Estos son los estrenos que llegan a las pantallas de cine este 21 de noviembre:
Calificaciones
★★★★★ obra maestra
★★★★ muy buena
★★★ buena
★★ regular
★ mala
Wicked: Parte II (★★★✩✩)
Dirección: Jon M. Chu
Intérpretes: Cynthia Erivo, Ariana Grande, Jonathan Bailey, Michelle Yeoh, Jeff Goldblum
Producción: Estados Unidos, 2025 (138 min)
Musical fantástico
Piensa en verde
Por Philipp Engel
Si la crítica fuese opinión personal, empezaría por decir que ver a Cynthia Erivo pintada de verde en Wicked me produjo una sensación muy similar al efecto que me causó contemplar a Philippe Katherine pintado de azul en la ceremonia inaugural de los JJOO de París: estética woke en estado puro, ante la que no siento rechazo, aunque sí cierto distanciamiento, teñido de extrañeza, debido al desfase generacional. Pero una crítica es otra cosa, y de todos modos, el barroco despliegue camp (tan propio de su tiempo) de esta segunda parte ya no puede sorprender. El empacho de abigarrada artificialidad de Wicked está ya más que digerido. Y eso, sobre todo si no se espera un efecto de maravillamiento, juega a favor de lo que ya no puede considerarse como una tardía precuela de El Mago de Oz (Victor Fleming, 1939), pues esta vez se integra muy hábilmente, con un interesante juego de puntos de vista, la llegada a Oz de una Dorothy con zapatos nuevos, así como su enfrentamiento contra la supuesta Malvada Bruja del Oeste.
Fotograma del filme
Lejos de la algo cansina trama al estilo Hogwarts de la academia de magos que configuraba la primera Wicked, esta secuela es más compleja, más oscura y más abiertamente política. Desde las primeras escenas, se muestra que el camino de baldosas amarillas no se hizo en un día, sino a golpe de látigo y maltrato animal, a cargo de unos guardias de Oz que pueden llegar a parecer miembros de las S.A. Si la crítica al totalitarismo ya estaba implícita en el original, con aquel mago que jugaba a ser Gran Hermano (el de Orwell), en esta nueva entrega se advierte a los más pequeños, espectadores potenciales, que las noticias falsas de hoy son como la propaganda nazi de ayer, que los políticos que venden libertad pueden pretender justo lo contrario, y que el poder totalitario se basa en la manipulación de las masas. Está muy bien también que sepan que nada es del todo negro (o verde). Al final, Wicked II es un canto a la resistencia (y a la amistad, pese a las diferencias) con canciones nuevas, que no desmerecen a aquel Defying Gravity. Aunque si tenemos que hablar de fenómenos pop para adolescentes y más pequeños, Las Guerreras K-Pop y sus canciones están a años luz de los encuentros y desencuentros entre Ariana Grande y Cynthia Erivo.
Ciudad sin sueño (★★★★✩)
Dirección: Guillermo Galoe
Intérpretes: Antonio Fernández Gabarre, Bilal Sedraoui, Jesús Fernández Silva
Producción: España-Francia, 2025 (97 minutos). Drama
Western en Cañada Real
Por Jordi Batlle Caminal
He aquí una de las películas españolas más interesantes del año, de categoría no inferior a Sirat, Romería o Tardes de soledad. En primera instancia, Ciudad sin sueño podría llevar las etiquetas de cine social o cine de denuncia, en tanto que retrato de una realidad indignante, la de una comunidad de gitanos de Cañada Real, en las afueras de Madrid, obligados a abandonar su hábitat: las excavadoras ya han comenzado su proceso de demolición. Pero es un cine social y de denuncia completamente exento de sermones ni subrayados. Guillermo Galoe sencillamente registra la vida del barrio sin intervenir en ella ni maquillarla: los niños juegan, los mayores beben en el bar, las mujeres charlan y se peinan, las familias discuten y el joven protagonista, acompañado de su amigo, filma los espacios desolados con el móvil y manipula sus imágenes con un estallido de colores irreales que recuerdan al Antonioni de El misterio de Oberwald. Y todos, absolutamente todos, viven preocupados por su futuro inminente: unos se van a Francia, otros a unos pisos colmena que parecen una prisión. Excepto el abuelo, el viejo chatarrero, que se resiste a marchar.
