Der Fliegende Höllander
★★★✩✩
Autoría: Richard Wagner
Intérpretes: José Antonio López, Maribel Ortega, Sava Vemić, José Ansaldi, Elisabeth Gillming, Jorge Juan Morata. Cor Bruckner. Dir. Coro: Júlia Sesé Lara. Cor A. Ò. De Sabadell. Dir. Coro: Daniel Gil de Tejada. Orquesta Sinfónica del Vallès
Dirección musical: Josep Planells Schiaffino
Dirección escénica: Emilio López. Nueva producción de la Fundació Òpera a Catalunya (FOC)
Lugar y fecha: La Faràndula de Sabadell (28/XI/2025)
Música tormentosa, estimable trabajo de conjunto, musical y escénico para el estreno del primer título wagneriano de la Fundació Òpera a Catalunya (FOC) en sus más de cuarenta años de historia. Un hito difícil, ambicioso y fruto de la nueva dirección artística de la FOC, por parte de Jordi Torrents, cogiendo el testigo de la mítica Mirna Lacambra, ya jubilada de su puesto.
El resultado, si bien irregular, no puede esconder una calidad mejorada en los coros, con la aportación del Cor Bruckner, en un cometido de un conjunto grupal que es esencial para el éxito de la representación. A pesar de algún descuadre foso/escena, coro final de Mary-Senta, o del coro de fantasmas fuera de escena, demasiado susurrado, el trabajo lució con energía y homogeneidad por secciones.
El barítono José Antonio López, quien ya había debutado el rol en València, mostró un instrumento medido y de noble emisión y acentos, para un canto homogéneo que fue in crescendo hasta su escena final. Sólo le faltó una mayor brillantez tímbrica en su dúo con Senta.
La cantante jerezana Maribel Ortega, soprano dramática muy querida en Sabadell, también conocía el rol, cantado hace años en Galicia. Demostró su fuste vocal con unos agudos rotundos finales que coronaron una lectura de evocador lirismo, con detalles de gran sensibilidad interpretativa.
'El holandés errante' de la FOC
La sorpresa vocal vino de la mano del bajo Sava Vemić (Belgrado, 1987), un Daland de instrumento wagneriano ortodoxo y potente, quien escanció un hermoso timbre oscuro paladeado con la frescura de una juventud que le augura un gran futuro.
Hermoso timbre oscuro
La sorpresa vocal vino del bajo Sava Vemić, con un instrumento wagneriano ortodoxo y potente
De sonora emisión y proyección el Erik del tenor chileno-italiano José Ansaldi, de técnica y estilo rudo, quien además no apareció al inicio de su escena final con Senta, un vacío momentáneo salvado in extremis. Correctísima y adecuada como actriz la Mary de la mezzo Elisabeth Gillming junto al Steuerman impetuoso del tenor Jorge Juan Morata, tendente al sonido fijo en los agudos.
La dirección musical de Josep Plannells Schiaffino (València, 1988), rindió sobre una Orquestra Simfònica del Vallès, de extrovertido sonido en la obertura, pero con evidentes caídas de tensión, sobre todo en los dúos: Holandés-Daland, y en el corazón de la ópera, el monumental dúo Senta-Holandés. Los pequeños fallos de metales y vientos-madera al inicio de la ópera, una morosidad de sonido en los grandes dúos comentados, no empañaron un resultado satisfactorio que mezcló emoción y nervios.
La puesta en escena de Emilio López jugó con efectismo la baza de unas proyecciones constantes a medio camino entre la IA y un videojuego de tintes cinematográficos. El fantasioso vestuario, una iluminación teatral y una escenografía práctica que supo separar con inteligencia los actos, redondearon un trabajo escénico plausible y eficiente.
