo que se pueden establecer paralelismos entre cualquier época y el momento que estamos viviendo ahora. Los seres humanos somos muy buenos en los avances tecnológicos, pero los progresos sociales cuestan mucho más. Luego, con el tema de Israel hemos tenido protestas cada semana que han sido sistemáticamente ignoradas.

Hablando de cine político, ¿Ha visto Una batalla tras otra, de Paul Thomas Anderson? Sale Alana Haim, que en The Mastermind interpreta a su mujer.

Sí, me encantó. Me pareció tremenda. No es mi trabajo, y no soy muy bueno valorando el impacto de una película en la sociedad. Pero no me parece tan descabellada la idea de que la película refleja la tensión entre el estado y el pueblo que se vive en Estados Unidos en estos momentos. De todos modos, me encantan todas las películas de Paul Thomas Anderson. Ojalá pudiera trabajar con él.

The Mastermind recrea los años 70 de una manera muy intimista y hermosa, ¿cómo se sumergió en esa época?

Vi un par de documentales sobre la época, que me parece muy interesante a nivel visual. También es el principio de la era de la posverdad y del plástico, que ahora está por todas partes. No es una época tan lejana, y fue fácil conectar con ella.

Fotograma de 'The mastermind'

Fotograma de 'The mastermind'

¿Hasta qué punto se documenta cuando interpreta a personajes reales como Lawrence Durrell o el entonces príncipe Carlos?

En el caso del príncipe Carlos había ciertas cosas que tenía que bordar. Estudié su manera de caminar y su voz. Es algo muy técnico. Pero al mismo tiempo siempre hay una parte de ficción. Es un periodo de mi vida que ya me queda un poco lejos, pero del que me siento muy orgulloso.

¿Sabe qué le pareció a Carlos su interpretación?

No tengo ni idea. La Casa Real nunca me hizo llegar ningún mensaje.

Entre las películas que tiene pendientes de estreno también está The History of Sound, donde vive un romance con Paul Mescal. En Rivales también hay cierta tensión sexual entre su personaje y el de Mike Faist. Como actor, ¿le interesa reflejar la diversidad sexual en la pantalla?

Sí, por supuesto. Creo que es importante que mostremos a personas de todos los ámbitos, clases sociales y orientaciones sexuales. Pero a mí lo que más me mueve es la historia de cada personaje. Si siento que le pasan cosas significativas para mí, pienso que también pueden serlo para más gente. Creo que el cine sigue teniendo el poder de influir en la gente de manera muy positiva. En el caso de The History of Sound, la historia remonta a mucho tiempo atrás, antes de la pandemia, cuando Oliver Hernanus me mandó lo que entonces no era más un relato corto. Luego vi la serie Normal People, descubrí el talento descomunal de Paul Mescal, nos hicimos buenos amigos y muy pronto supe que teníamos que hacer juntos esa película.

¿Le atrae el cine español?

Conozco bastante bien el cine americano, británico e italiano, pero más allá de ser muy fan de Almodóvar no conozco mucho cine español. Aunque me encantó Laia Costa en Victoria, esa película filmada en un solo plano secuencia. Tuve la oportunidad de trabajar con ella luego en una película llamada Only you, y me pareció simplemente perfecta.

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