Jovanotti quiere explorar territorios nuevos. En Italia es una institución pop: llena estadios y playas, la gente lo para por la calle y lo hace bajar de su amada bicicleta para una foto, un vídeo, un abrazo.
Fuera de su país su popularidad es menor, y precisamente por eso su nueva aventura internacional lo llevará lejos de esa inmensa “zona de confort”.
Considerado uno de los rostros más emblemáticos de la música italiana de las últimas tres décadas, es un artista camaleónico, capaz de pasar del rap a la electrónica, del funk a la canción de autor, autor de éxitos tan reconocibles como Penso positivo o L’ombelico del mondo y, sobre todo, un intérprete incansable que convierte cada concierto en un ritual colectivo.
Lorenzo Cherubini, gran amigo de Pau Donés, hizo de ‘Depende’ un éxito enorme en Italia
Sobre el escenario del teatro de la Cometa de Roma, una pequeña joya recuperada por Maria Grazia Chiuri, histórica directora creativa de Dior y hoy en Fendi, Jovanotti aparece con un globo terráqueo. Una de las paradas marcadas es Barcelona: será su primer concierto en esta ciudad, dentro del festival Cruïlla, el día 11 de julio.
“Estaré en el Cruïlla, un festival estupendo”, explica al presentar su gira y el nuevo álbum que saldrá el próximo jueves, grabado en Nueva York.
El proyecto se llama L’Arca di Loré , un juego entre su nombre, Lorenzo, y Noé: “Que murió a los 950 años diciendo ‘la vida es breve’”, bromea él, que en septiembre cumplirá 60.
El festival barcelonés lo cortejaba desde hacía años, pero sus veranos estaban siempre ocupados: primero con los conciertos en las costas italianas –“que me costaron acusaciones falsas, pero eran superecológicos”– y después con una larga convalecencia tras un grave accidente en bicicleta en la República Dominicana.
Su gira italiana comenzará en el sur y sólo actuará en fin de semana, porque se desplazará de un sitio a otro en bicicleta
Esta vez ha dicho que sí: compartirá cartel con artistas como David Byrne, Reneé Rapp, Two Door Cinema Club o Bomba Estéreo, del 8 al 11 de julio en el parque del Fòrum.
Entre el público habría estado, sin duda, Pau Donés, fallecido en el 2020. Los dos eran muy amigos. La versión italiana de Depende (Dipende) fue un éxito enorme que impulsó la popularidad de Jarabe de Palo en Italia.
De hecho, la única vez que el cantante romano había actuado en España fue precisamente gracias a Pau Donés y a Jorge Drexler, con quienes cantó algunos temas. Ahora llega en solitario.
“Vivimos tiempos de desconcierto tácito. Los de mi generación crecimos con la certeza de que las cosas irían a mejor, de que habría más apertura. En cambio, ha crecido la ansiedad. Yo, en mi pequeño ámbito, quiero poner un poco de energía”, dice citando a Borges: “Siempre estábamos al final del mundo”.
Vivimos tiempos de desconcierto tácito. Los de mi generación crecimos con la certeza de que las cosas irían a mejor”
Tras Barcelona, la gira continuará en Italia, empezando por el sur y subiendo hasta Roma, donde actuará el 12 de septiembre en el Circo Máximo.
Con una particularidad: se desplazará entre cada etapa en bicicleta y solo cantará los fines de semana.
El Cruïlla encaja también con su nuevo álbum, niuorcherubini , otro juego entre Nueva York –la ciudad donde fue grabado– y su apellido Cherubini. “Es un disco totalmente analógico, grabado en 16 pistas y sin correcciones. Es un disco guay. Aunque lo descubran cinco personas, para mí ya es un gran éxito”. El sonido recuerda también al primer Jovanotti: es muy rítmico, muy funk. “No es un disco de cantautor, sino de funky preacher”. Un manifiesto perfecto para su julio en Barcelona.
