La primera voz femenina de la guitarra portuguesa del fado: “Sentí mucha presión”

Marta Pereira da Costa

La intérprete, que ha hecho historia en el mundo del fado, ofrece concierto doble en el Jamboree Jazz Club de Barcelona

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Marta Pereira da Costa en una actuación con la guitarra portuguesa 

Rui Oliveira / Terceros

Siempre en manos masculinas, Marta Pereira da Costa ha hecho historia en el mundo del fado al convertirse en la primera mujer en abrazar la guitarra portuguesa como su instrumento de referencia. La lisboeta de 43 años no solo ha finalizado con esta tradición que incomprensiblemente se ha mantenido hasta inicios del siglo XXI, cuando empezó a rasgar las primeras cuerdas siendo muy joven. 

Su transgresión va más allá, llevando desde hace unos años la voz de la guitarra portuguesa fuera del fado, demostrando por todo el mundo que su sonido también encaja en otros géneros musicales como el jazz o la morna caboverdiana. 

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Marta Pereira da Costa 

REDACCIÓN / Terceros

La guitarrista recala por primera vez en Barcelona el próximo martes para ofrecer un doble concierto en el Jamboree Jazz Club acompañada por João José Pita Junior (guitarra de siete cuerdas) y Carlos Miguel Antunes (percusión).

¿Qué la llevó a tocar la guitarra portuguesa y a poner así fin al dominio masculino sobre este instrumento en el fado?

En realidad empecé a tocar el piano a los cuatro años. Mi sueño era convertirme en pianista como Maria João Pires pero mi padre es un apasionado del fado y del sonido de la guitarra portuguesa y para darle el gusto, hice unas clases con Carlos Golçaves, guitarrista de Amália Rodríguez.

¿Y le gustó?

Me interesó mucho y quise aprender a tocar el instrumento y a acompañar a los fadistas. Mi padre me empezó a llevar a las casas de fados y estudié con varios guitarristas porque cada uno tiene su forma de tocar y quería aprender de todo un poco. Quedé fascinada y aparqué el piano ante la tristeza de mi madre.

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¿Cómo fue acogida?

Fui una novedad en las casas de fados cuando empecé. En aquel momento eran más tradicionales que ahora y con fadistas veteranos con grandes carreras. Ellos encontraban gracioso que una niña de 18 años estuviera allí con su padre para aprender, sentada junto a los guitarristas. Cuando di el paso para convertirme en profesional, sentí mucho miedo de no estar suficientemente preparada. Creía que los expertos del fado dirían que no estaba a la altura. Sentí mucha presión por tener que demostrar más que un guitarrista hombre.

Sentí mucha presión por tener que demostrar más que un guitarrista hombre”

¿Sintió el peso del machismo?

Claro, cuando empecé a trabajar. El machismo no siempre viene de los hombres, a veces también de las mujeres. El pueblo portugués tiene ciertos prejuicios y es difícil que acepte cosas nuevas que rompan con la tradición. Sentí dificultades en las casas de fado, pero también había personas que me apoyaban mucho y guitarristas que me empujaban para que no desistiera, que me decían que lo que hacía era muy especial y me agarré a eso. Hoy en día ya hay más mujeres que tocan la guitarra portuguesa.

¿Y qué tiene de especial?

Es un instrumento con una técnica muy difícil pero con un sonido apasionante, mágico, único, que lo distingue de los demás. Su expresividad es superior. La guitarra portuguesa es muy femenina por las emociones que consigue transmitir, cuenta historias, llora.

La guitarra portuguesa es muy femenina por las emociones que consigue transmitir, cuenta historias, llora”

Su sonido se identifica con el fado. ¿Hace falta ampliar sus horizontes?

Tiene un gran camino por recorrer en este sentido. Existe repertorio solista que merece ser conocido, partituras que son verdaderos tesoros. Respetando la raíz fadista, intento llevar la guitarra portuguesa al mundo con otras sonoridades, con otras experiencias. Es posible crear estos puentes con otras músicas. Y creando puentes es cuando se consigue llegar más lejos para dar a conocer aquello que es nuestro.

También compone temas propios, que hemos podido escuchar en sus álbumes, como el último, Sem palavras, lanzado el año pasado.

En este último he arriesgado más, es más minimalista, uniendo solo guitarra portuguesa y piano, dos instrumentos que conozco muy bien. Quise poner el foco en la belleza de la guitarra portuguesa. Las posibilidades que tiene en exprimir las emociones son las que me han llevado a componer, a través de ella consigo expresarme. 

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