La Fundació Vila Casas disipa dudas sobre el futuro y reafirma su compromiso con el legado del mecenas

Colección renovada

Can Framis dedica un espacio a dar a conocer la vida y la personalidad del empresario y coleccionista

Nueva colección en Can Framis y nueva sala Vila Casas

Una visitante contempla la escultura 'Sarcófago' de Gerard Mas en Can Framis 

Ana Jiménez

Antes de amasar una fortuna como empresario farmacéutico, Antoni Vila Casas (1930-2023) obtuvo su primer dinero vendiendo telas de colores para cubrir altavoces de radio que fabricaba con el telar que le regaló su abuelo al acabar el bachillerato. Con aquellas primeras pesetas compró una Montesa que con el tiempo vendería para adquirir tres cuadros de Josep Cusachs que le acompañaron el resto de su vida en el salón de su casa. Aquellas pinturas de temática militar (Cusachs, además de pintor, era soldado) con las que el gran mecenas del arte catalán inició una colección que supera las 5.000 obras, abandonan por primera vez el ámbito familiar para forman parte de la nueva sala permanente con la que la fundación que lleva su nombre le rinde homenaje a los dos años de su muerte.

El nuevo espacio Antoni Vila Casas, donde se exhibe también la obra que más amó, Río Manol , de Guerrero Medina, se encuentra en Can Framis, el centro barcelonés que alberga la colección de pintura y es uno de los cuatro espacios museísticos creados por Vila Casas junto a las salas de exposiciones Volart, también en Barcelona; el Palau Solterra, en Torroella de Montgrí, consagrado a la fotografía; y Can Mario, en Palafrugell, centrado en la escultura. 

'Vanitas Vanitatis', 2020, de Gino Rubert, un retrato del mundo del arte en el que aparece Vila Casas

'Vanitas Vanitatis', 2020, de Gino Rubert, un retrato del mundo del arte en el que aparece Vila Casas 

Ana Jiménez

“Explicando al señor Vila Casas podemos explicar mejor cuál es su legado, su manera de entender el arte. Un gran fondo de pintura tan ecléctico, tan diverso y tan particular que fue construyendo de una manera intuitiva sin dejarse aconsejar ni dejarse llevar por modas, por tendencias o por estilos”, apunta Bernat Puigdollers, el director artístico de la Fundació Vila Casas, que firma también una nueva presentación de los fondos de pintura, Una colección permanentemente cambiante , que es, al mismo tiempo, el final de un proceso guiado por la presencia del propio Vila Casas y “el inicio, ya sin él, de nuestro propio hacer camino caminando”, adoptando la que fue su filosofía de vida.

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La vicepresidenta de la Fundació Vila Casas, Monserrat Viladomiu, quiso disipar dudas respecto al futuro, afirmando que la voluntad del nuevo patronato [el anterior presidente, Antonio Sagnier, y tres destacados miembros del organigrama que había designado el empresario dimitieron a los cuatro meses de su muerte] es dar “todo el soporte necesario para dar continuidad al legado y el trabajo ingente llevado a cabo durante 25 años”. La incógnita sobre el nuevo rumbo de la Fundació se había acentuado en los últimos meses con los despidos de los tres principales colaboradores del círculo más cercano a Vila Casas.

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FOTO PEDRO MADUE#{emoji}132;O. ANTONIO VILA CASAS PRESIDENTE DE LA FUNDACION VILA CASAS.- 27-04-2010

Viladomiu, hija de la viuda de Vila Casas, Montserrat Pasqual, asegura que los fondos irán creciendo (el mecenas dejó asignados 300.000 euros anuales para adquisiciones) y que próximamente reabrirán el espacio de la antigua farmacia de Can Frailem, en Pals, donde se establecerá un diálogo entre salud y arte.

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