Muere el fotógrafo Martin Parr a los 73 años

Obituario

El británico, que afirmaba crear ficción a partir de la realidad, fue uno de los autores documentales más importantes del último medio siglo y deja un enorme legado

Horizontal

El fotógrafo Martin Parr posa drante una sesión de fotos en Paris el pasado mes de octubre 

JOEL SAGET / AFP

Contaba Martin Parr que, en 1992, tras asistir a la inauguración de una exposición en París de su serie sobre turistas, Cartier-Bresson, probablemente el fotógrafo más famoso del mundo, le escribió molesto: “No entiendo tu punto de vista. Tu trabajo es de un planeta diferente. Pertenecemos a dos sistemas solares diferentes”. “Eso es fantástico”, pensó Parr, y le respondió: “Reconozco que hay una gran brecha entre tu celebración de la vida y mi crítica implícita de ella... Lo que me gustaría preguntarte es: ¿por qué disparar al mensajero?”. “Él estaba fotografiando el antiguo estilo de vida; yo fotografiaba cosas modernas”, consideraba. “Normalmente -añadía- disfruto de la crítica y la oposición. De hecho, cuando me di cuenta de que la gente estaba en mi contra, pensé: ‘Debo estar haciendo algo bien’”.

Martin Parr, que de los bañistas de Benidorm a los observadores de aves británicos, supo capturar como pocos la magia y el humor de lo cotidiano, falleció el sábado, a los 73 años, en Bristol, anunció ayer su familia. El que estaba considerado uno de los mayores documentalistas del último siglo, había sido diagnosticado de un mieloma en 2021, pero continuaba haciendo fotos con la ayuda de un andador y seguía pensando en sus próximos proyectos. Verlo débil y vulnerable hacía que sus compatriotas bajaran aún más la guardia, contaba. Esos a los que a lo largo de su vida fotografió divirtiéndose en balnearios llenos de basura, tomando el sol en pasarelas de cemento, repostando en perdidas gasolineras o divirtiéndose en jardines suntuosos.

SPAIN’. Benidorm. 1997, en Fukijina (TNC)

SPAIN’. Benidorm. 1997, en Fukijina (TNC)

Martin Parr

Le fascinaba sobre todo la excentricidad de los ingleses y, camuflado entre ellos, como uno más, logró algunas de las imágenes más icónicas de las últimas décadas. Siempre apuntando a la gente, entre el documental, la sátira y la crítica. El humor, bien presente y en el centro. Este domingo su familia. Parr, que fue presidente de la agencia Magnum entre 2013 y 2017, definió así su trabajo: “Creo ficción a partir de la realidad”. “Es la naturaleza subjetiva de la fotografía”, decía. “Lo único que importa es tu relación con el sujeto. Eso es lo que controlas. Todo es verdad, pero es mi verdad. Mi verdad personal”, dijo en una entrevista en The Guardian.

a

Vacaciones de verano, 1980 

Martin Parr

Su influencia trasciende ampliamente el círculo de los aficionados a la fotografía, aunque su obra casi documental también ha sido a veces tachada de kitsch, lo que le valió tantos admiradores como detractores. “Mis fotos son espectáculo. Tienen un mensaje profundo si quieres buscarlo, pero no se lo meto a la fuerza al espectador, como otros fotógrafos”, se defendía, y confesaba que la cámara era el  medio que le permitía acercarse a la gente y husmear en sus vidas, su verdadero centro de interés. Tampoco se entendió a la primera que un fotógrafo serio eligiera el color en lugar del tradicional blanco y negro.

Lee también

Mallorca no es un tópico (o sí): Camper y Martin Parr tienen la respuesta

Margarita Puig
‘Fer l’horeta. La siesta tiene expresión propia en Mallorca

Nacido en Surrey el 23 de mayo de 1952, Martin Parr se inició en la fotografía gracias a su abuelo, un gran aficionado. Mal estudiante en la escuela secundaria, su profesor de francés lo consideraba  “completamente perezoso y desatento”, calificativos que él utilizo para titular su reciente autobiografía: Utterly lazy and Inattentive.  Uno de sus temas predilectos fue el turismo de masas y su impacto en el medio ambiente. 

a

Imagen del libro 'Think of England', del año 2000 

Martin Parr

Parr siguió a sus compatriotas hasta Benidorm, lugar de peregrinación donde podía captarlos con la piel enrojecida y bañados en alcohol, y en Barcelona se centró en los alrededores de la Sagrada Familia y el Parc Güell para demostrar que nunca se pueden ver como en las postales porque están invadidos de gente. Pero también quiso poner la cámara al otro lado de la sociedad, con proyectos como The Cost of Living (El Coste de la Vida), en el que los protagonistas eran las clases pudientes que apoyaban a Tatcher.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...