Jacuzzi, el falso amigo japonés

Jacuzzi, el falso amigo japonés
Staff Writer

De entre las novedades del diccionario normativo del 2025 que presentó el jueves el Institut d’ Estudis Catalans, aparecen palabras provenientes del japonés, como sushi y manga. Del chino, el DIEC introduce wok y taitxí, que en este segundo caso se ha adaptado a la ortografía catalana. Del árabe, entra falàfel. Y del italiano, la palabra con grafía internacional mozzarella y las adaptaciones ortográficas caputxino , y feta, el queso crudo que, aunque es de origen griego, se denomina con la palabra italiana fetta, que significa loncha.

¿Y jacuzzi ? Porque jacuzzi también es novedad de esta serie. ¿No tendría que ir con las palabras de origen nipón? Pues no, porque no viene de las islas del sol naciente, sino de una península bastante más cercana, la Itálica. En lingüística, los falsos amigos son aquellas palabras provenientes de lenguas distintas que, a pesar de su aspecto semejante, tienen significados distintos. Por ejemplo, la cama, que en castellano es lecho, en catalán es una de las extremidades inferiores. A veces, la confusión viene más por la similitud con otras palabras, como es el caso de jacuzzi.

Una marca registrada ha conseguido arrebatar el nombre técnico a la bañera de hidromasaje

Porque jacuzzi no es una palabra de origen japonés, sino italiano. De hecho, es un apellido, un derivado deformado del nombre Jacobo convertido en apellido, como ha hecho el castellano con Jacóbez. Y fue una familia italiana emigrada a Estados Unidos, instalada en California, la que consiguió hacer mundialmente famoso su apellido, Jacuzzi, gracias al invento de la bañera de hidromasaje.

Parece ser que los siete hermanos Jacuzzi se dedicaban a fabricar hélices y bombas hidráulicas. El hermano pequeño, Candido, tenía un hijo que sufría dolores graves a causa de una enfermedad reumática, de modo que el hombre se ingenió la incorporación de una de esas bombas en una piscina pequeña para apaciguar el sufrimiento del muchacho. Fue así como en 1956 inventó la bañera de hidromasaje.

Al cabo de los años, Candido Jacuzzi ha conseguido que su marca registrada arrebate el nombre técnico a la bañera de hidromasaje y pase a ser conocida en todo el mundo con su apellido. La gracia de esta historia es hacer pasar una marca registrada a nombre común y que entre en el diccionario. Es un caso parecido al del bollo con agujero o el caramelo de palo, cuyas marcas han conseguido algo tan extraordinario como convertir un nombre propio en un nombre común. Pero los abogados de esas empresas, como no deben de tener mucho trabajo, se dedican a perseguir a las personas que usan esos nombres comunes. El señor Jacuzzi demostró ser más listo, y ahora incluso los diccionarios le dan publicidad.

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