Al principio, una escena en los amplios descampados, con dos furgonetas a gran velocidad siguiendo a dos galgos que persiguen a una liebre, parece evocar las escenas de caza de Hatari. Es una pista, porque Ciudad sin sueño, además de ser una película de estricto realismo y de una autenticidad sin parangón, es también una obra en la que se puede detectar la huella de géneros canónicos, en primer lugar el western, su iconografía y sus tipologías: los espacios abiertos, la libertad que respiran los personajes pese a la precariedad en que viven, las múltiples hogueras nocturnas propicias a los relatos orales (qué emotivo el cuento de los tres ríos, el de café, el de leche y el de vino) y, naturalmente, la figura del abuelo, dinosaurio fuera de su tiempo, como el héroe de un western crepuscular de Peckinpah.
The Running Man (★★✩✩✩)
Dirección: Edgar Wright
Intérpretes: Glen Powell, William H. Macy, Lee Pace
Producción: Reino Unido, 2025. 133 m. Acción
Impostura
Por Salvador Llopart
Hubo un tiempo en que la televisión reinaba en todos lados. Ahora reina una pantalla más pequeña, la del móvil o la del ordenador. Las cosas han cambiado desde que se hizo la primera versión cinematográfica de esta historia basada en un relato de Stephen King. Anacrónica versión, pues, que habla de un programa monopolizado por las bajas pasiones, en el que el concursante debe correr por su vida. Crítica que se disfraza de nihilismo para ofrecer circo. La acción es efectiva. Pero el aire de impostura lo empaña todo. Empezando por el acartonamiento de los protagonistas.
Glen Powell en el filme
Sisu: Camino a la venganza (★★★★✩)
Dirección: Jalmari Helander
Intérpretes: Jorma Tommila, Stephen Lang
Producción: Finlandia, 2025 (88 minutos). Acción
Cine de acción excelso
Por J. Batlle
Si Sisu fue una gozada mayúscula, esta secuela, que sigue los mismos parámetros, lo es todavía más: un disparate desquiciado y colosal, hora y media de acción ultraviolenta, matizada por el humor más salvaje y un sentido del cine, del buen cine, ya en vías de extinción. Es el triunfo, el éxtasis de la planificación, el encuadre, el tratamiento del espacio (panorámico) y, sobre todo, el montaje. Pura energía cinética, al nivel de las sagas de Indiana Jones, Mad Max y John Wick.
Fotograma de la película
Jay Kelly (★★★★✩)
Dirección: Noah Baumbach
Intérpretes: George Clooney, Adam Sandler, Laura Dern
Producción: EE. UU, 2025. 132 m
Clooney, más que Clooney
Por S. Llopart
¡Qué gran película! ¡Ojo! Que digo película y no pedacito de vida, no confundamos. Las tribulaciones de un actor veterano -Clooney haciendo de Clooney, aunque su personaje se llame Jay Kelly- que ya no sabe quién es. ¡Ha sido tantos! Problemas de identidad y de sentido en el declive de su carrera. Encantador, sensible y perdido Clooney en un descarado canto a sí mismo. Aires de vieja comedia para esta tragicómica mirada sobre el tiempo perdido que no volverá. Adam Sandler, también perfecto, da la réplica triste.
George Clooney protagoniza la película de Baumbach
Alpha (★★★✩✩)
Dirección: Julia Ducournau
Intérpretes: Mélissa Boros, Tahar Rahim, Golshifteh Farahani
Producción: Francia, 2025 (128 min)
Fantástico
El viento nos llevará
Por P. Engel
Más allá de los kilos que perdió Tahar Rahim para hacer de yonqui, no es ni tan impactante, ni tan rabiosa como Crudo o Titane. Pero, sin traicionar la esencia de su cine, siempre en clave de body-horror, abusando un pelín de inesperados diálogos melodramáticos, la Ducournau firma una poética alegoría del sida, inventándose una pandemia atemporal, pero retratándola muy pertinentemente con una estética que parece propia de aquella época, entre las primeras películas de Luc Besson y los cómics de Métal Hurlant.
Imagen del filme
Drácula (★★✩✩✩)
Dirección: Luc Besson
Intérpretes: Caleb Landry Jones, Zoë Bleu Sidel
Producción: Francia, 2025 (129 minutos). Terror.
Coppola tuneado
Por J. Batlle
Tras más de cuarenta años de ininterrumpida, ecléctica y desigual carrera, de Besson podemos afirmar que sus películas raramente aburren. Tampoco aburre Drácula, pese a ser un descarado calco del clásico de Coppola por lo menos en un cincuenta por ciento del metraje (el ímpetu romántico, el maquillaje del vampiro…). El otro cincuenta por ciento, la cosecha propia, no deja de ser vistoso, dinámico, entretenido y salpimentado con ráfagas de humor, pero el conjunto es más bien decepcionante.

