Películas que fabulan sobre sus años de cautiverio en Argel, exposiciones que reescriben El Quijote con inteligencia artificial... Como buen clásico, Miguel de Cervantes sigue muy presente en la escena cultural y su obra se reelabora con una mirada contemporánea para acercarla al público del siglo XXI.
Eso es lo que ha hecho el director José Luis Alonso de Santos con Numancia, una tragedia escrita hacia 1585 e inspirada en la heroica resistencia de esta ciudad celtibérica ante la conquista del imperio romano que podrá verse desde este martes y hasta el próximo 1 de febrero en los Teatros del Canal de Madrid.
Se trata de una gran producción, con una veintena de actores en escena, para la que el dramaturgo ha adaptado en parte la obra cervantina y que ya ha podido verse en los festivales de teatro clásico de Alcalá, en junio, y Mérida, en agosto, además de algunas otras ciudades por las que ha girado desde entonces.
Arturo Querejeta encabeza un reparto en el que también figuran Pepa Pedroche y Karmele Aranburu, que fueron los encargados, en ausencia del director, enfermo estos días de frío y epidemia de gripe, de presentar ante la prensa el montaje.
Pedroche, que ha ejercido también como directora adjunta de la obra, se refirió a los dos pilares del gran éxito cosechado por la Numancia de José Luis Alonso de Santos hasta ahora: por un lado, la “rabiosa actualidad” de un drama histórico que, en palabras del director, es un grito contra la falta de libertad y la esclavitud, y, por el otro, la propia versión del dramaturgo.
“Ha habido intervención sobre los versos, pero con mucho respeto. Lo necesario para entender y conectar con el público”, explicó la actriz acerca de los cambios introducidos a fin de que el pueblo de Numancia, que Cervantes concibe como un todo, se refleje en la distinta personalidad de cada uno de los personajes.
Para los actores, la mayor dificultad la ha representado el verso, que en el caso de Cervantes es el endecasílabo de las octavas reales. “Son estrofas no muy conocidas, más complejas que los octosílabos del romance de Lope de Vega o Calderón, y su castellano es más alambicado, pero bellísimo”, analizó Querejeta, para quien el teatro cervantino, eclipsado por El Quijote, está por descubrir, igual que las Novelas ejemplares: “No entiendo cómo el cine no ha arramblado con todas”.
Una escena de 'Numancia', de Miguel de Cervantes
“El pueblo de Numancia luchó por un destino juntos pero no enfrentados. La palabra juntos es la más definitiva de esta obra, que ya en el siglo XVI puso de manifiesto la importancia de la unión contra las tiranías que obligan a una vida de sufrimiento sin honor ni dignidad”, escribe el director en el programa, en el que erige la obra cervantina, y por extensión los clásicos del Siglo de Oro, en baluarte de la lengua y la cultura españolas ante ese “adanismo destructor” propio de nuestro tiempo.
