Las ‘obras trofeo’ nunca fallan

Las estimaciones que se barajaban alcanzar estas últimas semanas en las grandes subastas de Nueva York oscilaban entre los 1.700 y los 2.300 millones de dólares. No son cifras descabelladas si las comparamos con las de años previos, pues las casas de subastas han puesto mucho esfuerzo por ofertar obras de primer nivel a precios muy contenidos. Christie’s abrió el lunes con la venta de la colección de Robert y Patricia Ross Weis y unos resultados alentadores. El maravilloso Rothko Nº31 ( Yellow stripe ) sobrepasó los 62 millones y un Picasso de 1932 llegó a 45,5. Todo apuntaba a que la estrella de la semana, el Klimt Retrato de Elisabeth Lederer , que aparecía por primera vez en subasta, podría superar con creces los 130 millones en que salió. Pero en un entorno tan complejo, las dudas siempre sobrevuelan. En los veinte largos minutos de pujas hubo tensión. Un impecable Oliver Parker, estando ya en los 200 millones, tuvo que pedir calma a un postor dubitativo, “tómate tu tiempo, la obra lo vale”. La sala estalló en aplausos cuando el comprador, representado al teléfono por Julian Dawes, jefe de arte impresionista y moderno de la casa, superó a cuatro pujadores telefónicos y a una mujer en primera fila y se adjudicó la pintura por 236,3 millones, convirtiéndose en la segunda más cara vendida en subasta, superando a Shot Sage Blue Marilyn (1964) de Andy Warhol, vendida por 195 millones en Christie’s en 2022.

Habrá quien dirá que este resultado queda lejos del récord absoluto en subasta que sigue ostentando el Salvator Mundi de Leonardo da Vinci, vendido en Christie’s por 450,3 millones en 2017. Pero todos sabemos lo estrafalaria que fue aquella venta y las dudas en la exagerada restauración que tiene la pintura. Por lo que este resultado es aún más relevante si cabe, catapultando a Klimt como uno de los grandes de este mercado. Y lo hace en un momento de mucha incertidumbre, lo que viene a confirmar que estas obras trofeo, extraordinariamente ejecutadas, pertenecientes a grandes colecciones, de las mejores épocas de los artistas, siempre logran resultados asombrosos. Estos días que leía sobre la secesión vienesa y la historia de esta pintura, en cómo está conectada con algunos de los mecenas del artista, me maravillaba de las vicisitudes por las que había pasado.

Habrá que esperar a que acabe la semana para ver el resultado final y sacar conclusiones. No sabemos aún si estas subastas marcarán la recuperación del mercado, pero tras lo visto, uno no puede decir que estemos inmersos en una profunda crisis, porque hay claros muy esperanzadores en el cielo.

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