Salman Rushdie: “Nunca me he arrepentido de haber publicado 'Los versos satánicos'”

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El escritor ha protagonizado un acto en CaixaForum Barcelona donde ha hablado de temas tan diversos como el ataque recibió en 2022,  la deriva política del mundo o su futuro en la escritura

El escritor Salman Rushdie, en Barcelona

El escritor Salman Rushdie, en Barcelona 

EFE

CaixaForum Barcelona es uno de los lugares con más presencia de policía hoy en la ciudad. Este viernes ha visitado el centro cultural Salman Rushdie (Mumbai, 1947), el escritor angloindio que en agosto de 2022 fue víctima de un ataque violento en el que perdió el ojo cuando iba a dar una conferencia en el condado de Chautauqua, una localidad al oeste del estado de Nueva York. Como reconoció un año después, en la Feria del Libro de Frankfurt, que fue una de sus primeras apariciones tras el suceso, siempre imaginó que algo así podía suceder, pero nunca se acaba de estar preparado para ello.

“La gente que está hoy aquí no me parece peligrosa”, ha admitido en las jornadas 'Metafuturo' que organiza Atresmedia. “Pero el público de aquel día también era muy tranquilo. Durante muchos años, aquella fue una comunidad remota y tranquila en la que la gente no cerraba con llave las puertas de sus casas. Que pasara algo así en su comunidad creo que fue tan traumático como lo fue para mí”.

Es indudable que las cosas cambiaron desde entonces. Él mismo lo reconoce en su libro de memorias Cuchillo (Random House), donde retrató lo sucedido, pues pronto supo que solo así podría empezar a pasar página. “Sentí la necesidad de escribir este libro: una forma de procesar lo sucedido y de responder a la violencia con arte”. Y es que se vio un poco en la obligación al ver que hasta sus sueños habían cambiado. “Antes de mi ataque, mis sueños eran muy aburridos. Soñaba a menudo que leía el periódico o que me iba de paseo. Pero, de pronto se volvieron dramáticos y, en ocasiones, violentos. Ahora, por suerte, estoy volviendo a leer el periódico. Es como una vuelta a la normalidad”.

Rushdie cree que estamos en una época en la que “los escritores están siendo atacados en distintos lugares. Y es algo inusual, pues no tenemos armas, sino palabras y los regímenes autoritarios ven esto muy alarmante de que alguien pueda hablar sin restricciones”. Al hilo de esta confesión, ha recordado su visita hace dos meses a Granada, donde pudo visitar la Fundación Federico García Lorca y tener en sus manos alguno de sus manuscritos, algo que le resultó “conmovedor”. “Lorca sufrió un final terrible y eso es parte de la historia de ser un escritor. De hecho, todavía tenemos la poesía de Lorca y ya no tenemos a la Falange. La literatura es muy potente, pero los escritores muy vulnerables”.

Rushdie sabe lo que es estar amenazado de muerte. En 1988, cuando gozaba de una popularidad considerable tras publicar su cuarta novela, Los versos satánicos, inspirada libremente en la vida del profeta Mahoma, el líder espiritual iraní, el ayatolá Jomeini, emitió una fatua contra él y ofreció una recompensa en efectivo por su asesinato. Eso le obligó a vivir en la clandestinidad bajo el nombre de Joseph Anton durante años y a aprender a vivir rodeado de seguridad toda su vida. Años más tarde, publicó unas memorias bajo ese seudónimo.

“Nunca me he arrepentido de haberlo escrito. Lamento lo que pasó. Creo que Los versos satánicos es uno de mis mejores libros y estoy orgulloso de haberlo escrito. Han pasado muchos años y la gente sigue leyéndolo. Teniendo en cuenta de que el ataque contra ese libro fue tan grande, me siento orgulloso de que este sobreviviera. No fue fácil la lucha para mantenerlo en imprenta ya que había editores y libreros que tenían miedo. Ahora el libro al fin parece que vuelve a leerse como una novela y no como un escándalo. Está bien que hayamos llegado a ese punto”, reflexiona.

Ante un escenario así, es normal que el escritor exprese su preocupación ante la deriva política que está teniendo el mundo, empezando por Estados Unidos, donde, asegura, “está gobernando un niño muy gordo y muy viejo que es impredecible”. Un político que admite que nunca imaginó en el poder. “Recuerdo antes de que fuera elegido que me subí a un taxi de Nueva York. El taxista me preguntó que a quién iba a votar y le dije que a Hillary Clinton. Él me contestó que a Trump y me sorprendió mucho, ya que era de origen indio, como yo. Le confesé que no lo entendía y me explicó que Trump le parecía un hombre muy certero, que decía lo que pensaba, importándole un bledo el resto. Supe entonces que todos íbamos a perder, y perdimos”.

No es muy optimista sobre el presente. “No creo que estemos en muy buenas condiciones. Si vives en Estados Unidos experimentas esas malas condiciones cada día porque todos los días pasa algo terrible. Ayer, el presidente de Estados Unidos pedía que los miembros del Congreso pudieran ser ahorcados porque discrepaban con él. Y es el país que se enorgullece de ser la tierra de la primera enmienda, donde la libertad de expresión está en la Constitución. Pero ahora aparentemente el hombre más poderoso de EE.UU. Puede pedir que maten a la gente por discrepar con él. Nunca había visto algo así”.

Sobre la elección de Zohran Mamdani sí se ha mostrado más conforme, aunque ha advertido que está sesgado, pues es amigo de su madre. “Creo que ha hecho una gran campaña. Normalmente, en Nueva York, cuando hay una elección para la alcaldía, la participación no es muy alta, pero en estas elecciones sí lo fue, y la base de votantes fue sobre todo de jóvenes, muchos de los cuales votaban por primera vez. Y este cambio generacional también me parece positivo porque ya es hora que la gente joven sea la que mande en el país”. Eso sí, advierte: “Ahora dependerá de quiñen se rodee, de cuál será su equipo. Y es fácil prometer que todos los autobuses vayan a ser gratis, pero no es tan fácil hacerlo. Sobre todo cuando necesitas que el gobierno del Estado de Nueva York esté de acuerdo contigo, y ya han dicho que no están de acuerdo”.

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