El estudio de las intactas estructuras internas de la nariz del Hombre de Altamura acaba con el debate de la adaptación neandertal al frío

Arqueología

El nuevo análisis ha contado con la participación de investigadores de l'Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social

Los restos del neandertal descubiertos en la cueva de Lamalunga son de los mejores conservados

Los restos del neandertal descubiertos en la cueva de Lamalunga son de los mejor conservados 

IPHES-CERCA

El Hombre de Altamura fue un neandertal que vivió hace entre 130.000 y 172.000 años y murió al caer por un sumidero de la cueva de Lamalunga (Bari). Su cuerpo quedó atrapado boca abajo y con el paso de los milenios sus huesos se fueron mezclando con la roca cárstica de la pared.

A pesar del tiempo transcurrido, un nuevo estudio que ha contado con investigadores del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES) ha revelado que este individuo conserva intactas las delicadas estructuras internas de la nariz, aclarando un debate de décadas sobre las adaptaciones respiratorias de esta especie

Una morfología facial característica

Los neandertales, destacan los expertos, son claves por su morfología facial característica: una apertura nasal muy ancha y un rostro proyectado hacia delante, conocido como prognatismo mediofacial.

Pese a que esta especie vivió en climas rigurosos durante la última glaciación, logró adaptarse bien al frío extremo. Su anatomía nasal externa, aún así, no se ajusta al patrón típico de las poblaciones adaptadas a los climas fríos, algo que sí reflejan claramente sus proporciones corporales.

Uno de los investigadores, realizando trabajo de campo en la cueva de Lamalunga

Uno de los investigadores, realizando trabajo de campo en la cueva de Lamalunga 

IPHES-CERCA

Para resolver esta paradoja, algunos expertos habían planteado la existencia de rasgos en la cavidad nasal que compensaran esta aparente falta de adaptación externa. Sin embargo, la parte interna de la nariz es extremadamente frágil y casi nunca se preserva en el registro fósil, lo que ha dificultado el estudio directo de estas estructuras.

La excepcional conservación del fósil encontrado en 1993 cerca de Altamura, una ciudad situada en el sur de Italia, ha permitido realizar un análisis con un detalle sin precedentes gracias al uso de tecnología endoscópica de alta resolución, aplicada directamente en el interior de la cueva.

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“Las condiciones de este neandertal lo convierten en uno de los esqueletos humanos más completos nunca hallados. Aunque está 'atrapado' dentro de un sistema kárstico muy complejo, sigue proporcionándonos información sin precedentes”, explica el doctor Giorgio Manzi, de la Universidad Sapienza de Roma y coautor del artículo publicado este lunes en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Los resultados obtenidos tras generar, por primera vez,, un modelo tridimensional completo de la morfología interna de la cavidad nasal de un neandertal es que no hay ningún rasgo exclusivo de la especie. Las adaptaciones internas propuestas, derivadas de observaciones parciales o de fósiles fragmentarios, no aparecen en este ejemplar.

Modelo tridimensional completo de la morfología interna de la cavidad nasal de un neandertal

Modelo tridimensional completo de la morfología interna de la cavidad nasal de un neandertal 

IPHES-CERCA

“Varios autores habían sugerido rasgos diagnósticos basados en evidencias incompletas. Altamura demuestra finalmente que estos rasgos no existen: incluso sin estas supuestas adaptaciones, la nariz neandertal era perfectamente eficiente para responder a las necesidades energéticas de la especie”, dice el doctor Antonio Profico, de la Universidad de Pisa y coautor de la investigación.

Hace 32 años, tras descender más de 15 metros por un conducto vertical de la cueva de Lamalunga, los espeleólogos accedieron a una red de pasillos donde las paredes estaban cubiertas de huesos animales atrapados entre estalactitas y estalagmitas. Al final de este recorrido descubrieron una pequeña sala en la que sobresalía un cráneo humano en medio de una gran columna de calcita cubierta de coraloides.

Prognatismo mediofacial

El estudio actual también revela que el prognatismo neandertal (proyección hacia adelante de la mandíbula inferior) probablemente no se desarrolló por necesidades respiratorias. “Este rasgo responde a una combinación de presiones evolutivas diversas y apremios morfológicos que dieron forma a un rostro diferente al nuestro pero plenamente funcional en los ambientes fríos del Pleistoceno europeo”, dicen los expertos.

Los restos del Hombre de Altamura son reconocidos como uno de los más extraordinarios del mundo, tanto por el lugar donde se conservan como por su estado de preservación único. Las imágenes del cráneo humano completamente recubierto de estalagmitas se han convertido en un icono de la paleoantropología.

EL esqueleto del hombre de Altamura quedó incrustado en las paredes de la cueva de Lamalunga, en el sur de Italia

El esqueleto del hombre de Altamura quedó incrustado en las paredes de la cueva de Lamalunga, en el sur de Italia 

Quaternary Science Review

“Cuando incorporamos la bioenergética, la paradoja de la gran apertura nasal desaparece. Es lo que esperaríamos en una especie adaptada al frío pero con una morfología craneal arcaica. La morfología nasal que observamos en este neandertal podría haber sido la solución ideal para acondicionar el aire en un cuerpo robusto”, concluye el doctor Carlos Lorenzo, de la Universitat Rovira y Virgili y el IPHES.

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