El periodista Jose Carmona aborda el medio siglo de lucha y exilio del pueblo saharaui

Libro reportaje

'Los despojados' es una crónica escrita a partir de los viajes del autor a Dajla, en la zona anexionada por Marruecos, y los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf, en el desierto de la vecina Argelia

El periodista Jose Carmon Gilo

El periodista Jose Carmona Gilo (Madrid, 1992) en una imagen reciente 

Jaime García Morato

Cuando se cumplen 50 años de la marcha verde, la invasión del Sáhara Occidental promovida por el rey Hasan II de Marruecos en pleno proceso de descolonización española y cuando el dictador Franco se hallaba en el lecho de muerte, España parece haber dado la espalda a lo que les ocurre a los cada vez menos supervivientes de aquel exilio interior o exterior y sus herederos.

Este creciente desinterés, acrecentado por el alineamiento del Gobierno español con las tesis de Estados Unidos y Marruecos, que relegan al olvido la promesa auspiciada por la ONU de un referéndum de autoderminación del Sáhara Occidental siempre postergado, es el que se propone combatir Los despojados (Altamarea), el libro en el que el periodista Jose Carmona Gilo narra sus experiencias a lo largo de varios viajes tanto a lo que denomina los “territorios ocupados” como a los “liberados”, así como a los campos de refugiados de Tinduf, en Argelia, donde se encuentran los viejos combatientes del Frente Polisario.

Con un epílogo de la diputada Tesh Sidi, de Sumar, en el que esta mujer nacida en un campamento en 1994 analiza la mezcla de “orgullo, tristeza, gratitud y rabia” que sintió al leer el libro, Los despojados explica apenas en un centenar de páginas el drama del pueblo saharaui con las herramientas necesariamente desapasionadas del periodismo, sin cargar las tintas en el abandono que sufren las víctimas y huyendo de la mirada a menudo condescendiente del observador occidental.

“Jose estuvo en Dajla, allí donde yo no puedo estar, y su mirada no fue la del turista ni la del héroe, sino la de quien escucha y devuelve la voz a los silenciados”, escribe la activista por la independencia de su pueblo y diputada por Más Madrid. Y lo cierto es que el libro se inicia con el viaje a esta ciudad costera del Sáhara Occidental en un avión de una compañía de bajo coste ahora que se ha abierto la ruta al turismo despreocupado. 

La portada del libro

La portada del libro

Altamarea

“El turista es la materia prima más jugosa del siglo XXI”, afirma el periodista e historiador en las primeras páginas de su crónica, dedicadas a relatar el breve tiempo que pasó en la antigua Villa Cisneros no haciendo surf ni comiendo marisco a buen precio, sino tratando de entrevistar a activistas saharauis en el interior de la zona bajo control marroquí, mientras la policía perseguía a su grupo hasta que finalmente fue interceptado y expulsado.

Los siguientes capítulos del libro se dedican a narrar la expulsión de los saharauis de sus tierras cincuenta años atrás; la vida en los campamentos de refugiados en Argelia, donde se hacinan más de 200.000 personas en unas condiciones muy precarias; la construcción del muro que aísla la zona controlada por Marruecos, en pleno desierto, profusamente minada para impedir las incursiones desde el otro lado, y, por último, la visión que se tiene desde España del conflicto.

“He planteado esta escritura como un viaje a través de los ojos de las personas saharauis”, explicó Carmona en la presentación del libro, hace unos días, en el Teatro del Barrio, una sala de acción vecinal de Lavapiés. “Quise darle una forma periodística para conectar con más lectores, pensando en el ser humano”, añadió en referencia a su formación como historiador, que podía haber inclinado la narración a la asepsia de los datos, y también al hecho de que en el texto no aparece la palabra yo: “Kapuscinski ya fue”, concluyó ante el tropel de periodistas que, emulando al admirado corresponsal polaco en África, escriben en primera persona erigiéndose en protagonistas. 

“Por mucho que el Sáhara Occidental sea un lugar abandonado por los medios de comunicación, no voy a ser yo quien no lo denuncie y no hable de ello”, proclamó Carmona ante un auditorio muy atento a la conversación que mantuvo con las periodistas Violeta Muñoz y Marina Lobo. “Los que podemos sumar un granito de arena, para eso estamos aquí”, sentenció al analizar un libro que para muchos será muy incómodo.

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